Capítulo 23.

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Estos tres últimos días junto a Sebastian fueron maravillosos, había aprendido tanto sobre el sexo que hasta creo que soy a adicta a él, a su cuerpo y a su pene. Mi novio puede ser todo un caballero pero en la cama era tan salvaje y apasionado, es perfecto hasta por dónde lo mires, estaba orgullosa de que sea solo mío.
Hace solo tres días era la mujer más virgen que podía existir y ahora parecía una ninfómana que solo pedía más y más, mi lindo limón tampoco se negaba a mis pedidos si no que aprovechaba para enseñarme nuevas cosas y definitivamente debía darle la razón a Lex y Boris, el sexo es maravilloso.

Nuevamente estaba volviendo al hotel, Sebastian debía incorporarse por la mañana al crucero porque tenía una reunión con todos los jefes mientras que nosotros los empleados nos tocaba después del mediodía y vaya que estaba atrasada porque debía organizar mi equipaje, empezábamos otra vez con la rutina.

- ¡Emily! - grita Boris saliendo de su habitación.

- Hola Bo - lo saludo ingresando a la mía y escuchando sus pasos detrás mío.

Mi amigo se sienta en mi cama y ante su atenta mirada, abro mi valija para buscar ropa, me quito el vestido, voy al baño darme un refrescante baño para relajar un poco mi cuerpo y luego envuelta en mi bata blanca salgo para seguir viendo a Boris en la misma posición espectante a qué le cuente algo.

- ¿Y? - consulta mordiendo su labio inferior.

- Fue maravilloso - respondo tirándome en la cama con una gran sonrisa.

- Mi amiga dejó de ser virgen - dice orgulloso.

- ¡Boris! - chillo avergonzada.

- ¡Que Emily! Ya no eres virgen y ahora sientes vergüenza después de haberte perdido por tres días porque estuviste encerrado con Sebastian dandole guerra en todos los lugares posibles - asegura muy convencido.

- Por favor - murmuro suspirando.

- Dime algo - lo miro a los ojos. - ¿Te gustó? - pregunta con media sonrisa y me tapo la cara. - Yo sabía, cuándo se prueba un buen pene después es difícil  desmontarlo - agrega riendo.

- ¡Boris!  - exclamo con mi cara roja.

- Emily, no te hagas la inocente que seguro aprendiste todas las poses del kamasutra - comenta divertido.

- Ya Bo - murmuro tirándome  nuevamente en la cama.

- Estoy tan orgulloso de tí, ya no eres virgen, probaste un buen pene y te convertiste en una ninfómana sexual. Definitivamente estoy orgulloso de tu cambio - asegura mi mejor amigo contento.

- No vas a parar en todo el día - aseguro suspirando.

- Tres días y medio desapareciste agradece que no me haya alterado porque sino estaría toda tu familia en Niza buscando a la señorita que estaba follando - argumenta indignado.

- Cada tres palabras dices algo relacionado con lo sexual - me quejo.

- ¿Quién pudiera ser tú? - exclama mi mejor amigo con una falta exageración.

- Por favor, Boris - digo riendo.

Mi mejor amigo se pasa jodiendo sobre mi perdida de la virginidad hasta hace una videollamada con Lex para solo torturarme doblemente con sus comentarios fuera de lugar pero algo raro notaba en la cara de mi hermano.

- ¿Qué te sucede? - le pregunto al robarle el celular a Boris y encerrarme en el baño para hablar tranquilos.

- Nada - miente.

- Lex - digo con mi ceño fruncido.

- No puedo mentirte - suspira. - Jean Paul Lamcourt me llamó diciendo que no puede dejar de pensar en mí - me cuenta otra vez suspirando.

Agridulce (12° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora