3. El primer día.

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- Si algún día hiciera una escuela, definitivamente la llamaría cárcel. Pero esa escuela sería diferente.... Se podrían usar celulares y llevar animales... Lo único que harían sería enseñar a las personas que quieran aprender, los demás que se jodan. -Le dije a Jack mientras íbamos de camino a la escuela. Este me miró estupefacto.

- Wow Brook, me haz dejado sin palabras... ¿La pequeña Brook diciendo una majadería? Me lo esperaba del mismísimo Santo, pero no de ti.

- ¿Tan santa soy? -pregunté sorprendida.

- ¡Ja ja ja ja! Brook, si algún día alguien me preguntara ¿Con qué palabras definirías a tu amiga Brooklyn? Definitivamente yo diría: Angelicalmente demonio. Si me entendieron pues bueno, que los demás se jodan -dijo repitiendo mis palabras para después soltar una sonora carcajada.
Lo fulminé con la mirada.

- Cállate Castaño teñido. -dije. Jack me volteo a ver con una sonrisa y me guiñó un ojo.

- Queridísima Brook, es rubio teñido. -me respondió con una sonrisa burlona.

- ¡Haz arruinado mi momento! -dije con una una voz chillona, mientras levantaba mis manos exageradamente.

- wow, momento hermoso el que estabas pasando... -dijo con notorio sarcasmo- Volviendo al tema anterior, ¿crees que haya un rubio teñido? -preguntó mientras alzaba una ceja.

- No me había puesto a pensar en eso... Pero lo que definitivamente no dudo, es que haya una rubia teñida.

- concuerdo contigo. -respondió Jack para después darme la espalda y empezar a dar vueltas inspeccionando el colegio.

- ¿crees que conozcamos gente nueva? ¡Ya se! Te conseguiré una novia.

- Mejor yo te consigo un novio -dijo mientras sonreía.

El timbre para anunciar las clases sonó. Jack tomó su calendario y me lo mostró con una mueca.

-solo tenemos tres clases juntos.

Abrí los ojos sorprendida.

- Solo... ¿3? -Jack asintió lentamente. Suspiré.- Bueno, nos vemos en el almuerzo ¿vale? -dije mientras le daba la espalda para ir en dirección a mi salón. Empecé a acomodar los libros que tenía en mi mochila, cuando choqué con alguien y mis libros calleron al piso.
Busqué a la persona que había tirado mis libros, y la vi frente a mi: con una mueca, una rubia.

- ¿¡Que diablos te pasa!? Fíjate por donde vas, idiota. -dijo con voz chillona. Me pasé la mano por el cabello ¿Cómo le puedo explicar que lo siento, sin lamentarlo?

Me agaché lentamente y tomé mis cosas del piso. Decidí ignorar su risa de satisfacción y me largué a mi salón. Ya iba tarde.
Tomé el pasillo y giré a la derecha para abrir el pomo de la primer puerta que había. Suspiré y abrí lentamente la puerta. Asomé mi cabeza y me sorprendí al ver que no había llegado el profesor, el aula simplemente estaba lleno de adolescentes: una chica leyendo, un chico arriba del mesa banco, chicas platicando entre sí, personas nerviosas.
Busqué con la mirada un lugar en donde sentarme, y encontré dos solos: uno al lado del otro. Sonreí, no tenía que soportar a alguien en toda la clase.

De un momento a otro, el profesor llegó y saludó a los que ya habían estado el ciclo anterior en la escuela, yo entre ellos.
Las clases comenzaron y realmente no estaba poniendo atención en clase, el profesor llevaba como 15 minutos anotando cosas en el pizarrón pero yo me la había pasado dibujando. Escuché que la puerta del salón se abría y levanté la mirada.

En la puerta había parado un chico con el cabello negro y los ojos azules, una camisa de Managua larga y pantalones de mezclilla. Tenía la respiración agitada, supongo que venía corriendo.
Todo el salón levantó la mirada cuando él llegó, y noté a miles de chicas sonriendo coquetamente o mordiéndose los labios. Rodé los ojos y regresé la vista al chico.
Lo inspeccioné detenidamente.... Se me hacía conocido.
Pero... ¿Cómo yo, Brooklyn, lo conocería? Mejor me quite esa idea de la cabeza.
El profesor se dio cuenta que alguien había llegado cuando no escuchó a algún alumno hablando. Frunció el ceño y se puso una mano en la cadera. Patético.

- Señor Jhonson, ¿de nuevo tarde? -preguntó el profesor.

El chico se pasó una mano por el cabello acomodándolo, y se alisó la playera rápidamente.

- Yo.. Lo siento profesor, ¿puedo pasar? -preguntó el chico.

-Claro, pasa. -

El chico dirigió su mirada hacia todo el salón en busca de algo. Fruncí el ceño ¿que estará buscando? Levanté mis cejas divertida al darme cuenta de su objetivo: una banca. Empecé a buscar algún posible lugar, y me sorprendí al darme cuenta que el único lugar libre era el mío. Su mirada se encontró con la mía, ignoré su mirada y traté de poner una mochila encima de la banca sigilosamente.Voltee en su dirección y el sonreía: vio lo que intentaba hacer.
Bajé la mochila rápidamente nerviosa y me acomodé en mi lugar.
El chico no tardó en llegar a un lado de mí.

- Hola, mi nombre es Jason, Jason Jhonson. -dijo mientras me volteaba a ver entusiasmado. Moví el lápiz entre mis dedos nerviosa, y traté de contestarle lo mas normal que pude.

- Ah. -respondí indiferente.

El chico hizo una mueca nervioso y me hizo otra pregunta.

- ¿Cuál es tu nombre?

Lo voltee a ver, y solté el lápiz que tenía en la mano. Incliné mi cabeza un poco para verlo mejor.

- Brooklyn. -respondí para después voltearme y poner un poco de atención a la clase.

"Un pasado que nos une"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora