Epílogo.

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Sebastian.

Nunca imaginé todo esto en mi vida, hace un poco más de un año atrás mi único sueño era terminar mi contrato con Lamcourt por una vez por todo y ser libre, por eso en contra de mi voluntad había subido a ese crucero para hacerme cargo de la organización pero en mis planes nunca estuvieron reencontrarme con ella, una tonta sonrisa se forma en mi rostro al recordar ese día, Emily Bennet cambió mi vida desde ese simple momento que nuestros ojos se encontraron.
Nadie imaginó que pasaríamos por tanto, nos enamoramos, nos casamos y fuimos padres de dos maravillosos bebés todo en menos de dieciocho meses.

La mejor decisión de mi vida fue besarla porque ahí cambió todo mi mundo y ahora no solo es mi esposa sino que es mi amiga, mi compañera, la madre de mis hijos y la socia de mi vida.

- Tian - escucho su voz.

- En la habitación de los bebés - le responde sonriendo mientras observo a nuestros hijos uno en cada brazo.

La idea de ser padre nunca se me vino a la cabeza, tengo miedo de fallarles a ambos de equivocarme pero está nueva faceta en mi vida era de mucho apendizaje. Todos los días aprendía algo nuevo con Andrew y Amelie.

- Todavía no estás listo - me regaña.

- Ellos pedían que los alce - digo sonriendo.

- Deja de consentir a esos dos embaucadores - bromea divertida.

Definitivamente la paternidad nos cambió, lo mejor de nuestro vida son nuestros hermosos y gritones hijos.

- Estás hermosa cariño - la halago  dejando un beso en sus labios mientras cambiamos roles y ella ahora carga a los bebés.

No había nada más perfecto que Emily cargando a nuestros hijos amaba verlos juntos, lo voy a repetir una y mil veces son los mejor en mi vida.

Dejo a mi esposa con los bebés y me voy a nuestro habitación para terminar de cambiarme, hace mucho tiempo no usaba mi chaqueta blanca de chef, hoy era un gran día donde cumpliría otro de mis sueños la inauguración de Salvatore Restaurant, nuestra última y maravillosa creación.
Estaba nervioso por el día, quería que sea todo perfecto porque todo dependía de las críticas.

Observo mi celular con atención, Alexander me informaba que después de tanto habíamos llegado a un acuerdo con Lamcourt y al fin suspiro aliviado porque por una vez por todo terminaba con esa etapa en mi vida.

- ¿Todo bien? - me pregunta mi esposa.

- Se terminó todo con Lamcourt, debo reintegrarle tres de mis sueldos que se había estipulado en el contrato - le cuento atrayendo su cuerpo al mío.

- Tres son mejor que un año completo - asegura abrazándome.

- Lo sé después hablaré con Alexander para informarme como debo hacer el pago y de una vez dar vuelta la página - digo suspirando.

Ella se separa de mí para observarme, la hermosa sonrisa en su rostro me encanta, mi esposa acomoda mi chaqueta.

- Perfecto - asegura.

Después de dejar a nuestros hijos al cuidado de Suzanne la señora que nos ayuda en la casa partimos rumbo a nuestro restaurante, solo faltaba dos horas para inauguración y debía estar todo perfecto.

- Chicos - saludo al entrar a la gran cocina para observar a mi equipo.

Fue difícil la selección de mi personal quería a los mejores para este proyecto.

- Chefs Salvatore - nos saludan sin dejar su atención a lo que hacían.

- Un minuto - les pido. - Hoy es un gran día y nuestro futuro depende de cómo salga todo en está cocina somos un equipo no olvidemos eso así que quiero lo mejor de ustedes siempre - agrego con seguridad.

- Como dice mi esposo queremos una unidad, si alguno no puede solo o no entiende la receta solo no dude en consultarnos o sus compañeros, estamos todos para todos. Somos un equipo y seremos los mejores - declara mi bella lima muy segura de sus palabras.

Cómo era de esperarse, al tan solo abrir nos sorprendió la cantidad de personas que ya esperaban, nuestra familia estaba dándonos su apoyo con siempre pero observar a los comensales degustando cada uno de nuestros platillos con alegría y goce no tenía precio.

- ¿Cómo va todo? - le consulto a Emily cuando la veo entrar a la cocina.

- De maravilla, todos están disfrutando y mi postre es un éxito - dice contenta.

Suelto una risa y la atraígo a mis brazos, ella había combinado la lima y el limón para generar una especie de mousse, debo reconocer que la combinación de esos cítricos con azúcar dió el perfecto sabor agridulce y adictivo para las papilas gustativas.

- Entonces agridulce nos llevará al éxito - declaro divertido.

- Siempre dije que lo agridulce es mejor, tiene en balance perfecto - asegura enredando sus manos en mi cuello.

- Como nosotros - acoto.

- Sí, nosotros somos agridulce - afirma con una gran sonrisa.

Mis labios se unen a los suyos provocando que suspiremos en el proceso, después de todo es un día lleno de emociones y estaba feliz de compartir todo eso a su lado.

Mi vida entera es Emily y nuestros hijos, lo demás no me importa tanto porque siempre estarán ellos adelante de todo, mi linda y agridulce familia.


Agridulce (12° SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora