Pesadilla.

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Jack.
-¿Puedo ayudar en algo? -Me sentía culpable de algún modo, la idea de ir y de la nada había sido idea mía.

-No. -Sonrió. -De hecho, me siento un poco cansada.

-Sí, te entiendo... Entonces.

-¿Entonces?

-Te dejo descansar. -Me había retrasado un poco en mis deberes como guardian, iba a aprovechar para ponerme al corriente e ir a hablar con Norte, supuse que también él estaría buscándome o esperándome para un regaño, y como era costumbre ahí estaría conejo, le encantaba ser participe, así que era mejor irme haciendo a la idea.

-Espera. -Me tomo apenada del brazo cuando estaba a punto de irme. -¿Te quedas conmigo?

Me tomo por sorpresa, no sabía exactamente qué decir pero era un hecho que quería quedarme con ella un rato más.

-Sólo hasta que me duerma. -Insistió.

Quería decirle que siempre me quedaría con ella, cada vez que lo necesitará.
No veía un puente entre humanos y espíritus, mucho menos veía un quinto elemento o alguien que perteneciera a la realeza, veía a una chica que necesitaba protección, que la entendieran, simplemente que la entendieran y le hicieran saber que todo estaría bien.

-¿Qué debo hacer? -Pregunté ignorante.

-Sólo me acostaré y mira.. -Palmeo el otro de la cama invitándome a recostarme, estaba demasiado avergonzado y no tenía idea del por qué.

-¿Quieres que me acueste a tu lado?-Elsa asintió. Estaba ruborizado y no era para menos, mi nula experiencia tratando chicas salía a flote.

-Descuida... -Me esperaba sentada en su lugar. -Como sé que tienes que irte y solo me acompañaras hasta que duerma no tienes porque taparte, es más... -Rió- Jamás te pidiría lo que piensas.

Me sonrojé demasiado y desvíe discretamente la mirada para que no notará lo incómodo que me ponía.

-No estoy pensando nada malo...-Susurré.

-Cuando era pequeña y algo me preocupaba o simplemente no me sentía bien, mi madre solía cantarme una canción de cuna para que pudiera conciliar el sueño.

-Suena confortable. -Me acerqué al otro lado de la cama y me senté, aún avergonzado.

-Sí, solía acurrucarme y me cantaba hasta quedarme dormida.

-¿Me enseñas la canción? -Mire a Elsa por el rabillo del ojo, se recostó y acto seguido también lo hice, estábamos frente a frente, sus ojos azules y profundos me tranquilizaba y en cuestión de segundos ya no me sentía incómodo, comenzó a cantar en voz baja, cerré los ojos por inercia y al escuchar su canto, la canción me parecía más una profecía que una canción de cuna, pero a la vez me hechizaba, entendía porque de pequeña la hacia dormir.

-Es preciosa. -Me enderece para poder alcanzar una frazada.

-Habla sobre Ahtohallan.

-¿El río del libro? -La tape, y volví a recostarme a su lado.

-No lo encontraste porque Ahtohallan está congelado. -Dijo más dormida que despierta. -Es un glaciar.

-Después me cuentas más sobre ése lugar, por ahora descansa. -Estuve a punto de acariciar su cabello pero me detuve casi al instante, no tenía idea de lo que estaba haciendo, tal vez me estaba involucrando más de la cuenta.

-¿Jack? -Dijo antes de caer dormida.

-Dime.

-¿Te quedas conmigo mañana hasta que me duerma?-Antes de que pudiera contestarle se había perdido entre sueños.

-Ni siquiera te conozco. -Dije en voz baja.

Me levanté intentando no despertarla, no sé cómo me recibiría Norte después de haberme desaparecido casi un día, pero sentía que había valido la pena.

Antes de irme me asegure de que estuviera bien tapada, acomode mi sudadera y le di un rápido vistazo.

"Ni siquiera te conozco pero sé que me quedaría todas las noches que quisieras"

Sacudí la cabeza para despejarme y salí con ayuda del aire, volando hacia donde estaba Norte, dejando caer una ligera nevisca a mi paso por los países que quedaban a mi paso.

-¡Jack! -Una voz femenina me alcanzaba durante mi vuelo.

-¡Tooth!

-Oh Jack, ¿Sucede algo? -Preguntó el hada de los dientes preocupada.

-¿Por qué? ¿Sucede algo contigo? -Me detuve.

-¿Conmigo? -Soltó una risita, acercándose a la velocidad de un colibrí. -¿No te has visto? Te ves diferente... Que será. -Me rodeaba intentando encontrar algo.

-Ey, ey. -Intentaba frenarla pero era muchísimo más rápida que yo.

-No sé que es Jack Frost. -Me advirtió con su dedo índice. -Pero lo voy a averiguar. Uh, cierto, ¿Vas a ver a Norte?

-Sí. -Rasqué mi cabeza. -¿Crees que sea buen momento?

Ella levantó los hombros y suspiro.

-No lo sé Jack, solo sé está muy ocupado, tal vez le venga bien un poco de ayuda. ¡Me voy! Tengo mucho trabajo. Nos vemos Jack.

-¡Hasta luego hadita!

-Más respeto Jack -Gritó feliz mientras se iba volando.

Después del accidente que hubo con las haditas y  Pitch Black, salía a hacer un poco de trabajo en campo con ellas, aparte de que le encantaba y por eso le hacía burla cada vez que la veía fuera.

Yo solo esperaba que no estuviera conejo, o sandman.

Elsa.
"¿Qué sucedería si de verdad me quedo sola?"
Me encontraba en un bosque marchito, no podía distinguir si era el bosque encantado o un bosque cualquiera.
Intentaba gritar el nombre de Anna pero no tenía voz, mis manos se iban directamente a la garganta, me sentía helada, temblaba y sudaban frío mis manos.
Seguí vagando con pesadez por el bosque, intentando encontrar a alguien conocido, algún rostro familiar, pero solo había neblina, y árboles secos. "¿Donde estoy?"

-Oh, cariño.-Una voz profunda me rodeaba, era tan envolvente que no sabía de dónde prevenía. -¿No me recuerdas? ¿En serio?- seguía sin poder hablar, sin reconocer la voz.
-No te preocupes, soy tu mejor amigo. Pronto también creeras en mí.

Una ola de arena negra corría a gran velocidad detrás de mí y yo sentía mi paso cada vez más lento.
Tropecé siendo envuelta en aquella ola sin poder respirar, ahogándome entre granos"

Desperté de golpe, jadeando, mire a mi alrededor buscando a Jack, pero recordé que él se iría después de que yo me quedara dormida.
-Tranquila, fue un sueño.-Me consolé abrazando mis rodillas, Anna tenía razón, me sentía sola. Mis lágrimas comenzaban a bajar por mis mejillas, y por unos minutos volví a sentir que mis poderes eran más bien una maldición.

Muéstrate. ( Terminada. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora