Hermanas.

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Jack.
Había visto varias veces a la reina estando a lado de Elsa pero para ser reina me la imaginaba más seria.
-¿Esa es la reina? -Pregunté sorprendido, Elsa deslumbraba paciencia, delicadeza y modales pulidos en cada acción o gesto que realizará, incluso su forma de hablar con todos, incluyéndome era muy formal, sin duda parecía alguien de la realeza pero al ver a su hermana había algo que no encajaba.

-Puede ser un poco inquieta, pero es bastante madura y se preocupa por el reino, por eso estoy tranquila. Sé que puede dar mucho de sí misma.

-Bueno, es tu hermana, tú la conoces.

-Así es Jack.

Salimos del dormitorio que en un principio creí que era de ella, no quise tocar el tema de sus padres porque se notaba a leguas que era tema delicado.

Apenas habíamos salido cuando Anna arrastraba a toda velocidad al que parecía ser su prometido.
Anna miro a los alrededores confirmando que estuviéramos solos en el corredor.

-Muy bien Jack, haz tu magia. -Me miro emocionada. La observé rápidamente y ahora que lo pensaba bien, me parecía una chiquilla de 5 años con juguete nuevo, me hubiese reido de no ser porque el juguete nuevo era yo.

-Cariño el trabajo te tiene loca... -Su cabeza había sido golpeada por una bola de nieve, el chico volteó a ver Elsa y comenzó a reír. -Que graciosas chicas, me alegra que las cosas entre ustedes vayan mejor pero no es necesa.. -Aproveché que miraba a Elsa para volverle a lanzar una bola de nieva más grande, se giró a mi dirección y la magia había sucedido.

-¿Lo ves? ¿Lo ves? -Anna jalaba de su manga.

-¿Ustedes también lo ven, no? ¿No estoy loco verdad?

-¿Por qué me tratan así? Solo soy alguien como ustedes, pero con poderes, e inexistente para los que no creen. Pero ya. -Intentaba explicar la situación.

El chico rubio cubrió su boca con las manos incrédulo. -Eres como campanita. -Susurró.

-¡Oye! Más respeto. -Respondí.

-Cariño, necesito que duermas con Jack esta noche, yo dormiré con Elsa.

Su prometido me miraba boquiabierto y de algo estaba seguro, Anna y aquel chico eran el uno para el otro.

-Jack, Elsa, esperen un minuto para arreglar el cuarto. -Dijo Anna-Te buscaré una pijama. -Se dirigió a Elsa y ella agradeció el gesto.

Bajamos hasta una pequeña sala, con un sofá y una chimenea a esperarlos.

-Sí que es grande el palacio. -Jamás había sido invitado en mis tantos años vivo a una palacio de una familia real.

-Lo sé. -Elsa acarició su brazo. -Aquí pasamos el tiempo juntos cuando los visito.

-Es bonito, sí. -Me senté en el sofá.

-Jack, lo siento si te incomodaron, a veces Anna puede ser un poco tosca y Kristoff tampoco ayuda mucho...

-Tranquila, son amables.

Ella sonrío aliviada, no era el lugar adecuado pero en mi cabeza sólo podía repetir que en efecto, hubiera preferido dormir a su lado pero si dormir separados la hacia sentir más cómoda por mi estaba bien.

-Listo, Kristoff te llevará a la habitación. -Entró Anna con un vestido bastante elegante blanco hecho de seda que dejó en manos de Elsa para que pudiera dormir a gusto.

-Buenas noches, Jack. -Se despidió Elsa con un gesto tímido.

-Buenas noches, Elsa.

Elsa.
Al salir Anna se enganchó en mi brazo y yo sabía lo que se aproximaba.

-¿Y bien? -Preguntó emocionada.

-"¿Y bien?"- La mire sonriendo, subiendo una ceja intentado adivinar sus intenciones.

-¡Ay por favor! ¿No me vas a contar?

Llegamos al dormitorio y me asegure de cerrar bien la puerta.

-Escucha. No, no es lo que estás pensando y te pediré que no lo molestes, no hay intenciones de ningún tipo por parte de los dos.

-¿Ya te lo dijo? -Me miro pícara.

-Decirme qué.

-Que no hay intenciones de algún tipo por parte de él, porque sino te ha dicho eso entonces no tienes derecho a hablar por ambos.

Sonreí sabiendo que era verdad pero no le iba a dar la satisfacción de seguir hablando del tema y ahora que me lo había planteado jamás había pensando en otra cosa que no fuera una amistad. Entonces me recordé a mi misma diciéndole a Anna que no se podía enamorar tan pronto y todas las ideas que Anna me había cuestionado desaparecieron.

-No sucede nada. -Le lance una frazada a la cara y ambas reímos.

-Mentirosa.

No tardamos mucho en quedar dormidas, Anna siempre se levantaba muy temprano, con trabajo pero lo hacía y yo no me había sentido bien sin mencionar que no había podido dormir debido a esa pesadilla. Apenas tocamos la almohada con la cabeza y quedamos noqueadas.

Entre sueños me encontraba ahí, en aquel mismo bosque y ya comenzaba a palpitar mi corazón a la velocidad de un rayo. Intentaba gritar pero seguía sin tener voz.

"Elsa..." Una voz profunda taladraba mis oídos y yo intentaba callarla poniendo mis manos en ellos. "Mi querida amiga, qué hizo el destino contigo" intentaba encontrar aquella voz sin éxito, "Lo mismo que hicieron conmigo" "Acabalos" "No tengas miedo" "Nunca has estado sola".

Aunque las palabras era un intento de consuelo solo llenaban mi corazón de miedo e inseguridad.

"Elsa..." "Elsa, despierta" "Despierta, ¡YA!"

Desperté de golpe y a un lado de mi estaba Anna diciéndome que despertara, agitada me enderece.

-¿Estás bien?

-Sí, solo un mal sueño.

-Elsa, tus poderes. -Me miro asustada. Las paredes estaban goteando, y me levanté desconcertada.

-¿Qué es esto?

-Estabas soñando y un tornado de nieve se estaba creando, tuve que despertarte y creo que cuando lo logré todo explotó y se derritió, era mucha nieve. -Se notaba en su voz lo preocupada que estaba.

-Anna, ni una sola palabra de esto a nadie.

-Pero Elsa...

-Lo sé, hermana. -Me senté enfrente de ella y la tomé de las manos. -No es nada, escucha, no volverá a pasar.

-¿Estarás bien? Elsa me preocupas.

-Lo estoy, no te preocupes, confía en mí.

-Sí algo más extraño te ocurre me lo tienes que contar.

-Lo sé. -En el pasado no me había ido bien ocultándole cosas pero ya era demasiado el trabajo que tenía como para agobiarla con mis problemas. -Estoy feliz de tenerte. -La abracé- No sabes la falta que me haces.

-También me haces falta. -Me correspondió el abrazo. -¿Si te digo que vuelvas no vas a volver, verdad?

Reí ante su intento de traerme de regreso al palacio.

-Sigue intentando. Te quiero.

-Te quiero, Elsa.

Muéstrate. ( Terminada. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora