Jack.
Me había quedado dormido a su lado esperando a que despertara, tenía el sueño ligero y claramente escuché cuando la nieve cayó al piso derretida y sonreí en mis adentros, sabía que había despertado.
Cuando abrí los ojos ella lo hizo al mismo tiempo y la tomé del brazo evitando que se azotará contra el piso.-Ay Jack, que susto. -Dijó un poco agitada.
-Creo que voy a empezar a cobrarte por no dejarte caer. -Sonreí.
-Claro, mi héroe. -Se soltó de mí.
-Y también te voy a cobrar por cada vez que te sueltes así de mí.
-¿Así cómo?
Subí mis pupilas hacia arriba, no sabía si lo hacía en serio sin darse cuenta o se hacía tonta.
-Nada olvídalo. -Me levanté y le extendí la mano, ella miró mi mano y la paso por alto, levantándose sola.
-Jack no puedes entrar así. -Dijó seria.
-¿Por qué? Nadie me ve excepto tú.
-Lo sé pero -Resoplo- No es correcto.
-Bien, como gustes. ¿Nos vamos a Arendell?-Fingí no prestarle atención.
-Sí, ¿Me permites? Quiero ponerme ropa nueva.
-Adelante.
Me salí y por el rabillo del ojo me di cuenta que se reflejaba el cuarto por dentro, sentí como mi sangre iba directamente a mis mejillas al percatarme que estaba a punto de sacarse la ropa, apenas había visto sus hombros desnudandose cuando me aleje hacia abajo donde estaba la puerta de la su entrada y no podía ver nada.
-Mal guardián, malo. -Me regañe a mi mismo y espere a que saliera. Ahora entendía cuando Elsa me decía que no podía entrar de ese modo a su dormitorio.
-Lista. -Salio con un vestido lila largo, que dejaba ver sus hombros y unas pequeñas pecas encima de ellos, tragué saliva, se veía hermosa y yo no podía gestionar una sola palabra.
-¿Jack? Dije estoy lista. -Tartamudee un poco.
-Perdón. -Tocí un poco.
-Descuida, vámonos.
Caminamos hasta llegar al fiordo, en él salió el Nokk y ella lo monto sin congelarlo.
-Iremos por el fiordo, se corta muchísimo tiempo y distancia.
-¿Entonces por qué no visitas a tu hermana más seguido si conoces una forma de hacerlo rápido?
-Porque conozco la vida de una reina, y no voy a interponer nuestros deseos por encima del reino.
Pensé que eso era demasiado estricto pero si a ella le funcionaba y ambas estaban de acuerdo no las iba a cuestionar.
Viajamos por el fiordo y era cierto, nos evitamos muchísimo tiempo, en menos de un par de horas estábamos visualizando el pueblo. La miraba fugazmente para ver qué todo estuviera bien.
En cuanto llegamos podría jurar que todos los niños del reino se habían juntado para saludarla, habíamos tardado más en saludar a cada comerciante, a cada persona del reino por cada rincón que en llegar al palacio.
-Sí que eres popular. -Ella no respondió obviamente, solo se limito a sonreir.
Caminamos hasta topar con unas grandes puertas, la entrada principal estaba ahí. Espere unos segundos pero no se movía.
-¿No vas a tocar?
-¿Y sino quiere verme?
-Sólo hay una forma de saberlo. -Toqué la puerta por ella y esperamos hasta que la gente que trabajaba en el palacio abrieron. -Estarás bien, Elsa. -Susurré.
-¡Su alteza! -Se alegro un señor regordete que parecía simpático.
-Kai, ¿Cómo has estado?
-En perfectas condiciones, su alteza. ¿Viene a ver a la reina?
-¿Está ocupada?
-Siempre lo está, anunciaré su llegada, adelante.
Entramos al palacio y Elsa subió hasta una habitación, era grande a comparación de la suya en el bosque encantado.
-No ha cambiado nada... -Murmuró acariciando los muebles, observando cada rincón lentamente.
-¿Este era tu dormitorio? -Pregunté pero Anna entro de golpe.
-¿Elsa?
-Anna...
Elsa.
Estaba sorprendida al ver que el cuarto de nuestros padres seguía igual, ni un mueble había sido tocado, el polvo de aquella habitación estaba acumulado. "Ay Anna..."-¿Elsa?
-Anna... -Corrí hacia a ella y la tomé entre mis brazos, mi pequeña hermana menor, estaba apenada tanto por ella, siempre cargando con las consecuencias. -Anna, no quise decir todo lo que dije.
-Lo sé, Elsa. -Tomó mi manos entre las suyas y suspiro. -No puedo imaginarme el miedo y el gran peso que tienes ahora mismo. -Acarició mi mejilla. -Pero somos hermanas y eso no cambiará ni en 500 años. Te adoro.
-Te adoro Anna. -Nos secamos ambas las lágrimas y volví a mirar el cuarto. -Sigue todo igual.
-Sí... -Suspiró. -No tengo el corazón de mover o limpiar aquí.
-Me imagino. Anna... Sobre Jack.
-¿Vas a seguir con eso?
Un diminuto copo de nieve beso la mejilla de Anna, ella parpadeo un par de veces, y miró mis manos, se las mostré demostrando que no había sido yo, mis manos habían estado quietas frente a ella y entonces pasó, dió un grito.
Kai entro corriendo casi de inmediato.
-¡¿Sucedió algo, majestad?!-Anna cayó de sentón debido la impresión.-¿No lo ves? Ay por Dios. -Se puso las manos en la cabeza.
Kai me miró y yo hice caso omiso levantando los hombros.
-Está bien, le afecto saber que Olaf quiere vestirla de reno para su boda y ya se lo imaginará. -Sonreí nerviosa y Kai puso una cara de disgusto al imaginarse a la reina vestida de reno.
-Espero que arreglen ese asunto. -Comentó por último y cerró la puerta detrás de él.
Anna se levantó con la boca abierta, Jack y yo nos miramos.
-¿Eres de verdad? -Comenzó a picarle la cara con su dedo índice y Jack se sonrojo.
-Oye, ey. -Jack se intentaba defender.
-Esto es impresionante. -Me miró. -¿Por qué no lo podía ver?
-Sólo me ven los que creen en mí. -Respondió Jack sobando sus mejillas y yo reí en medio de la situación.
-¡No se irán hoy! -Nos amenazó. -Ya es muy tarde y no los dejaré partir a estas horas.
-Apenas está anocheciendo. -Intenté persuadirla.
-Nop, se quedan, le diré a Kai que prepare dos habitaciones para ustedes. Bueno tú puedes dormir en tu habitación, sigue como siempre pero tú -Señalo a Jack-
-Ajá -Jack interrumpió a Anna. -¿Y le vas a decir a tu servidumbre que alguien invisible se va a quedar en esa habitación?
-No Jack, Anna tiene razón. -Intenté intervenir. El hecho de pensar en compartir cuarto con Jack me incomodaba. -Yo dormiré con Anna, tú puedes dormir con Kristoff.
-¡Sí, sí, sí! -Dijó Anna dando pequeños brincos -Kristoff tiene que saberlo... ¡No sé muevan! -Anna salió corriendo.
-¿Esa es la reina?-Preguntó Jack cruzando sus brazos y yo reí. -Casi no ríes, deberías hacerlo, te ves bonita.
Me sonrojé ante su comentario.
-¿Entonces te quedas? -Jack se quedó pensando un rato y asintió con su cabeza.
No sabía cómo agradecerle por haberme acompañado, aunque habíamos exagerado en la pelea la verdad era muy rara la vez que discutíamos.
"Gracias, Jack".
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Muéstrate. ( Terminada. )
RomanceDos personas con los mismos poderes, diferentes historias que están destinadas a conocerse, pero, ¿También a estar juntos? Show Yourself. Años después de convertirse en guardian, y por otro lado, después de dejar el trono para ser libre, jamás se p...