Capítulo 19.

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Por décima vez me giraba para levantar mi mano saludando a mi familia, ellos estaban ahí melancólicos por mi partida porque definitivamente no sabía cuándo iba a volver, el próximo cumpleaños que tenía cerca era el de papá en dos meses seguro iba a regresar en ese tiempo a New York. Por último vez giro para mirarlos, mi sonrisa y a la vez melancólica no se podía expresar de ambas formas, estaba triste por dejarlos pero a la vez estaba feliz de volver porque lo que más quería es llegar para ver a Sebastian, abrazarlo y besarlo.
Lo había extrañado demasiado.

Mi destino era Niza, Francia, ahí estaba el crucero esperando nuestro embarcó dentro de cuatro días para otra vez repetir el recorrido por la Riviera Francesa, está vez con diferentes personas pero la misma rutina y en verdad debía reconocer que había extrañado un poco de eso según Lex y Boris lo que extrañaba era escuchar los gritos y demanda de Sebastian en la cocina supuestamente tenía el perfil de la supuesta sumisa mientras él se llevaba el de dominador por eso según mi hermano ese nivel de roles y poderes me gustaba más de lo que imaginaba cosa que era completamente mentira pero con ellos dos cuando se complotan nadie podía sacarlos de su pensamiento.

El viaje se hizo extremadamente corto, capas que el echo que me haya tomado una pastilla para dormir había resultado de maravillas, solo recuerdo haber despertado para comer, ir una sola vez al baño y ahora que nos avisaban que estábamos aterrizando en Paris, de ahí debía tomarme otro vuelo a mi destino real que solo contaba con una hora de viaje.
Ansiaba llegar para ver a mi mejor amigo, lo había extrañado demasiado y me hizo mucha falta estás semanas sin él, queria abrazar a Boris y escuchar su relato descarado de como se estaba comportando.

- ¡Emily! - chilla Bo cuando nos encontramos en el aeropuerto definitivamente.

- ¡Boris! - exclamo saltando sobre mi amigo que me recibe super contento. - ¿Rubia ahora? - consulto divertida al pasar mi mano por su cabello.

- Quería un cambio de look - acota bajandome de él.

- Me gusta como te queda, además el bronceado que llevas me encanta - aseguro abrazándolo.

- Me hiciste mucha falta, mala amiga - acota tomando mis valijas para salir del aeropuerto.

- Y tú a mí - digo con una gran sonrisa.

Mi mejor amigo me lleva al hotel donde se estaba hospedando y había reservado una habitación para mí, agradecía que siempre esté un paso delante mío, luego derme un baño quedamos en reunirnos en el restaurante del lugar para almorzar juntos.

- ¿Hablaste con Sebastian? - consulto al sentarme enfrente suyo.

- ¿Yo con el limoncito? - pregunta sorprendido. - No, la última vez que lo ví fue cuando le pasé su boleto de avión cuando viajaron a New York - agrega.

- Él está hace varios días en Niza, todavía no se contacto conmigo y sabe que llegaba hoy - comento mirando mi celular.

- Suena a novia tóxica - bromea.

Lo miro mal. - No soy su novia - contesto.

- Su novia no pero si tóxica - acota soltando una fuerte risa.

- Eres muy malvado - digo bufando.

- Lo siento, te extrañaba mi amor - dice tomando mi mano sobre la mesa.

- Yo no lo hice - miento con una gran sonrisa.

Boris me cuenta más sobre su estadía en Niza, todo lo que conoció sobre este lado de Francia y como son los penes de los hombres franceses supuestamente encontró su lugar en el mundo, mi amigo y su analogía con el sexo solo me hacía morir de risa.

Agridulce (12° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora