(Cap 4 ) LAS REGLAS DEL HAREM

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El sol hizo su aparición, finalizando la noche. El joven omega abrió sus ojos y perezosamente se sentó a observar por la ventana las nubes en el cielo. De forma inconsciente dirigió su mano derecha a su cuello e inevitablemente los recuerdos llegaron a su mente, provocando pequeños temblores en su cuerpo.

De repente sintió movimiento a lado suyo, lo cual lo asusto y terminó por caer al costado de la cama.

-!Jimin! ¿estás bien?- preguntó exaltada la joven, mientras se ponía de pie para ayudarle.

-Si -susurro el rubio tratando de levantarse, mientras la chica tomaba su mano para ayudarlo.

No pasó ni cinco segundos cuando una voz se hizo presente fuera de la habitación, provocando que lo soltara, haciendolo volver al suelo.

- Escóndete hasta que estamos solos, por favor- pidió la pelirroja.

Fue asi como el omega empezó a arrastrarse y ocultarse bajo la cama, sintiendo su corazón palpitar de forma desenfrenada, hasta que escuchó otra vez aquella voz desconocida para él, pero está vez dentro de la habitación.

-¿Lisa te encuentras bien?- aquella voz se escuchaba llena de preocupación.

Por algún motivo su inocente y pequeño lobo levantó las orejas, alerta y empezo correr de un lado a otro en su interior.

Ese comportamiento no era común en él, asi que Jimin solo atinó a pensar que era por el susto de poder ser descubierto y no saber las consecuencias de ello.

"Nuestro Sol..."

El pequeño omega estaba más que seguro que su lobo habia perdido toda pizca de cordura que le quedaba, lo más seguro era que lo sucedido hasta ahora fuera mucho para él, o eso era lo que suponía.

Después de unos minutos, en los cuales estuvo escuchando una conversación completamente ajena a su persona y en los cuales su lobo vagaba de un lado a otro en su interior como un loco. Cabe aclarar que esto, último lo hacia sentir bastante inquieto y extrañado. Pero, de todas formas no salio de su escondite hasta que la pelirroja se lo permitiera.

-¿Estás bien? -preguntó un tanto preocupada al verlo más sonrojado de lo normal, pero solo obtuvo un asentamiento como respuesta.

El ambiente incómodo fue creciendo poco a poco, hasta que el estómago del pequeño hizo un ruido, anunciando que necesitaba saciar su necesidad de alimentarse. Por lo cuál, el pequeño omega parecía explotar de la vergüenza.

-Veo que estas hambriento- rio dulcemente, pero otro ruido se hizo presente - Al parecer yo también - dijo aún entre risas la muchacha -Pediré comida para ambos- anunció sonriente y así lo hizo.

Minutos después apareció Rose con un par de platos y dos vasos de jugo fresco.

-Gracias Rosi y...- Observó al ma pequeño dentro de la habitación -Hoy el joven Jimin estará conmigo, no te preocupes, ve con la Emperatriz - dijo con una sincera sonrisa.

-Esta bien, Lisa, solo ten cuidado- pidió y sin más salió.

-Bien, Jimin hoy estaremos todo el día juntos, espero no te desagrade mi compañía- anunció, para después tomar un poco de jugo, a lo cual el rubio negó -Bien, entonces, alimemtate bien; porque necesitarás energías para todo lo que aprenderás hoy- dijo feliz, pues tenía pensado transmitirle todos sus conocimientos al rubio.

Los minutos pasaron y ambos omegas se encontraban en el verdoso y hermoso patio, lleno de árboles. El lugar era hermoso y la mirada perdida del rubio delataba su asombro, hasta que una voz femenina lo nombró.

-Jimin- lo llamo y cuando esté, le prestó atención, se dirigió hacia ella, Bien, regla número uno, este lugar es más que una sitio lleno de mujeres hermosas dispuestas a satisfacer al Emperador y a los príncipes- dijo caminando hacia un gran árbol.

-¡¿Qué?! -grito asustado y parando en seco si caminar.

-Así es, pequeño, este lugar tiene una estructura más compleja de lo que parece- acarició la áspera corteza del árbol.

-Pe.. pero- tartamudeo

-Regla número dos, la encargada de manejar este lugar es la madre del Emperador- dijo mientras tomaba una pequeña y verde hoja.

-Regla número tres debés ser leal siempre a quien sea tu "dueño"- hizo comillas.

-¿Mi dueño?- cuestionó notoriamente confundido -Pero, no tengo uno y nunca lo he tenido- habló con firmeza. A lo que la joven lo observó con cierta tristeza.

-Ahora lo tienes, Jimin y es la Emperatriz- asintió divisando sus manos -De ahora en más tú le perteneces, ella tiene el poder de elegir que haces y que no. Pero lo más importante, puede elegir con quien debes casarte- informó derrochando nostalgia en cada palabra.

-¡Eso no puede ser! yo...- quiso rebatir lo escuchado, pero fue interrumpido.

-Créeme cuando te digo que tienes suerte, ya que ella es una persona muy buena- dijo más que convencida la pelirroja. -Regla número cuatro, cuidate de la gente egoista, porque solo cuidan de sí mismos -un semblante triste se apoderó de la joven.

-¿Cómo puedo hacerlo si este mundo es completamente diferente a lo que se escucha en el pueblo del que vengo?- dijo pensativo y confundido.

-Y ¿qué dicen en tu pueblo de este lugar?- cuestionó con genuina curiosidad.

-Bueno... En realidad todos afirman que el Emperador y sus hijos son los alfas más perfectos de toda la tierra. Ñ
Las y los omegas y betas los desean con fervor y son la envidia de cualquier alfa, son importar su posición- rio con amargura -Muchas omegas anhelan venir para servirles, darles cachorros y convertirse en sus esposas- suspiro cansado, puesto que para él eso era una completa estupidez -Se jactan de lo hermosas que son y que con eso es más que suficiente para llegar directamente a la habitación del príncipe o del Emperador y pasar una noche o toda la vida a su lado, gobernando- culminó con aquellas tonterías que solía escuchar de mucha gente.

La joven lo miraba comprensiva, mientras escuchaba sus palabras. Ella podía entender perfectamente lo que se sentía estar en esa posición tan complicada.

-Pero yo jamás quise venir, por más hermoso que todos afirmaban que es este lugar- tragó saliva con dificultad para continuar y no quebrarse -Jamás anhele servirle a alguien, menos pasar una noche en este lugar- comenzó a sollozar -Yo solo queria ayudar a mi madre, ver crecer a mi hermano, hablar con mi padre en las noches de lluvia y pasar los descansos con mi amigo, solo... solo quería ser feliz -sin soportarlo más soltó lo todas las lágrimas que resguardaba su dolido corazón y la tristeza lo invadió.

-Pequeño- susurro la joven, acercándose -tú puedes ser feliz, solo debés encontrar lo que te haga feliz. En este mundo la felicidad no te la da la compañía, sino tú y solo tú. Si tú encuentras tu felicidad acá independientemente de los demás, entonces habrás encontrado la verdadera felicidad- le sonrio y acarició aquellas mechas rubias, mientras lo abrazaba.

El pequeño omega la miraba entre lágrimas, pero no logró entender en su totalidad lo que aquella chica intentaba decirle.

-Échate conmigo y descansemos un poco -dijo acostandose en el pasto, bajo la sombra de un gran árbol.

Sin objetar el rubio se acostó a su lado y cerró sus ojos hinchados. Al cabo de unos minutos ambos quedaron completamente dormidos.

Continuará...

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Bueno, hasta aquí llego el capítulo de hoy. Me siento muy contenta de que le estén dando Amor a esta historia😊😊😊

Y por eso hoy habrá un 2X1💕💕
¡Muchas gracias!

La subiré más tarde.😉😊😊😊
Ojalá les guste.









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