Amy.
Volver nuevamente a la ciudad solo significaba que tenía que ver al ególatra de Alexander De Luca, la última vez que lo ví tenía quince años y él me había enseñado algunas cosas del sexo que no tenía idea. Se que era jóven en ese tiempo pero no sé puede arrepentir de los errores del pasado más cuando eso conlleva a recordar los mejores orgasmos que experimente en mi corta experiencia.
El idiota ese me dejó grandes expectativas y ningún hombre pudo lograr lo que él hizo ese día, creo que por eso lo odio tanto porque es imposible sacarlo de mi cabeza como quisiera.- ¿Por qué tanto tardas, hija? - pregunta mi mamá entrando a mi habitación.
- La madrina de Elliot debe ser la más linda - bromeo divertida.
- Apúrate hija - acota riendo.
La razón por la estábamos nuevamente en Chicago era porque hoy es el bautismo de Elliot, el primer hijo de Maddie y Owen donde soy la madrina de ese pequeño niño hermoso que es la debilidad de toda la familia Meitzner.
- ¡Amy! - escucho el grito de mi mamá.
Me miro por última vez en el espejo y sonrío antes de salir de habitación para encontrarme con mis padres y mi hermano Adler que leí un libro mientras me esperaban.
- Deja eso - digo quitando su libro.
- Tengo un examen - se queja al sacarme el libro y subirse al auto de mis padres.
Adler está en la escuela de policía, este es su primer año y quiere ser el mejor para entrar a una unidad especial, mi caso es diferente estudio abogacía estoy terminando mi tercer año en la universidad de Madrid, mi sueño es ser abogada penalista pero me falta mucho todavía para ello.
Mis padres se sorprenden día a día al vernos elegir nuestro camino, somos hijos de un famoso escultor y una famosa escritora de novelas eróticas pensaron que íbamos a seguir algo como ellos pero no con mi hermano nos fuimos al otro extremo.Al llegar a la iglesia donde se llevaba el bautizo, había demasiada gente y para no, si entre nuestra familia sumada con la de Owen mínimo tenías cien invitados, somos de familias numerosas.
Volviendo a lo que iba a decir, al solo bajar del auto divisé a Maddie con su hijo en brazos mientras hablaba con alguien de espaldas, un jadeo se me escapó de mis labios al ver ese rostro cuando se giró, mierda los años lo sentaban demasiado bien y mucho más sexy.- ¡Hola, hola! - exclamo con seguridad.
- ¡Amy! - chilla Maddie.
- También te extrañé,prima - aseguro dándole un fuerte abrazo y le robó a su hijo para mirar a ese pequeño rubio de ojos azules, tan parecido a su padre que es una mini copia de Owen. - Alexander - saludé con indiferencia al cruzar nuestras miradas.
- Bank - contesto poniéndose sus lentes de sol y luego se marchó lejos nuestro.
- Idiota - murmuro.
- ¿Pensé que se llevaban bien? - pregunta mi prima con una divertida sonrisa.
- ¿Nosotros? - suelto una risa falsa. - Nunca me llevaré bien con ese ególatra - afirmo.
El bautizo de Elliot fue precioso, todo maravilloso y lleno de muchas emociones, solo tuve un problema que estar sentada a lado de Alexander, que era el padrino del pequeño. Tenerlo tan cerca además de que el muy hijo de su madre buscaba la excusa para rozar mi rodilla solo aumentaban mi odio y exitación por ese bastardo ególatra.
La fiesta que se organizó en honor a Elliot estaba en su mayor esplendor, todos disfrutaban hasta que en mi campo de visión lo ví a él, nada mal y sonreí cuando sus ojos me vieron.
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Extras (SAI)
AcakUn mundo paralelo dónde podemos saber un poco más de nos amados personajes de la Saga