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Iban de acá para allá juntas, todo el tiempo ¿acaso estaban pegadas con pegamento? Era muy normal que Bora fuera a diario a la casa de Gahyeon, hacían muchas cosas juntas, desde ir al baño juntas hasta planificar la agenda de SuA. El reseso lo pasaba hablando con la castaña, igual que el almuerzo. Pero la Lee no le desagradaba en absoluto y por eso intentaba meterse en la conversación. Las tres eran amigas ¿no? Pero cada vez había más y más chister internos que Yoohyeon no entendía. ¿Qué les causaba gracia al ver azucar? ¿Por qué se miraban y las risas se les atoraban sin razón aparente? Caminaban en su mundo y a la peliplateada no le gustaba en absoluto. Bora era SU mejor amiga y quería mantenerlo así. Pero el tiempo que pasaban juntas se reducía a las horas de clases donde con suerte le podía dirigir la la palabra sin que Gahyeon o Siyeon fueran el centro de sus queias y anécdotas. ¡Hasta Siyeon! ¿No que se llevaban mal? ¿Desde cuándo sus pleitos le causaban gracia y no enojo? 

Y si no aparecian era por que hablaban de los ejercicios. Para el colmo cada vez que le preguntaba si quería hacer algo le decía que estaba ocupada. Ocupada con Gahyeon.

—¿Y si está enojada conmigo por no contarle sobre nosotras?—Comentó con la mirada perdida mientras su cabeza se recostaba en el hombro desnudos de Minji. Esta acariciaba su espalda bajo las sabanas, escuchando lo que le contaba.— Tal vez siempre lo supo, se molestó por que no le dije y ahora Gahyeon se ganó su amistad mejor que yo...

—¿Qué tal si se lo dices? Seguro ni siquiera notó que esta haciendote sentir así.

—Eso intento pero siempre o "Estoy ocupada con Gahyeon" o "Tenemos que hacer algo luego"—citó imitando el tono de vos de la más baja con exageración y molestia. Terminando con un gruñido similar al de un perrito.— Tal vez ya ni le agrado.

—Estas celosa de Gahyeon. No creo que ya no le agrades a Bora... A ella le importas mucho.

—Es que — cortó su frase con otro gruñido mientras se enderezaba frente a Minji y se cruzaba de brazos. Acción que descubrió ambos cuerpos desnudos y una actitud totalmente infantil de Yoohyeon. Estaba molesta pero se veía muy tierna al arrugar la nariz y abultar sus labios mientras su entrecejo se fruncía suavemente. Minji tomó las sabanas y cubrió sus hombros, dandole unas caricias. La menor soltó en un largo suspiro el aire que tenía retenido dentro.— Me molesta... Por que ni siquiera tienen intención de invitarme y extraño pasar tiempo con SuA. Que me regañe, que bailemos juntas, no sé... Que hablemos... Creo que le gusta alguien y no me dijo, tal vez ni siquiera ella lo sabe pero tampoco tengo la oportunidad de decirselo... —Ahora con un tono más decaído su rostro estaba relajado, se podía ver sus labios curbados hacía abajo y sus ojos mirando a un lado del suelo.

—Ve y dicelo. Sin darle la posibilidad de negarse, aclarale que es importante... Y no va dudar en escucharte. No por nada me vive amenazando para que no te lastime.—Esperaba que eso la animara. Que le recordara la intensidad con la que la quería y como la cuidaba, como si fuera lo más importante en su vida. Seguro lo era.

—Tal vez... ¿Y si me dice que no puede?

—Sacale el celular... Yo secuestre la guitarra de Joon una vez para que volviera a hablarme. No viene al caso pero eso los obliga a prestarte atención.

—¿Y tú por qué lo hiciste?—dijo revolviendo los papeles de caramelo, buscando uno que si tuviera el dulce. Hasta que encontró uno.

—Pues nos habíamos peleado, no recuerdo por qué pero nos dejamos de hablar como por una semana. Y yo ya lo extrañaba pero no iba a hablarle primero. Sabía que el tampoco lo haría por que ambos somos muy orgullosos. Así que entré a su casa y me llevé la guitarra.

—¡¿Qué?!  ¡¿cómo entrarte?!

—Su mamá me dejó entrar y salir. 

—Aah~ pues si vuelve a rechazarme tomaré esa medida... ¿De verdad te amenaza?

—Pss algo así. Es muy sobreprotectora y quiere asegurarse de que no te lastime.

—Pues creo que ya lo haz hecho, mis nalguitas aún arden un poquito.—dijo con un puchero mientras abrazaba el cuello de su novia. 

—Sí, hoy te portaste muy mal. —Minji la miró, recordando algunos de los momentos en los que su sub había decidido llevarle la contra ese día. Tal vez aprovechando el hecho de que la rubia estaba sola en casa para jugar sin cuidado. Desde el momento en el que no se dejó atar sin forsejear hasta que colmó su pasiencia al murmurar "me corro si quiero".

—Me gusta que mommy me de ordenes pero hoy quería castigo... Lo necesitaba.

—Mi bebé estaba triste.—Acarició los lados de su rostro, y besó sus labios suavemente cuando Namu asintió.—Y por eso quisiste sacarme de quisio.—volvió a asentir. Esta vez con una sonrisita avergonzada mientras se escogía de hombros.

—Me gustó que me empujaras a la cama. Te hace ver muy sexy usar fuerza.—mordió su labio mientras deslizaba ambas manos por los hombros y brazos de la rubia.— O cuándo me dices al oído que soy una perra mala...Y que me azotes... —Juntó sus ojos a los de Minji mientras hacía la última confección. Sintiendo como ese contacto visual volvía elevar su temperatura, trayendo esos recientes recuerdos en los que el ardor de cada golpe venía con un reclamo. Como su frente se apoyaba en sus manos atadas; los quejidos y lloriqueos que salían de su boca sin permiso. La firmesa con la que Minji sostenía su espalda hacía abajo y su voz que se tornaba más aspera y grave cuando estaba molesta. La hacía oír tan imponente, maldición la estremecía.

Un gemido abandonó sus labios cuando dos dedos se metieron en su lubricada vagina. Provocando que arqueara la espalda y cerrara los ojos.

—¿Mi perra está caliente?—Susurro la mayor atrayendo a Yoohyeon al tomar con un dedo la argollita y tirar en su dirección. La menor despegó sus parpados y la miró por esa pequeña ranura con un brillito en las pupilas.

—Mommy me calienta...

 Maldición, quería dejar de pensar en eso pero era imposible. La peor parte era que seguro era culpa del collar. Lo tenía puesto en público ¿por qué se lo había puesto? Es verdad, quería darle pie para hablar de un 24/7 con Minji. Pero era lo único en su cabeza ¡Y Bora debía ser lo único en su cabeza! Buscarla, encontrarla y hablar con ella. En cierta forma le avergonzaba admitir que estaba celosa. Por eso el sonrojo en sus mejillas. O tal vez era por que se viera el "Minji's bitch" color plateado aún escondido entre su pelo del mismo color.— B-bora...

Princesa pervertida || JiYooWhere stories live. Discover now