Me pasé el resto de la tarde en el Bosque Prohibido, paseando. La verdad es que no es tan peligroso como la gente piensa, siempre que sepas por dónde debes ir, claro.
También me salté la cena. Se está haciendo ya una costumbre. No podía volver allí. Me sentía avergonzada, furiosa y culpable. No es una muy buena combinación que digamos. Sentí lástima por James. Seguramente no querrá verme ni en pintura y lo entiendo, vaya si lo entiendo.
Con estos pensamientos en la cabeza me dirigí a las cocinas, realmente tenía hambre. Le hice cosquillas a la pera del cuadro y entré en la sala. Me recibieron algunos elfos, sonrientes y serviciales. La verdad es que no era la primera vez que iba por allí.- ¡Hola, señorita Bella! -me saludó uno acercándose.
- ¡Hola Erl! -saludé dándole un pequeño abrazo- ¿Cómo estás?
- Muy bien, gracias -sonrió- ¿No debería estar en la cena?
- Si... por eso estoy aquí -confesé sin perder la sonrisa y hablando con un tono calmado-. No puedo ir ahora mismo al Gran Comedor... ¿crees que podrías darme algo de comer?
- ¡Claro! ¡A Erl le encanta ayudar a su amiga Bella! -respondió emocionado haciéndome un gesto para que lo siguiera- Puedes sentarte con el otro chico. Él también se saltó la cena.
Asentí mientras lo seguía entre los fogones, mesas de trabajo y estanterías, esquivando distintos elfos y saludándolos. Erl me indicó que tomara asiento en una larga mesa de caoba mientras él iba a buscarme algo de comer.
Le agradecí y me quedé allí, mirando a mi alrededor. Vi que el otro chico que había mencionado el elfo estaba al final de la mesa. Lo miré, tratando de descifrar quién era. Él debió de notar que lo observaban y levantó la vista, haciendo que me encontrase con unos ojos avellana inconfundibles.Palidecí y aparté la mirada. Potter estaba sentado a uno metros de mí, comiendo sopa. Probablemente se ha saltado la cena porque no quería verme. Debe odiarme. Le acusé de algo muy grave, joder ¡si hasta amenacé con hechizarlo!
Erl me trajo un poco de estofado y un cuenco de sopa, los dejó encima de la mesa y se fue. Empecé a comer en silencio, sin mirar siquiera al azabache.
- Chang -habló James de repente, mientras se llevaba una cucharada de sopa a la boca.
- ¿Qué?
- Chang colgó el cartel.
Pestañeé un par de veces.
-Escuché como se lo contaba a sus amiguitas en el baño de Myrtle la Llorona -añadió al ver que no contestaba.
-Vaya, eso es... Espera, ¿que hacías en el baño de las chicas? -pregunté confusa.
-Te buscaba. Quería saber si estabas bien -respondió volviendo a mirarme a los ojos.
-¿Que si estaba bien? Merlin, eso tendría que preguntártelo yo a ti -dije agachando la cabeza-. Lo siento muchísimo, no debería haber reaccionado así...
-No, tranquila. Tenías tus motivos, es comprensible -me tranquilizó con una sonrisa. Luego, su mirada se oscureció-. Pero realmente me duele que pienses que yo haría algo así.
-Lo sé y lo siento. Tus bromas son de mejor gusto.
-Si, y están mejor ejecutadas -añadió-. Yo te habría añadido un bigote.
Lo miré con la ceja alzada mientras él intentaba ocultar su risa removiendo la comida de su plato.
- A eso me refiero. La bromita de Chang fue aburrida, poco original y sencilla -comenté captando su atención-. Le doy un tres.
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•Riptide• j.s.p
FanfictionBella es una chica excepcional con un pasado tormentoso. Ella y su hermana Blake son transladadas desde Ilvermorny y su llegada pone Hogwarts patas arriba. Parece que hay una nueva reina de las bromas y ha llegado para quedarse, lo que trae enfrenta...