Por primera vez en mucho tiempo.

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Jack.
-Elsa... ¿Majestad Elsa?- Desaparecí el conejo que emanaba de mis manos, sacándola del trance en el que había caído por mi magia.

Aclaro su voz, irguiendo su espalda mientras un un ligero sonrojo se asomaba e iluminaba sus mejillas, algo que su tez blanca hacia notar inmediatamente. -Solo Elsa, no hacen falta honoríficos.

-Muy bien, solo elsa.

-Tu magia... ¿Es de nacimiento o..? -Pregunto curiosa llevando sus manos a su pecho, no sabía si debía responder aún, en realidad no esperaba encontrar alguien que tuviera los mismos poderes.

-Siempre han estado conmigo.-

Ella inclino un poco la cabeza de lado.

-¿Nacimiento?

-No necesariamente.- La luna había llegado hasta su punto más alto, maldición, tenía heladas que hacer y se me había pasado por completo, solo podía pensar en el regaño que Norte me iba a dar sino hacia mi trabajo.

"Claro... Norte" Él tendría que saber algo, sentía que todas las respuestas las tendría él. Solo tenía que buscar la forma de safarme de aquí, aunque por otro lado quería quedarme otro rato.

-Disculpame.-Puse la capucha sobre mi cabeza y con un movimiento pude atraer mi báculo hacia mí. -Es demasiado tarde y tú debes descansar. Me retiro por el momento.- Me di media vuelta para ser súbitamente regresado por su mano que se aferraba a mi sudadera acción que sólo duró segundos para que la chica se diera cuenta y la soltara casi al instante.

-¿Volverás?

-Volveré.

Era un hecho que volvería, después de tantos años había encontrado a alguien que me podría entender.
Sonreí y salí volando sin voltear hacia atrás, necesitaba ver a Norte, necesitaba que me lo explicará para yo poderle explicar a ella, después de tantos años me sentía emocionado, por fin algo fuera de la rutina, por primera vez en mucho tiempo esto se ponía interesante.

Elsa.
Aquel chico que hace unas horas no sabía que existía había llegado para irse en un cerrar de ojos y eso me dejaba intranquila, tal vez no éramos los únicos.
Me senté en una esquina de mi cama y unas hojas junto con el viento entraban por la ventana.
-Gael, creo que ya me volví loca.
El aire jugueteo con mi cabello suelto y unos copos de nieve caían fuera del mi alcoba.
Jack había dejado una nevada tranquila a su paso que me llenaba de tranquilidad, había vivido prácticamente toda mi vida helada, pero por primera vez en mucho tiempo la nieve me hacia sentir cálida.

Jack.
Entre dando una patada al estudio de Norte, la puerta resonó e hizo que unos jetis voltearan alarmados.
-Ay perdón, esa entrada fue más dramática de lo que pensaba.

-Oye pero qué te pasa, ¿Tienes que espantarlos así?-Norte se encontraba haciendo la base de una bola de nieve, el detalle era impresionante, se notaba que estabamos a mediados de otoños porque Norte comenzaba a estar todo el tiempo en prisa, no le gustaba perder ni un segundo y más a tan poco de invierno.

-La encontré.

-¿A quién?-Parecía demasiado ocupado para prestarme atención.

-Una chica, con poderes como los míos.

-Imposible, y de verdad que espero imposible porque mira que soportar a alguien como tú-Soltó una gran carcajada aún concentrado en tallar la base. -A conejo se le caerían las orejas de ser cierto.

-Pero es en serio, es la hermana de la reina de Arendell.

-¿Arendell?...

Por unos minutos dudo, pero sabía algo, yo lo sabía, podía verlo en su expresión, esa expresión que hacía cada vez que recordaba algo importante.

Muéstrate. ( Terminada. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora