Cartas.

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Estaba atardeciendo y Kya, dejó la carta que le escribió a su amiga con un mensajero, pero antes le escribió a dónde y para quién.

El mensajero agarró esa carta miró la parte delantera y se sorprendió.

"De: Kya Kiuchi
Para: Yui Nohara

Dirección: Konohagakure, residencia Nohara"

- ¡¿KONOHA?! - gritó el Raikage al mensajero.

- Ra-Raikage-Sama.... - susurró asustado.

- ¡¿PARA QUÉ QUIERE ESA MOCOSA ENVIAR CARTAS A KONOHA?! - gritó enojado - ¡SEGURI ES UNA ESPÍA!

- Raikage-Sama, será mejor ver su contenido antes de hacer especulaciones. - le dijo el consejero.

- BIEN. - el mensajero abrió el sobre y la leyó en voz alta.

- Es sólo una carta normal. - susurró el Raikage - ¡No importa! ¡Quiero que la copien y manden la copia! ¡Vamos a procesar la original!

- ¡Hai, Raikage-Sama! - gritó el consejero para salir.

- ¡Y quiero que me traigan a Masako!

Kya estaba entrando al local otra vez lleno pero con mucha menos gente.

- ¿Los traes hechos? - ella asintió - Espero que funcione.

A penas se hizo la hora indicada se le informó a los clientes de la comida y sin dudar, empezaron a pedir.

- Mesa 2 pide tres panes de azúcar. - entregó lo que habían pedido - Mesa 10 un pan de azúcar y un chocolate caliente. - lo sirvió en una bandeja - Las mesas 1, 3 y 6 piden dangos... Diablos no hice dangos. - se acercó a las mesas - Disculpen señor/señores/señorita ni hay dangos. - ellos bufaron pero pidieron otra cosa - Aquí está si pedido... Bueno mesa 9 pide sólo dos chocolate calientes. - entregó - Mesa.. 8 y 5 dos café y pan acaramelado, un chocolate caliente y un pan endulzado. - fue con dos bandejas distintas esquivando a la gente.

- ¡Señorita! ¡Aquí! - llamó una voz conocida para ella.

- ¿Atsushi? - casi se le riegan las bebidas calientes, pero ignoró su llamado y le sirvió a las personas, después de eso - ¿Qué desea pedir, señor?

- ¿Kya? ¿Qué haces trabajando aquí? - ella le tendió una sonrisa nerviosa.

- ¿Qué desea pedir? - volvió a preguntar ignorando su pregunta, ella debía trabajar no quedarse hablando con aquel chico.

- ¿Eh? No me ignores.

- Atsushi, no puedo quedarme a hablar, ¿Qué deseas pedir? - le volvió a preguntar.

- Chocolate, y.... - suspiró - Unos minutos de tu tiempo.

- No puedo, me voy. - fue y le hizo el pedido como a todos los clientes.

Cuando le sirvió el chocolate y se fue, unos hombres se llevaron a el hombre peliblanco.

- Menos mal le pedí a la señora de la tienda que me ayudara a hacer todo esto. Si no, nunca hubiera acabado y todo sabría muy mal. - ¿Realmente su comida quedaba tal como su estado de ánimo o solo era una pésima cocinera?

El esposo de la mujer que la ayudó fue internado en el hospital por probar uno de sus panes.
Aunque el pan que probó fue uno que hizo después de tener ese ataque de pánico.

Aquella mujer con la yukata y una sombrilla que decía que era la parte de ella que olvidó le causaba curiosidad y a la vez miedo.

¿Porqué pelirroja? ¿Y esos ojos rojos con una figura extraña? ¿Ella no debería ser ciega? ¿Acaso su cerebro intentaba burlarse de ella?

La Hija De Madara - NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora