El despacho parte 2

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James y yo todavía estábamos en el despacho de Harry cuando escuchamos como personas entraban en casa. El azabache puso un dedo sobre sus labios, indicándome que guardara silencio, cosa que yo obedecí. Poco a poco los pasos fueron haciéndose más ruidosos, se estaban acercando al despacho. Agarré a James del brazo y tiré de él, metiéndonos en un armario y cerrando la puerta. No había mucho espacio, así que tuvimos que pegar nuestros cuerpos para caber.

La puerta del despacho se abrió y una tromba de personas entraron con las respiraciones agitadas, pero sin articular ninguna palabra.
La sala se quedó en completo silencio durante unos segundos. No se oía el viento que entraba por la ventana, ni el tictac del reloj… era como si el mundo estuviese conteniendo la respiración.

Esa era la calma antes de la tormenta.

El silencio se rompió con un sonoro suspiro.

- Es ella.

La voz del señor Potter se escuchaba algo amortiguada desde el interior del armario, pero aún así podía notar como le temblaba la voz.

- Voy… voy a enviarle una lechuza a Freya -dijo George. Se escucharon algunos pasos y el tintineo de una pluma y un tintero.

- ¿Crees que debemos meterla en esto? -preguntó Bill.

- ¡Por supuesto que sí! ¡Es su hija!

La sala volvió a quedar en silencio.

- George tiene razón. Hazlo -escuché decir a la señora Granger.

- Es… increíble -suspiró una voz la cual no reconocí-. ¡Oh, vamos, no me miréis así! La chica cayó desde uno de los acantilados más grandes que he visto en mi vida y de alguna manera sobrevivió y llegó a América. ¿Acaso no os preguntáis cómo fue eso posible?

El despacho se llenó de murmullos.

- Ese es mi tío Charlie -me susurró James-. No sabía que había vuelto de Rumanía…

- Sea como sea -continuó Arthur-, Bella necesita nuestra ayuda. No sabe lo que está pasando, y eso hace que corra aún más peligro.

- ¿Y qué propones, papá? ¿Decírselo? -escuché decir a Ginny- Ya escuchaste a los medimagos, su cerebro bloqueó esos recuerdos por el trauma. Es imposible que recuerde nada. ¿Piensas que va a creernos si le contamos esto?

- Lo sé, pero los medimagos también dijeron que después de tantos años lo más probable es que esos recuerdos vayan volviendo poco a poco, sobretodo en los sueños. Tal vez, no le resulte tan descabellado si se lo decimos, porque estoy seguro que le resultará familiar.

- Arthur, querido, no puedes decirle a una adolescente que toda su vida ha sido una mentira, que su familia no es realmente su familia y que… bueno… la profecía...

La señora Weasley dejó la frase en el aire y la sala se llenó de alboroto. Ahora discutían si decírmelo o no.

- Por Merlín, ¡quieren matarla! -todos se quedaron callados ante el grito de… ¿el señor Malfoy?- ¿Vais a ocultarselo? ¿Queréis pretender que todo está bien? ¿Que cada vez que salga por esa puerta puede ser la última vez que la veamos? ¿Y si un día no vuelve? ¿Que vais a decirle a vuestros hijos? ¿A su hermana? -suspiró con fuerza- Nadie pensaba que esto fuese a volver a pasar, y lo que menos quiero es meter a Scorp, a Rose, a Al o a cualquiera de ellos en esto… Pero hay que aceptarlo. Los mortífagos han vuelto, si es que alguna vez se habían ido, y una vez más, vuelven a atacar a esta familia.

Comencé a temblar y los ojos se me llenaron de lágrimas. James me abrazó y me acarició el pelo, dejando un beso sobre mi frente.

- Bella es muy importante para todos nosotros -continuó el señor Malfoy-. Todos debemos admitir que ha influenciado positivamente nuestras vidas. No creo que debamos ocultarle nada. Además, creo que ella es lo suficientemente madura para aceptarlo.

•Riptide• j.s.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora