El Abandono.

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Después de haber escuchado el encuentro de All con Betty, me di cuenta de lo que había hecho mi amigo por mí. Yo fui un estúpido egoísta que solo pensó en beneficio propio. ¿Cuánto me costaba? Solo tenía que decirle mis planes... solo tenía que contarle que me iría por un tiempo. Hice que él se preocupara, arriesgo su vida por mí, solo para salvar a quien consideraba su rival.

- All... yo no tengo palabras para describir cuanto lo siento –me coloque de rodillas y baje mi cabeza- pero este es mi sueño, es lo que siempre quise hacer, es para lo que estoy destinado.

All me miraba como una persona que siempre había considerado superior se arrodillaba ante él. Él estaba con la miraba baja igual que la mía, no tenía el valor para levantar la cabeza y mirarlo a los ojos. El sacrifico su bien estar por mí y yo ni siquiera fui capaz de recompensárselo.

- Lo último que quiero ver es al Fénix free arrodillado –lanzo su cuchillo a mi lado- hoy para cumplir con tu sueño, debes pasar cada uno de los obstáculos. Si pasas sobre mi cadáver sabré que eres capaz de cumplir con ello.

Me levante de manera rápida que él venía con una patada impulsado por el cuchillo que clavo en el suelo. Parecía que atacaría enserio, estaba atacando con sus mejores ataques, pero era mucho más sincronizado. All había cambiado mucho.

Yo sabía porque hacia eso, él quería probarme, saber si yo estaba listo para poder alcanzar aquello que yo deseaba. Él no había esto porque me odiara, en sus golpes no podía detectar nada de resentimiento, el atacaba con todo lo que tenía, pero él no sentía odio, no sentía rencor, él lo hacía con una sonrisa en el rostro.

Empezaba a llover mientras que All tiraba sus ataques y yo me quedaba esquivándolos, yo no podía sacar mi hacha, no podía atacarlo. Él se daría cuenta que no estoy atacando con todo y eso sería una falta de respeto para él.

Pero yo no quería...

No me imaginaba hiriendo a All, era de las personas a las cuales no les tenia rencor, a las cuales les había tomado un cariño muy extraño, no podía odiarlo. No tenía familia, no tenía a nadie cercano, la única persona que se ganaba un espacio en mi solitario y frio corazón, era aquella persona que había estado conmigo desde hace mucho tiempo y nunca me miro con miedo, envidia o rencor. El me trataba como un igual y eso... es lo que lo hizo que yo ahora no pueda matarlo.

El seguía atacándome insistentemente y yo seguía esquivándolo sin poder hacer un movimiento de contra ataque, la lluvia se intensificaba y yo veía con sumo cuidado como las cuchilla de All cortaban las gotas de la lluvia, no sé por cual razón All debe sentirse más impotente ya que su expresión no era la misma. Era porque no podía asestarme un golpe o porque yo no lo atacase.

En ese momento de indecisión en el cual debía escoger si atacar a All, vino una interrupción sorpresa... Era Tom.

- Jefe, no sé qué está pasando, usted nunca fue de hablar mucho de su pasado. Mas en sus ojos puedo ver que usted no quiere atacar a esta persona. Por eso estoy yo aquí.

Tom se metió con su gran brazo y nos separó. Se puso enfrente de mí, sinceramente no sé si Tom podría competir con el nivel que All estaba en ese momento, pero tampoco podría desaprovechar la oportunidad que me había abierto para poder seguir. Tom también tenía su orgullo como peleador y tampoco pensaba interferir en eso.

- Tienes razón All, tengo que acabar contigo para ser capaz de cumplir mi sueño, pero eso no significa que sea ahora...

All se queda boquiabierta, pero antes de que pudiera hacer algo yo ya me estaba escabullendo del lugar y Tom reteniendo a All. Era la oportunidad perfecta para poder acabar con el que se encuentra en la cima. Don paulo...

Ya sabía dónde estaba, donde se escondía. Nuestro grupo ya estaba ganando terreno y los guardias de Don paulo ya estaba rindiendo en alguna medida. Parecía que todo estaba a nuestro favor.

Al entrar por la puerta que debería estar don paulo, lo consigo, parecía como si nada estuviera pasando. Parecía estar observando su habitación, parecía que estuviese resignado, pero el don más grande entre los mafiosos siempre tendría algo bajo la manga.

- Se acabó don, no te quedan hombres y para unos quise minutos estarás rodeados por mi hombres.

- Si, lo sé, pero a pesar de todo no deberías de pensar que has ganado...

- Sabia que esto no sería tan fácil –Tome mi hacha esperando lo que sea que viniera- Esta es mi última prueba.

- Yo te crie para este momento, veamos si tienes lo necesario para superarme...

El de su escritorio saca una caja negra de forma rectangular, la puso encima del escritorio y de aquella caja saco una katana del mismo color. Parecía un espada completamente normal, pero Sabiendo cómo es Don paulo, esto es de todo menos normal.

- Esta katana es una de las que le conseguí ganar a un gran brujo en una subasta, decía que si caía en malas manos podría ser peligroso. Una espada maldita, capaz de causar la mayor destrucción sin importar quien la usara.

El desenfundo la espada y se quedaba mirándola, pero sabía que don paulo nunca había usado un arma que no fuera de fuego, pero con un objeto maldito nada es seguro.

- Si eres capaz de ganarme –Decía Don paulo- a mí con el poder de esta espada, serás capaz de demostrar que puedes con este imperio.

Antes de que pudiera decir algo Don hizo un corte al vertical que fue capaz no de solo de cortar la pared que estaba a mis espalda, sino que el corte fue tan grande que supero con creses unos tres edificios que estaban más atrás, el suelo y las personas que estaban en medio. Ni siquiera sentí cuando hizo el movimiento.

Uhhhh –dice al ver la destrucción de esta magnitud- parece que esto será difícil...    

El Hermano Del HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora