Capítulo 14.

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Los días pasaron muy rápido fueron muy pocos los momentos que pude pasar con Sebastian haciendo malabares para que nadie se de cuenta de lo nuestro, debía reconocer que es lindo sentir esa adrenalina de lo prohibido y estar en el crucero sabiendo que no se podía tener una relación crecía fervientemente nuestros sentimientos.
En verdad estábamos bastante locos porque ambos arriesgamos todo sabiendo que si alguien nos descubría era completamente lógico que fuera la primera despedida pero en verdad eso ahora era lo menos que me importaba en esos momentos porque cada día necesitaba más a Sebastian a mi lado.

- Te ibas a ir sin despedirte - dice una voz a mi lado.

- ¡Tian! - exclamo al verlo.

Me levanto de mi silla para abrazarlo con fuerza, estos momentos dónde nadie nos conocía también los disfrutaba mucho.

- ¿Creo que alguien me extrañó? - inquiere divertido mientras me roba un fugaz beso en mis labios.

- Un poco - reconozco con una gran sonrisa mientras estoy abrazada a él. - No pensé que nos ibamos a cruzar en el aeropuerto de París - agrego al soltarlo.

- Tengo que acompañar a una linda dama hasta New York y luego iré a Chicago - comenta pasando su manos por mi cabello.

- ¿Cómo? - digo con mi ceño fruncido.

- Puede que alguien me haya ayudado a coincidir nuestros asientos - declara de forma misteriosa.

- Boris - afirmo con media sonrisa, ahora entendía porque mi mejor amigo había insistido tanto en sacar él mismo los boletos de avión para volver a casa.

- ¿Me aceptarás como compañero de vuelo? - me pregunta con una tierna sonrisa.

- La mejor compañía para este largo vuelo - aseguro al colgarme de él.

- ¿Estás ansiosa de volver a casa? - consulta cuando nos sentamos a esperar la hora de abordar el avión.

- Me pone feliz ver a mis padres, a mi hermana Isabella, mis sobrinos y escuchar las locuras de Lex pero - hago un silencio recostando mi cabeza sobre su hombro. - ¿Tú ansioso de ver a tu familia? - le pregunto cambiando de tema.

- La verdad que sí necesito una dosis de locura Salvatore, Clayton y De Luca - contesta negando su cabeza divertido.

- ¿Quién son ellos? - le consulto curiosa.

- Toda mi familia - dice con orgullo.

- Me gustaría conocerlos - acoto con una gran sonrisa.

- Mi familia te amaría - afirma pasando su mano por mi mejilla.

Sus ojos se conectan con los míos,  su mirada azulada me tenía tan encandilada que no podía dejar de observarlo, parecía que nuestras miradas decían mucho más de lo que nosotros mismo nos podíamos decir y menos mal que los parlantes anunciaron nuestro vuelo porque sentía que iba a decirle algo que no era el momento por ahora.
Cuando nos subimos al avión y después de acomodarnos en nuestros respectivos asientos no tarde nada en dormirme apoyando mi cabeza en el hombro de Sebastian que si no fuera por él no hubiera ni notado el momento en que aterrizamos en New York.

- Tu hogar - acota mientras empezamos a bajar del avión.

- Estoy en dudas si en verdad es mi hogar - digo pensativa.

Él une mi mano a la suya mientras caminamos. - ¿Te espera alguien o vas sola? - me pregunta.

- Deben estar mis padres - aseguro.

- Entonces creo que nos debemos separarnos aquí - argumenta cuando nos detenemos para que los demás pasajeros pasen por delante nuestro.

- ¿Por qué? - pregunto con mi ceño fruncido.

Agridulce (12° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora