Capítulo 28.

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Definitivamente los cambios de horarios no era lo mío, no podía mantenerme de pie si solo me apoyaba contra la pared iba a dormirme en ese preciso momento además que mi estómago estaba revuelto y no olvidemos que tenía muchas ganas de llorar, mis hormonas estaban más locas de lo normal pero todo se debía que que estaba próximo a llegar mi periodo y siempre sufría estos cambios de humor.
Suspiré cansada observado mis maletas, otra vez debíamos embarcar en el crucero y en verdad no tenía ganas, quería volver a casa para abrazar a mi mamá y que papá me haga chocolate caliente, me hacían falta.

- ¿Está todo Em? - la voz de Sebastian me hace salir de mis pensamientos. - ¿Por qué lloras, cariño? - pregunta al acercarse para estrecharme en sus brazos.

- Extraño a mis padres - murmuro llorando en su pecho.

- Cuando terminemos está quincena podemos ir a visitarlos - me consuela dejando un beso en mi cabello.

Asiento a sus palabras y me abrazo más a su cuerpo, mi cara se esconde en la curvatura de su cuello pero al sentir su perfume mi estómago se revuelve más y salgo de ahí directo al baño a vaciar por completo todo lo que contenía en mi estómago.

¡Mierda!

Me sentía peor ahora.

- Emily - escucho a mi limoncito pero no tengo fuerzas ni para hablar.

Otra vez una arcada se hace presente y vómito nuevamente, soy un asco.

- Vete - le pido cuando lo veo entrar.

- Cariño estás muy pálida - murmura preocupado.

- No debí comer tanto sushi - digo con muchas ganas de llorar.

- Te advertí que era mucho - me regaña ayudándome a qué me levanté del piso.

Con un poco de su ayuda me lavo los dientes tratando de sacarme el gusto ese asqueroso de mi boca y me tiro agua en la cara, estaba muy mareada.

- Llamaré a un doctor - declara preocupado cuando me toma entre sus brazos para llevarme  la cama y recostarme.

- No hace falta Tian solo es una indigestión, anoche comí mucho - aseguro suspirando mientras cierro los ojos tratando de que se me pase el mareo que tenía.

Sebastian se acuesta a mi lado y trata de atraerme a su pecho pero se lo impido porque si llegaba a sentir nuevamente el aroma de su perfume iba a correr al baño a expulsar lo que ya no tenía en mi estómago.

- ¿Qué sucede? - consulta.

- El aroma de tu perfume me hace mal - reconozco al abrir de nuevo los ojos para encontrarme con su mirada de preocupación.

- Llamaré a un doctor - sentencia con su ceño fruncido.

- No lo hagas Sebastian - repito suspirando. - El jet lag, sumado a las pocas horas de sueño que tuve y la intensa noche que tuvimos no son una buena combinación. Estoy cansada déjame dormir unos segundos antes que tenga que ir a embarcar - le pido estirando mi mano para que el la tomé.

- No quiero dejarte sola - acota suspirando.

- Llama a Boris, él cuidará de mi - aconsejo bostezando.

- Emily - murmura.

- Llámalo, tu ya debes ir a embarcarte. No te preocupes estaré bien - aseguro sonriendo.

No muy convencido Tian se despide de mí mientras Boris entra a la habitación con sus maletas, escucho que me dice algunas cosas pero mi sueño es más fuerte que mis ganas de hablar.

- Emily - siento que alguien me dice. - ¡Emily! - repiten mi nombre. - ¡Emily! - un fuerte movimiento me hace abrir los ojos.

- Boris, que intenso - contesto molesta.

Agridulce (12° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora