Parte 33 - Trinidad

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(para cada uno de los animales evolucionados que habitaban el mundo, la comprensión de lo que son sus instintos más primitivos y básicos, es algo que sin duda no podría ser vislumbrado en su totalidad, sumado a todo lo que significaba retomar viejas y arcaicas costumbres, casi olvidadas, mantenidas por pocas tribus y cuidadas celosamente, no por la falta de veracidad sobre las mismas, si no por todo el daño que causaban en el individuo, la afección del mismo a la materialización de sus instintos era sin duda increíble y espantosa para muchos)

-Narra Abel-

-eme aquí, postrado en una camilla rígida (pensaba para sí mismo) es tan rígida que incluso mi cola duele, ¿Qué he hecho para merecer esto?, solo he vivido una buena vida, al límite del lívido sexual obviamente, pero nunca he dañado a nadie, ahora esto... (Miraba su entorno en cámara lenta) rodeado de furros salvajes, cualquiera diría que son Persas, pero nosotros nunca caímos presa de los instintos, además de que esa mirada perdida en ellos no simboliza nada realista o analítico (miraba el techo), como si fuera poco, todo es culpa tuya (lagrimeaba al ver el dibujo tridimensional en el techo), por un maldito mito seré ultrajado y quizás muerto... no lo merezco...

-"lucha con toda tu fuerza"... "no te dejes vencer"... (Decía una voz en el aire mientras cierto destello iluminaba la figura del techo)

-encima estoy enloqueciendo (el aroma de todas las feromonas que se sobre cargaban en el aire era insoportable, no eran seres vivos como los que antes pudieron darles placer, eran unos muertos en vida sin conciencia alguna, instinto puro manipulando el sistema nervioso de cadáveres que no se podrían), chitandre, el mito que todo Persa conoce, aquel que bajara del cielo... (Pensaba con calma) entre la octava noche y el noveno día... (Contaba el tiempo que habían viajado) para castigar al que maltrate al débil... (Sus ojos se abrían de sobre manera)

(Sin que el fuera consciente de ello, en la parte exterior de aquel lugar, en lo alto del firmamento el cielo comenzó a tomar un color amarillento mientras la luna plateada comenzaba a mancharse con un rojo carmesí, la brisa arremetía con fuerza por todos lados, como si entre cada árbol una ninfa danzante se volviera errática y tratara de arrancar cada planta desde si raíz)

-eres tu... no estoy loco (reflexionaba) y tú no eres un mito...

-"soy tan real como todo en tu alrededor"... "pero no existo en tu plano"... "concédeme tu cuerpo" (decía esto último entre un gruñido al corazón del pequeño) "déjame renacer en ese mundo"... "se mi vinculo y fuente de vida"... "juntos demos fin al mal"...

-¿Cómo? (ya aceptando la idea de que con el poder y la voluntad de ese demonio o furro podría luchar, solo quedaba saber de que modo)

-"la llave está en su pata"... "recibe me"... "dame la vida que se me negó"...

(Todo era un poco confuso, si chitandre existió y ya no ¿sería seguro que de nuevo viviera?, la llave que mencionaba no podía ser otra que esa larva dentro del frasco que sostenía el doctor, pero aun que así lo fuera, dar vida o concederla, significaría ser partido en dos por ese semejante animal, pero de otro modo seria violado hasta ser forzado, un sufrimiento mayor, un mártir a toda vista)

(Pero ya no quedaba tiempo para pensar en otra solución, era ser destrozado por todo y todos o saltar se ese sufrimiento e ir directo al paso final)

-acepto (dijo mirando los brillantes ojos del demonio en el techo) recibiré ese asqueroso gusano (cerraba los ojos sin parar de llorar, esa idea no era nada grata), pero al menos concédeme alguna anestésico para no sufrir... tanto... (Decía con una voz quebradiza y gimotean te)

-¡jajajajajaja¡ (reía sonoramente el doctor mientras apretaba su estómago) ¿crees que estas en condiciones de dar órdenes o hacer peticiones?, entiende que aquí ya no tienes voluntad (el aliento de este vejestorio se esparcía con cada palabra, dando la impresión de que ya había muerto hace mucho) estas completamente bajo mi merced (se acercó lentamente al pequeño y disfrutaba verlo temblar).

Luz de Luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora