Segunda llamada.

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Elsa.
-Listo, aquí está. Te traje algo de comer. -Anna había conseguido abrir la puerta empujándola con la cadera ya que sus manos regresaban llenas con una charola dorada que cargaba un plato de carne con guisantes, una rebanada de pastel y jugo.

-Creí que Jack te había acompañado para que no te costará trabajo traer todo esto. -Sonreí e intenté ayudarla.

-Yo puedo sola no te preocupes. -Camino hasta el buró y puso la charola encima del mueble. -Jack tuvo que atender unos asuntos o al menos eso me dijo.

-¿Así de la nada? -Estaba sorprendida, últimamente Jack ya no me avisaba cada vez que se iba y de un momento a otro le surgían compromisos.

-Sí, se veía muy apurado, ¿Por qué?

-No es nada. -Sonreí intentando ocultar mi incomodidad y disgusto.

-No te creo. -Comenzó a reír. -¿Estás enojada?

-No, pero no tenías que tomarte la molestia de traer la comida tú sola, pudiste pedirle a alguien del palacio que te ayudará.

-Jamás, yo te voy a cuidar. Ahora acuéstate y come. -Tomó la pequeña mesa que se utilizaban para que la gente comiera cómodamente encima de una cama, era demasiado vieja, recordaba que solíamos usarla para llevarle el desayuno a nuestra madre cuando queríamos darle una sorpresa. -Pero en serio Elsa, ¿A qué estás jugando con Jack?

-¿A qué te refieres? -Tomé el vaso de jugo entre mis manos y tome un pequeño trago mientras Anna se sentaba a los pies de la cama.

-Oye, ¿Recuerdas a Hans? -La miré de reojo poniendo el vaso de regreso a la mesita. -Bueno, es claaaro que lo recuerdas, ¿Pero recuerdas lo que dijiste cuando te pedí tu bendicion para casarme con él?

-¿Que no te puedas enamorar tan rápido?

-Exacto, y era cierto. Yo cometí un grave, muy grave error. Pero puedo decirte algo.

-Te escucho. -Partí un pequeño cacho de pastel y me lo comí, prestando atención en Anna.

-Tenías razón, no puedes enamorarte tan rápido, no existe el amor a primera vista incluso aunque sientas que lo estás no es real. Tienes que conocer a esa persona y es ahí cuando te enamoras, cuando extrañamente deja de interesarle su trineo y lo que había en él, cuando le preocupa presentarte a su familia porque son trolls, o cuando regresa porque se enamoro de tí y tu infantil forma de ser. Cuando lo conoces y sabes que moriría por ti, ahí es cuando te enamoras. -La miré con una sonrisa maternal, estaba feliz por ella. -Y puedo decirte que tenías razón, no te enamoras tan rápido pero tampoco necesitas un año para darte cuenta.

-¿Cuál es tu punto?-Reí.

-Kristoff y yo nos enamoramos Elsa, en menos de una semana y mírame, puedo decirte que es el amor de mi vida. No te enamoras tan rápido pero no puedes esperar años para darte cuenta. -Anna se levantó de la cama. -Lo único que vas a hacer es que lo vas a cansar.

-No sé de qué habl...

-Sabes de que hablo. No seas así con Jack, no lo conozco lo suficiente pero estoy segura que no va a intentar robarse el reino. -Comencé a reír.

-Estás loca.

-Hasta mañana, Elsa. -Anna cerró la puerta detrás de ella. Comprendía lo que quería decirme pero aún no estaba segura, no quería malinterpretar a Jack y perder al único amigo que había logrado hacer en todos estos años, tampoco estaba segura de mis sentimientos, jamás me había cuestionado que era lo que estaba pasando entre nosotros. Tampoco era tan simple, no para mí.

Jack.
Tooth y yo volabamos a gran velocidad hasta el Polo Norte, rápidamente los jetis nos llevaron hasta el centro de su taller donde un gigante globo terráqueo alumbrado por luces adornaba el salón.

-¿Qué sucede? -Llegaba preocupado Conejo después de nosotros.

-¿Estamos todos? -Salía Norte de su gran despacho preguntándole a Sandman que ya estaba presente desde antes que llegáramos. Sandman asintió y Norte se acercó rápidamente a nosotros. Lanzó una esfera de nieve que utilizaba para teletransportarse enfrente de nosotros y todos fuimos succionados dentro de ella.

Caímos en medio de un bosque que se encontraba en cenizas, algunas ramas aún estaban en llamas y crujía la madera casi desintegrándose.

-¿Todo bien? -Preguntó Tooth a conejo que estaba a punto de vomitar debido al mareo que ocasionaba viajar en los portales de Norte.

-¿Qué sucedió? -Pregunté horrorizado por la escena pero Sandman y Tooth comenzaron a toser por el humo que nos rodeaba a todos y Norte intentaba hablar colocando la manga de su camisa entre la nariz y la boca.

-¿Que no es obvio? -Dijo conejo recuperándose de sus náuseas.

Tomé mi báculo y comencé a apaciguar el fuego con hielo, dispersando el humo y llenando todo el sitio de nieve rápidamente.

-Gracias Jack. -Tooth puso agradecida su mano en mi hombro y Sandman hacia figuras intentando explicar lo que estaba sucediendo.

-Lo sé... -Norte nos miro demasiado triste. -Los bosques, los parques, la naturaleza, todo está ardiendo en llamas, esto solo es un ejemplo, pero está pasando en todos lados.

-¿Calentamiento global o tal vez.. -Conejo me miró. -O tal vez alguien no está haciendo su trabajo.

-A callar Conejo, el invierno aún ni siquiera llega. -Me defendí.

-Chicos, chicos. -Se interpuso Tooth. -No es el momento...

Conejo y yo fijamos nuestra mirada en Sandman que escarbaba un poco en la nieve, sacando de entre los frios escombros arena obscura.

-No puede ser... -Dijó Tooth tapando su boca con ambas manos de asombro. -No puede ser, ¿Cierto?

-¿Es él? -Preguntó Conejo a Norte preocupado.

-No sé qué es lo que quiere lograr haciendo esto, pero guardianes, quiero a todos las 24 horas al día buscándolo, tenemos que encontrarlo, ¿Entendimos? -Dijó Norte y todos nos miramos preocupados pero sabíamos que él estaba de vuelta y no buscaba una amistosa reunión.

Elsa.
Había terminado de cenar y no sabía si esperar a que llegara Jack ya que no me había dicho nada y no estaba segura si mínimo el volvería para dormir.

Me levanté de la cama solo para sacar el diario que había escondido para leer y hacer un poco de tiempo en caso de que Jack estuviera por llegar.

"Aún puedo recordar al líder de nuestro pueblo contar una pequeña leyenda. Cada noche enfrente de la fogata los niños le pedían repetir la historia, nos encantaba pensar que las leyendas de nuestra tribu eran reales.
La leyenda hablaba sobre un quinto espíritu, un vínculo y un puente entre los humanos y ellos. Un día, decía nuestro líder, un día una persona dará a luz al quinto espíritu pero su transición a este gran poder conllevaría un gran sacrificio que cambiaría el destino de esta persona así como la de los demás que la rodearan, este sacrificio sería necesario para restablecer la paz y armonía entre el bosque, los espíritus y las personas que lo habitasen, un sacrificio con lo más valioso que una persona puede dar a cambio del bien común, su vida.
No puedo dormir, dandole vueltas a esa leyenda, no había otra explicación para los poderes de Elsa. Tengo miedo y ruego a Dios que solo sean cuentos de niños, pero en caso de ser cierto no puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo el destino que le depara a mi querida hija. De ser cierto, tal vez el Ahtohallan pueda darnos respuestas. Aún tengo que ser sincera con Agnarr."

-¿Ya lo sabías, madre? -Cerré el diario con un hueco en el estómago, volví a esconder el diario en su lugar y me rendí esperando a que Jack volviera. -¿Dónde te metiste ahora?...

Natalia aquí presente, ay chic@s es una tontería lo sé jajaja, al momento de actualizar este capítulo tenemos el tercer lugar en populares de Jelsa y estoy emocionada la verdad. Ya sé, ya sé que es una tontería pero de verdad quería agradecerles por tomarse el tiempo de leer cada capitulo, muchas gracias. Nos seguimos con capitulo diario. Gracias. 💖

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