¡Odio a Sebastian!
Tres días llevaba trabajando en su equipo y tengo ganas de matarlo mientras duerme, es un jodido dictador en la cocina todo se debe hacer como él quiere y manejar su grado de perfeccionismo que supera lo absurdo, ahora entendía porque es un maldito solitario que se la pasa viajando.
Ni su familia lo debe soportar.
Pensé que el tiempo en este crucero iba a pasar rápido pero recién llevo cuatro días y pareciera que fuera una eternidad, estaba cansada porque mis largas horas de trabajo me dejaban absolutamente agotada.
- Que les dije del cabello - ingresa Sebastian a la cocina.
Todos hacemos silencio ante él, mientras empieza a observarnos uno por uno si tenemos limpias nuestras uñas, que nuestro cabello este atado y que llevemos acordé el uniforme.
¡Insoportable!
- Van mejorando - declara parándose nuevamente en frente nuestro. - Esta noche es la más fácil de todas y dónde más falla puede haber, el menú indica noche de pizzas nada fuera de lo común pero definitivamente no quiero errores en este equipo - sentencia con seriedad.
Pongo los ojos en blanco, él su jodido perfeccionismo me estaban empezar a molestarme demasiado.
Él se centra en el medio de la cocina y empieza a desplegar sus consejos sobre el cuidado de cada producto y de como debemos tratar la masa para que la pizza llegué a su punto justo, se nota su conocimiento en cada uno de los menú que hacemos pero todo eso que lo deja como un lindo nerd sexy se le quita con ese insoportable carácter que tiene.
- Emily, ¿Te nos unes después del trabajo a tomar unas copas? - me pregunta Lorey una de mis compañera.
- La verdad que lo necesito - afirmo trabajando sobre mi masa.
Llevaba menos de una semana en este lugar y déjenme decirles que estaba más que estresada, no me imagino como terminaremos el año.
- Genial casi somos todos, no nos viene mal relajarnos después de aguantar tanto a limoncito - agrega divertida.
- ¿Limoncito? - consulto con mi ceño fruncido.
- Jean Paul es agrio como un limón y todo su séquito son los limoncitos porque son iguales a él - asegura mi compañera.
Solté una risita por sus palabras, Sebastian limoncito Salvatore imposible olvidarme de este pequeña referencia que usaré para cuando hable de él.
- Puede contar el chiste Bennet de seguro será divertido para sus compañeros - escucho que me dice justo él provocando que todo mi cuerpo se ponga rígido.
¡Mierda!
Giro para mirarlo ya que se encontraba detrás mío, mis ojos se encuentran con los suyos que solo mostraban cierto enojo y en verdad no tenía idea que iba a decirle para salir de este pequeño e incómodo momento.
- Solo recordé algo relacionado con mi familia, no era un chiste - miento.
- Sigan en lo suyo, menos charla y más trabajo - sentencia dándome una fulminante mirada.
Suspiro aliviada cuando sigue caminando para continuar con su recorrido, de reojo miro a mi compañera que me muestra una mira de disculpa así que dejando todo atrás vuelvo a concentrarme en lo mío.
Será una larga jornada laboral.
Cuando terminó con lo mío decidí salir a tomar un poco de aire, tenía un fuerte dolor de cabeza debido a tanto ruido que hay a mi alrededor comenzaba a atudirme un poco. Al salir escucho una voz y me escondí detrás de las cajas tratando de ver quién era el que estaba hablando.
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Agridulce (12° SAI)
RomanceDoceavo libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) Emily había conseguido el sueño de cualquier chef trabajar junto a su mayor referencia en un crucero a lo largo de doce meses, ella imaginaba todo lo que aprendería en ese tiempo pero nunca pensó que...