Pacto.

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Jack.
-Jack, ayúdame. -Anna intentaba entre lágrimas romper la inmensa pared de hielo pero no era hielo común, era demasiado sólido, no lograba hacerle ni un rasguño, la detuve antes de que terminara haciéndose daño, apartandola del hielo.

-Basta, Anna, basta.

-Jack es mi hermana. -Respondió limpiando sus lágrimas al ver que no la dejaría acercarse más.

-Lo sé, pero escucha es inútil, tenemos que encontrar otra forma de acercanos. -Me acerqué a la pared tocandola con las manos intentando encontrar un punto débil pero era imposible, todo era sólido.

-No tiene sentido. -Anna se desplomó mirando a su hermana.

-¿De qué hablas?

-¿Por qué se llevaría a Elsa y la escondería cerca de Arendell? No tiene sentido.

La pregunta de Anna comenzó a dar vueltas por mi cabeza, cuál era el punto de arriesgarse escondiendola cerca del reino y aún más, cerca del palacio y entonces lo capté.

-Anna, levántate. Tenemos que salir de aquí. -La ayude a levantarse.

-No la voy a dejar aquí sola, Jack. -Anna se resistió y la jale con más fuerza obligándola a salir.

-Regresaremos después por ella. ¿No lo entiendes? Pitch quería que la encontráramos.

Corrimos hacia afuera, Anna había comprendido la situación e intentaba seguir mi paso, la verdad es que ella era muy rápida para correr en tacones pero no lo suficiente. Justo a los pocos metros una fuerte ola de arena negra cubrió la entrada, impidiendonos salir.

-No, no, no. -Golpee con el báculo pero era inútil, era casi tan fuerte como la pared de hielo que nos dividía de Elsa. Anna apretó su niño jadeando de haber corrido muy rápido, yo estaba agitado más por la rabia de haber caído en su trampa.

-Jack... -Anna toco mi hombro y con su barbilla indico que mirara detrás de mí, Pitch Black se acercaba lentamente detrás de nosotros.

-¿Ya se iban? ¿Tan pronto? Pero si la fiesta está por comenzar.

-Devuelvenos a Elsa. -Dije con rabia al verlo nuevamente a los ojos.

-¡Ay Jack! -Pitch cubrió su boca intentando no explotar de la risa. -Nuestro pobre Jack, jamás creí que llegaría a verlo. ¡Estás enamorado, que tierno! ¿Escuchaste eso, Elsa?

-¿Elsa puede oírnos? -Preguntó Anna con la voz quebradiza.

-No su majestad, estaba jugando. Ella está... -Pitch jugaba con sus manos intentando buscar una forma de explicarnos. -Elsa está ocupada. Sí, está haciendo unos trabajos. Lo siento, no nos escucha. -Rió.

-No me hagas repetir las cosas Pitch, devuelvenos a Elsa. -En mi voz se notaba lo desesperado y lo enojado que me encontraba, no tenía paciencia para estar soportando las burlas de Pitch.

-Sólo si me atrapas. Juguemos. -Dijo Pitch huyendo, por unos minutos olvide que Anna se encontraba conmigo y simplemente perseguí a Pitch, esta vez él no tenía a donde ir, y yo podía confrontarlo de una vez por todas.

Elsa.
Una pequeña luz podía filtrarse en la obscuridad, seque mis lágrimas y caminé hacia ella. Guarde silencio y pude escuchar a Anna reír, con algunas voces de infantes felices. Me sentía en tranquilidad al escucharla reír.

-¿Te gusta lo que escuchas? -La voz de Pitch resonó.

-¿Qué es esto?

-El futuro de tu hermana si decides reinar conmigo. Ella estará en paz, tendrás sobrinos y serán hermosos, jugarán por los bosques sin preocupación alguna. ¿No suena glorioso?

-Suena hermoso. -Me abrace a mi misma imaginando ese futuro.

-Reina conmigo, Elsa.

-Yo....No... -Susurré. -Te alimentas del miedo de las personas, destruyes la paz, jamás reinaría junto a alguien así.

-BIEN. -Gritó Pitch bastante enojado y un espejo se formó enfrente de mi, vi a Anna dentro de una cueva, asustada y confundida sin saber a dónde ir. -Entonces que sea por las malas.

-Anna...

-Te propongo un trato, no la lastimaré. Es más, la dejaré irse pero me tendrás que dejar entrar a tu corazón. Abrirás las puertas y me dejarás entrar. Así de simple.

-Estás loco si crees que si aceptaría.

La arena poco a poco tomo por sorpresa a Anna, subió hasta cubrir sus tobillos y muñecas impidiéndole moverse, ella gritó el nombre de Jack, en vano porque estaba completamente sola, una estaca afilada de arena negra se aproximó a su cuello, tan cerca que había pinchado su piel, sacando una gota de sangre.

-¡No! -Grité desesperada. -¿Cómo sé que no es mentira? -Dije espantada.

-¿Quieres hablar con ella? Habla, ella te escucha.

Un poco dudosa aclare mi voz.
-Anna....

Anna subió la mirada, buscando mi voz y soltó en llanto.

-Elsa qué está pasando, tengo miedo.

-Perdoname... En serio lo siento, por todo. Escucha, no tengas miedo, estarás bien. Lo prometo.

Pitch chasqueó los dedos desapareciendo el espejo.

-Basta, es tu última oportunidad.

-¿Anna estará a salvo?

-Por supuesto. -Dijo Pitch. -Soy un hombre de la palabra.

Dude varios segundos, era seguro que le haría daño, no era una persona compasiva. También creí que sería capaz de soportarlo, y al final mi voluntad sería necesario para no abrirle mi corazón, termine aceptando.

-Está bien. -Dije en voz baja, me sentía rendida. -Pero Anna tiene que estar a salvo.

-Trato hecho. -Pitch estiró su mano hacia mí, yo aún con dudas estreche mi mano con él y sentí como toda mi energía era succionada, me sentí débil y caí sin fuerzas en mis rodillas.

Jack.
Estaba a punto de llegar al fondo de la cueva, cuando comenzó a temblar, Pitch se detuvo y me sonrió.

-Llego la hora, Jack.


Muéstrate. ( Terminada. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora