¿Puedes verme? Final.

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Elsa.
Habían pasado casi tres meses desde aquella vez que accidentalmente perdí la memoria al caer del Nokk y golpearme la nuca en camino a Arendell. Anna había estado muchísimo más al pendiente desde ese entonces y no me dejaba respirar 5 minutos sin que ella lo supiera.

-Su alteza, su hermana desea verla. Se encuentra en su despacho. -Ken me decía desde el otro lado de la puerta. A tan solo un día de la boda era entendible que Anna estuviera muy ocupada, suspiré y salí de la habitación hasta donde se encontraba mi hermana trabajando.

-¿Ocupada? -Pregunté asomándome a su despacho.

-No tienes idea. Tengo a todo mundo encima de mí. Que si falta esto de confirmar, que si falta aquello. -Anna se dejó caer estresada en su silla. -Estoy tan harta que podría llorar.

-Ken me comentó que querías verme. -Entre por completo tomando unos papes de su escritorio, les di una ojeada rápida. -Sí quieres puedo ayudarte con esto.

-¿En serio puedes?

-Sí, es un formato sencillo, solía hacerlos rápido cuando era reina. -Sonreí sentándome en la silla enfrente de su escritorio aún revisándolos.

-Sí, te lo agradecería. Escucha Elsa...

-Te escucho. -Dije tomando una pluma y comenzando a llenar los datos que necesitaba en los papeles.

-Sabes que mañana me caso, es un día muy especial para mí. He tenido la cabeza en las nubes y en medio de todo esto... -Abrió el cajón de su escritorio. -Recordé que debía darte esto hace tiempo. Lamento por olvidarlo, es para ti.

-¿Para mí? -Alce la mirada y ella cargaba un pequeño bolso de piel, sentía que lo había visto en alguna parte pero no lograba recordar donde.

-Sí, un gran amigo mío me pidió que te diera esto. -Extendió su mano y yo dejé a un lado la pluma tomando el bolso extrañada. -Él quiso darte este obsequio pero fue muy tímido para dártelo en persona y después simplemente no tuvo oportunidad. -Metí cuidadosamente la mano dentro de la bolsa y saqué una hermosa esfera de nieve, me pareció increíble ver que se trataba de una nevisca encima de unas pequeñas flores amarillas porque ese tipo de flores extrañamente habían comenzado a florecer por mi casa en el bosque encantado, como si alguien las hubiese plantado apropósito para mí.

-Es hermosa, ¿Quién te la dio? -Agite la esfera embobada de lo hermosa que era.

-No lo conoces. -Toció sonriendo a la ventana. -¿Y bien? ¿Está listo mi vestido?

-¿Alguien que no conozco te dijo que me dieras una esfera de nieve? -La mire entrecerrando los ojos. -Anna...

-¡Ok, muy bien! No lo quería decir así, un admirador secreto, ¿Contenta?

-Dile a mi admirador secreto que es muy hermosa, gracias. -Sonreí mirándola la esfera y me dirigí a la puerta.

-¡Oye, ¿No dijiste que ibas a ayudarme?!

-Cambie de opinión, eres capaz de hacerlo tú Anna, ánimo. -Salí riéndome mirando sus pucheros.

Caminé de regreso hasta mi dormitorio, cerré la puerta detrás y me recosté mirando la esfera de nieve, era demasiado hermosa y muy detallada, no sabía porque pero últimamente me sentía muy nostálgica, cualquier cosa me hacia sentir triste, sentía que algo en mi no encajaba y me estaba volviendo loca. Tal vez simplemente era el sentimiento de ver acercarse la fecha en la que mi hermana se casaría y haría su propia familia y a mi me tocaba ver desde afuera, estaba feliz por ella eso era cierto pero me sentía sola de cierto modo, me faltaba una pieza que no lograba recordar o encontrar.

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⏰ Última actualización: May 12, 2020 ⏰

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