Elsa.
-Sólo quédate otro día. Sólo uno.-Anna, no. No puedo, tú tienes cosas que hacer.
-Tú también, ni siquiera has visto lo de mi vestido. -Anna ponía cara de cachorro, después de habernos peleado por mi culpa y de haberla espantado en la noche no podía decirle que no.
-Muy bien, pero de verdad sólo una noche.
-Otra cosa, ¿crees que Olaf te pueda ayudar con lo del vestido?
-No. -Dije inmediatamente.
-Tienes razón, de verdad no me quiero casar vestida de reno. -Comenzamos a reír. -Bien, te dejo, tengo que hacer algunas cosas pero en cuanto termine el papeleo tú y yo tenemos una cita en la cena, ¿Si?
-Como ordene su majestad. -Hice una pequeña reverencia y Anna rio tímida yendo a su despacho.
Me sentía orgullosa de Anna.-Haces un buen trabajo. -Dije en voz baja.
-Gracias, hago lo que puedo. -Me gire rápidamente.
-Jack, ¿Dónde estabas?
-Tenía cosas que hacer, quería avisarte pero supuse que estabas dormida y no te quería despertar.
-No pasa nada... -Tal vez Jack podría ayudarme con lo del vestido, dos mentes son mejor que una. -De hecho llegas en un buen momento, ven. -Lo tome de la mano arrastrándolo detrás de mí.
-Puedo caminar por mi cuenta. -Dijo sonrojado mientras lo jalaba.
-Perdón. -Sonreí soltandolo y entramos al antiguo cuarto donde solían descansar mis padres.
-¿Qué hacemos aquí? -Jack paseo los dedos por los muebles y junto polvo en sus dedos. -Una pequeña sacudida le vendría bien.
-Ayudame a buscar, este es el cuarto de mis padres, o bueno, lo era.
-¿Y que buscamos exactamente? -Comenzo a abrir los cajones que se encontraban cerca de la cama.
-Un vestido de novia, sé que mi madre no lo tiro, el problema es saber dónde está. -Abrí el armario y ahí estaban sus antiguos vestidos, todo seguía en su sitio y daba la impresión como si nunca se hubiesen ido pero el polvo me hacia recordar que no era así.
-¿Estás bien? -Jack se acercó a mí lentamente.
-Lo estoy. Es solo que... Es raro, que todo esté en su sitio, justo como lo dejaron. Da escalofríos.
-¿Puedo preguntar?
-No hay mucho que explicar. Ellos dijeron que irían a un viaje de negocios por el mar de sur pero su barco se hundió, ellos en realidad buscaban el Ahtohallan porque no comprendían la fuente de mis poderes.
-Lo siento mucho... -Dijo Jack poniendo ambas manos en mis hombros, había pasado años escuchando murmullos en el castillo de nuestros empleados lamentadose, y cada vez que me cruzaba con alguien las pocas veces que salía siempre me miraban con lástima, no podía imaginarme cómo sería para Anna, que vagaba sola como fantasma en todos los cuartos intentando entretenerse.
-No pasa nada, fue hace mucho. -Cerre el armario y me moví a un lado para que Jack quitará sus manos de mis hombros, no era que no me gustará pero estaba cansada de que todos se lamentarán por nosotras.
-Mira, arriba hay una caja. -Dijo Jack subiendo un poco para alcanzarla.
-A lo mejor es el vestido.
Jack bajo una caja de madera con detalles típicos de Arendell grabados en dorado.
No creo que guarde un vestido esta caja. -Me entrego la caja y nos sentamos en el piso. La abrí con cuidado pero solo había una libreta en él, eran escritos con la letra de mi madre.
-Que extraño... -Tomé la libreta y sople sobre ella para retirar el polvo. -Es... ¿Un diario? -Dije al leer la primera pagina por encima.
-¿De verdad nunca vieron esta caja? -Preguntó Jack inspeccionando la caja para asegurarse que no había nada más.
-Casi nunca entramos, en realidad nunca.
-¿Quieres leer el diario a solas?
-No. -Negué con la cabeza y sonreí. -Lo leeré después.
-¿Segura?
-No tiene mucho que volviste, sino te importa me gusta pasar tiempo contigo. -Jack me miró sorprendido, por eso no me gustaba ser brusca con mis comentarios, sabíaa que lo hacía sentir incomodo. -Lo siento, me refiero a que.. aunque no nos conocemos de hace mucho tiempo, al menos por mi parte siento que...
-¿Qué?- Pregunto Jack ansioso.
-Que te has convertido en alguien a quien francamente puedo llamar amigo.
-Ah... Tonta. -Golpeó suavemente mi frente suspirando.
-Pero alégrate, lo digo en serio. Creo que eres mi primer amigo. -Acaricié mi frente.
Jack no respondió y solo se limitó a mirarme.
-¿Jack, estás bien? -Dije preocupada, jamás había tenido un amigo, la mayoría de las personas cercanas a mi lo eran gracias a Anna.
-Lo estoy, solo recordé que debo hacer algo. Te dejo unos minutos. Perdón, cosas de guardianes.-Se volteó y se despidió sonriendo.
-Que extraño eres Jack. -Puse la caja en su lugar y salí del cuarto con el libro en brazos, debatiendo si debía contarle a Anna o no.
Jack.
Volé hasta las montañas del Norte, en las afueras del reino. Mi corazón palpitaba demasiado, tan fuerte que podía jurar lo escuchaba bombear sangre como loco, puse mi mano en el pecho para intentar calmarlo y en vano fue, de solo pensar en lo que acababa de pasar volvía a palpitar a esa velocidad.-A quien debiste decirle que no rompiera corazones es a tu hermana. -Pensé en lo que me había dicho Anna.
A lado de mí corría un muy pequeño arrollo, tome agua entre mis manos y moje un poco mi rostro que se encontraba caliente y rojo, me sentía tonto, por que tuve que congelarme, debí responder que también la consideraba una amiga. Golpee el arrollo con mi báculo sin pensar hasta congelarlo, ni siquiera tenía por qué enojarme, ella tenía razón, tenía que alegrarme de ser su primero amigo.
-Amigo... -Reí conmigo mismo. -Pero amigo cómo, amigo como Kristoff o amigo como el northuldra regalador de frutas... U otro tipo de amigo. -Caminaba en círculos mientras le daba vueltas al asunto.
-Un minuto, ¿Y si la hice enojar? Por irme de nuevo así como así. -Pensé pero era demasiado tarde para regresar como perro regañado, tenía que tener un poco de dignidad y actuar como si en serio estuviera ocupado.
-Ay Jack... Por qué eres así, ni siquiera es la gran cosa. -Jale ligeramente mi cabello entrenado un poco en pánico.
-No, tú eres un guardián. -Me pare demasiado erguido. -Si conejo me viera en estos momentos estoy seguro que se burlaría de mí, probablemente Norte me lanzaría regaños, Tooth me estaria bombardeando con consejos y meme estaría haciendo figuras que todos ignoraríamos como siempre porque nadie le entiende ¡Sí! Exacto, tienes razón conejo. -Señale a la nada- A los guardianes no nos intimida una palabra.
Deje de señalar a la nada y me senté resignado.
-Listo. Me volví loco.
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Muéstrate. ( Terminada. )
RomanceDos personas con los mismos poderes, diferentes historias que están destinadas a conocerse, pero, ¿También a estar juntos? Show Yourself. Años después de convertirse en guardian, y por otro lado, después de dejar el trono para ser libre, jamás se p...