Olivia y Adam

8.9K 940 107
                                    

No había nada más lindo que llegar a casa, desenchufar un poco la mente del trabajo para rodearme del amor de mis hijos y de mi esposo pero al solo abrir la puerta los gritos de mis niños retumbaban por todas las paredes, Mackenzie y Oliver otra vez estaban peleando y Adam estaba en el medio de ellos dos frenando la guerra que se había desatado por quién sabe qué.

- ¡El rompió mis muñecas! - exclama mi hija furiosa señalando a su hermano.

- Yo no fuí - respondía mi hijo de cinco años con cara de inocente.
Lo conocía tan bien que podía afirmar que él había entrado a la habitación de su hermana a solo decapitar las amadas muñecas de ella.

- Te dije cariño que íbamos a comprar otras - interviene Adam siendo conciliador.

- No todo se soluciona con dinero, papá - le contesta nuestra niña de ocho años a nada de ponerse a llorar.

Mi esposo levanta la vista sientiendo mi mirada y solo puedo notar el cansancio en sus ojos, se nos estaba haciendo muy difícil criar a estos dos niños que tienen un carácter bastante explosiva, la genética Salvatore y la O'Donnell se potenció en la personalidad de ellos.

- ¡Mamá! - exclama Macky al verme entrar, no tarda nada en correr en mis brazos para ponerse a llorar.

- Todo estará bien, mi guerrera - digo secando sus lágrimas.

- Oliver le sacó todas las cabezas a mis muñecas - me cuenta con tristeza.

- Mamá las va a ver y vemos si la podemos arreglar - comento acariciando su cabello así se tranquiliza.

- Yo no fui mami - dice Oliver llegando a dónde estoy y también se pone a llorar.

Escucho el suspiro cansador de mi esposo mientras me observa contener a nuestros dos hijos que lloraban en mis brazos.

- Vamos así se bañan mientras papá pide la cena - les informo mientras ambos toman cada una de mis manos.

Llevo a mis hijos a sus habitaciones, Mackenzie es más independiente por eso solo entre a su baño encendí la ducha graduando la temperatura mientras ella preparaba sus cosas, en el piso estaban todas las muñecas rotas y está vez no íbamos a salvar mucho.
Luego voy a lo de Oliver, mi pequeño demonio saltaba en la cama desnudo solo generando caos a su alrededor.

- Vamos Olí - murmuro cansada al atraparlo y llevarlo directo al su baño para meterlo en la ducha.

Mi niño es un salvaje.

Mientras lo estoy bañando me empieza a contar todo lo que hizo en sus clases y de lo mal que se portaron con sus primos, la maestra nos había dado un ultimátum a todos y está vez ni Amy ni Alex nos podrían sacar del lío a todos, verdaderamente estos niños serán un gran dolor de cabeza cuando sean adolescentes.

- Deja, mamá lo hace - comento al entrar nuevamente a la habitación de mi hija que cepillaba el pelo.
Ella estaba en silencio, muy pensativa mientras la peino y sabía que había algo más de fondo a su estado de ánimo esto no era por las muñecas en sí.

- Hoy ví a Sasha con una chica, él la besó - me cuenta y podía ver su carita de tristeza a través del espejo.

- Cariño, él tiene el doble de tu edad y es normal que tenga una novia - acoto.

- Yo quería ser su novia - murmura.

- Hija - ella me observa desde el espejo. - Tú tienes ocho y el dieciséis, ahora no es el momento de pensar esas cosas por ahí cuando sean grandes puedes cumplir tu sueño de ser su novia - agrego tratando de sacarla de su tristeza.

Mackenzie tiene cierto enamoramiento de Sasha desde que es una bebé, Adam lo odia porque obviamente las diferencias de edades en estos momentos es mucho, ella recién es una niña pequeña y él es un adolescente que está investigando la vida. Ahora no es el momento de amor pero en unos años quien sabe que podría pasar, con Helena mantenemos las esperanzas para el futuro.

- Ya está la cena - dice Adam entrando a la habitación.

- ¿Qué pediste papi? - consulta nuestra hija.

- Pizza - responde tirando de mi mano para que me acerque a saludarlo. - Hola, cariño - comenta al abrazarme.

- Hola - suspiro al estar en sus brazos, me pongo en puntitas de pies para llegar a sus labios y dejar un suave beso.

- ¡Qué asco! - escuchamos la voz de Oliver.

- ¡Niño tonto! - le grita Mackenzie.

- Llévalos a la mesa ahora bajo - murmuro sin ganas de soltar a mi esposo.

Adam asiente y dándoles una advertencia a nuestros hijos se los lleva para la cocina mientras aprovechaba para ir a nuestra habitación a buscar lo que había comprado para salir de mis dudas, no se si era el momento correcto para empezar de nuevo con todo pero mi descuido al parecer traía otro heredero.
Sabiendo de memoria ingreso al baño y cumplí con todas las instrucciones, solo cinco minutos el test me sacaría de las dudas y hasta me diría de cuántas semanas estaba embarazada, suspiro observando el resultado dentro mío lo sospechaba.

- ¿Todo bien cariño? - me pregunta mi esposo al verme entrar a la cocina dónde me esperaban para cenar.

- Todo bien - respondí con un intento de sonrisa.

La cena fue tranquila, no hubo muchas peleas y de reojo podía sentir la mirada de preocupación de mi esposo, estábamos casados hace ocho años pero juntos hace más de diez me conocía muy bien así que presentía que algo escondía.
Cómo todas las noches cada uno hace dormir a uno de los niños hoy me tocaba Oliver después de un cuento por suerte mi pequeño demonio se había dormido dejándome tiempo para que vaya a darme un baño y espere a mi esposo recostada en la cama, Adam al ingresar se acurruca a mi lado y me atrae a sus brazos mientras deja un beso en mi cabeza.

- ¿Te acuerdas mi idea de tener tres hijos? - me consulta y asiento. - Creo que con dos me conformo - agrega suspirando.

- Mira el cajón de tu mesa de luz - digo para que estire la mano y saque el test de embarazo que estaba ahí.

- Liv, lo siento. Jodí el momento - dice asombrado.

- Necesito un abrazo más fuerte - pido y él no tarda nada en cumplir con lo que le pedí.

- Mi boca impulsiva dijo algo incorrecto, estoy muy asombrado y a la vez feliz cariño - declara y observo su gran sonrisa.

- Uno más - murmuro cerrando los ojos cansada.

- Uno más - asegura apoyando su mano en mi vientre aún plano.

Ambos estábamos felices con la noticia, se que nuestra actitud parecía lo contrario pero dentro nuestro esto volvía a coronar nuestro amor, otro fruto del amor más puro que nos tenemos.

- No se cómo lo haremos pero será un gran desafío - aseguro.

- El mayor y más lindo desafío Liv. Podemos con dos, tres serán más fáciles - comenta riendo.

- Lo que nos espera - acoto sintiendo su beso en mi frente.

- Te amo reina de mi corazón - declara.

- Te amo, mi rey - digo somnolienta acurrucandome más para que sus brazos me protegen como lo hacen todas las noches.

Otra vez seríamos padres.

Otro bebé a la familia.

Un nuevo y ultimo O'Donnell llegaría a la familia en unos pocos meses.



Extras (SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora