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Caminaba a paso lento por las calles de Seúl en dirección al edificio de Big Hit para la reunión que estaba pactada para una hora más, estaba a no más de cinco calles de este y por la sobra de tiempo que  tenía me dediqué a observar los alrededores del lugar. Seungmin me había dicho que mandaría por mi un auto o por lo menos a un guardia pero no lo encontré necesario, ya que hacia muchísimo tiempo que nada volvía a ocurrir, que ya no había nada extraño en mis simples rutinas post comeback, por lo que desistí de la propuesta.

En algún momento de mi trayecto, había recordado a Yuta, nuestros pequeños pero lindos momentos habían dejado una nueva sonrisa en mi rostro, le quería, le quería tanto.

Pero quizá por ir ensimismada en pensar en aquello, y también por haber cantado victoria demasiado pronto, noté el peligro demasiado tarde, sentí miedo, tuve pánico al darme cuenta que la persona que me había seguido con una cámara tiempo atrás venía caminando en la dirección contraria a mi, y quizá habría podido pensar que era una mala coincidencia, pero su vista, la cuál estaba fija en mi, sin siquiera pestañear me dijo que algo malo podía ocurrir.

Pensé en una rápida ruta de escape y gracias a dios estaba cerca de un lugar que concurríamos con los chicos de vez en cuando, en aquellas veces que simplemente queríamos pasar desapercibidos. Se trataba de un café con grandes estantes de libros que nos permitía vagar por sus pasillos durante horas. 

Entré rápidamente y a la vez noté que esta persona fijó su vista en el lugar que lo hacía. Apenas estuve dentro, tomé mi teléfono y marqué el numero de mi manager, pero no estaba con la mejor de la suerte ya que no me contestó. Llamé aproximadamente mas de 3 veces y todas terminaron en el buzón de mensajería.

Ya estaba de los pelos, comencé a caminar entre los pasillos y gracias a que los conocía bastante bien, aun no me topaba con el susodicho. Decidí cambiar de estrategia cuando la quinta vez volví a ser enviada al buzón de voz, llamé rápidamente a Nam, y en el preciso momento que me contestó, en el otro extremo del pasillo vi al tipo, su mirada lasciva juro que provocó que un escalofrió me recorriera entera.

-Joonie, está el tipo de la cámara en el café literario que visitamos siempre, entre aquí para perderle, pero estoy corriendo entre pasillos ya que me encontró, por fav- no alcancé a terminar de hablar cuando simplemente.

-Voy de inmediato.

Ya no sabía por donde entrar para perderle, cuando algún tipo de ángel de la guarda me protegió, lo vi acercarse cuando por detrás de mi una chica de cabello castaño con corte de hongo de unos 20 años se acercó a mi y tocó de manera sutil mi hombro, me exalté en un primer momento pero me relajé al notar de qué se trataba:

-Eres Bokjo? Dios eres Bokjo!- ella habló emocionada, pude observar en su collar un dije army, lo que me decía que ella era fan de mis amigos y por ende me conocía -Eres fantástica, soy tu fan!- dijo en una voz chillona pero que no tenía nada de molesta.

-Hola!- respondí de manera tierna observando hacia todos lados que  no estuviera el tipo -Gracias por tu apoyo cariño- dije sonriendo, ella pidió una foto y yo accedí.

Al finalizar la pequeña conversación con la chica vislumbré al guardia de los chicos entrar por uno de los pasillos junto a Seungmin de manera apresurada, les llamé en voz queda y ambos me observaron, al hacerlo, pude ver en sus expresiones una luz de alivio que se me fue transmitida. 

Me despedí de la chica y, sin ninguna muestra de afecto hacia ninguno de los dos hombres, nos dirigimos hacia la salida del lugar. Afuera me esperaba una van en la cual estaba Namjoon y Yoongi dentro, al cerrar la puerta el menor me abrazó fuertemente y un sollozo involuntario salió de mi garganta, acompañado de lágrimas, mientras el mayor acariciaba mi espalda con el fin de transmitir tranquilidad.

SIN DISTANCIAS - [N. Yuta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora