UN CHICO OMEGA EN EL HAREM

🌞 ECLIPSE 🌙

Antes de comenzar debo advertirles que este es un capítulo diferente, porque habrá contenido 🍋, es decir contenido para adultos; así están en todo su derecho de no leerlo si no es de su agrado y para quienes lo lean será bajo su responsabilidad.

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Las puertas se abrieron y Jimin dió el primer paso, lo que causó que aquel dolor en su vientre se intensificará al sentir el olor a cítrico que emanaba en el ambiente. Una vez dentro escucho como las puertas eran cerradas detrás suyo, con curiosidad comenzó a olfatear aquel aroma que estaba impregnado en cada rincón de la habitación, lo cual lo hizo inquietarse aún más. Pero unos pasos acercándose a él provocaron que se pusiera nervioso y entonces miró a la dirección de la cual provenían, solo para encontrarse con aquel chico de pelo negro y tez tan clara como la nieve, quedándose cautivado por aquellos pequeños y oscuros orbes, esa mirada penetrante que lo hacian sentirse descubierto.

El príncipe se acerco a su cuello para inhalar la mayor cantidad posible de aquel aroma tan dulce a coco y miel que le era tan atrayente. Ese aroma tan dulce, pero no hasta el punto de ser empalagoso, al contrario, era tan agradable que extrañamente en otras circunstancias estaba seguro que lo haría sentir aliviado y tranquilo. Sin embargo, en esos momentos solo provocó que su cuerpo volviera a entrar en un calor, uno más intenso que veces anteriores. Mientras, percibia en su interior la inquietud de su compañero lobuno, lo que no le dejaba pensar con claridad.

El joven omega intento retroceder, pero el pelinegro lo detuvo tomándolo de la cintura, presionando ligeramente ambos cuerpos. Lo que provocó que el rubio se removiera inquieto. No obstante, en su interior su lobo estaba más que extasiado con aquel aroma a cítricos por todos lados que no tenia ni la más mínima intención de alejarse de aquel joven príncipe.

YoonGi llevó una mano a la barbilla del rubio y la levantó para verlo más detalladamente, aquellos rosados y rellenitos labios parecian llamaralo para ser probados. Pero, con un poco de la fuerza de voluntad que aún le quedaba lo ignoró por un instante y observó aquellos azulados ojos, tan llenos de bondad e inconsciencia, tan diferentes a los del resto de las jóvenes que su madre envió a sus aposentos, tan hermosos y azulados que podían cautivar a cualquiera que los viera, cómo si del mismo mar se tratase.

Sin más, volvió la vista a aquellos rellenitos labios que se encontraban entreabiertos, la respiración de ambos comenzaba a entrecortarse por la cercanía y el calor corporal que aumentaba. Sin poder aguantar más aquella pecaminosa tentación, capturó esos suaves y rosados belfos  en un suave beso que no fue correspondido, pero eso no impidió continuar. Al separarse el joven omega lo miraba con sorpresa.

Sin previo aviso el príncipe volvió a unir sus labios en otro beso, uno más necesitado que el anterior. Mientras el omega cerraba sus ojos con lentitud, dispuesto a dejarse llevar. Es así que temerosamente empezó a mover sus labios y llevo sus manos temblorosas a los hombros del príncipe, dejándose guíar. El beso se hacia cada vez más intenso, lo cual complicaba la labor del joven para que pudiera seguir con el ritmo y a los pocos segundos se separó jadeante, sintiendo como el dolor en su vientre aumentaba ferozmente. Y su cuerpo empezaba a arder en el calor del placer, estaba tan concentrado en aquellas sensaciones nuevas pero placenteras que no notó cuando el príncipe empezó a dejar pequeños besos sobre su cuello, que con los segundos se volvieron más húmedos.

El joven omega intentaban no soltar ningún sonido, mordiendo su labio inferior, pero al sentir la lengua del contrario en esa zona tan sensible no pudo soportar más y finalmente cedió, dejando salir de sus labios sonoros jadeos y gemidos llenos de placer, los cuales solo provocaban que el príncipe se descontrolara aún más.