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Renjun se sentó en uno de los pasillos, había algunas bancas en los pasillos que daban al jardín, aunque generalmente nadie pasaba por ahí, pero eso lo hacía más confortable.

Desde que Jaemin decidió que se irían de ahí, Renjun no sabía cómo tomarlo.

Sería bueno idear una forma de escapar antes de que eso pasará, también podría tomar ese traslado como una oportunidad para escapar, pero no sabía cómo sería el traslado, creía que podrían dormirlo y pasaría todo el viaje dormido.

Debería pedirle ayuda a Jeno.

El mayor le ayudaría a escapar, también le daría nuevas ideas, pero tampoco había visto a Jeno desde entonces, tampoco había visto a Haechan...

Aunque había quedado de ver a Haechan en el comedor para hablar, estuvo esperándolo todo el día pero nunca llegó, fue a buscarlo por la escuela pero tampoco lo encontró.

Jaemin lo convenció de esperar lo peor.

Balanceo sus pies, a pesar de todo ese tiempo, a pesar de acostumbrarse tanto a las muertes, nunca le gustó saber que alguien a quien conocía murió.

Jaemin no moría, tampoco lo hacían Mark y Jeno, pero todos los demás humanos que alguna vez conoció en la escuela murieron...

Por eso decidió no hablar con nadie más, había decidido no estar con nadie demasiado tiempo, si tenía la oportunidad ayudaría a cualquier humano, pero si moría, se tenía que convencer a si mismo que era algo que pasaría en algún momento, incluso tuvo que convencerse de que algún día podría morir igual que todos los demás.

Quizás fue por eso que dejo de temerle a la muerte incluso antes de llegar ahí, quizás fue la razón por la que no se asustó como los demás y le costó menos tiempo adaptarse.

Aunque nunca se acostumbraba por completo a ese estilo de vida.

Toda su familia le repudiaba como la peste, tanto tiempo siendo puesto de lado, tanto tiempo en silencio, quizás lo hicieron lo que es, alguien así.

Sin ningún sabor o característica en particular, no era blanco o negro, no lograba saber lo que era algo amistoso o algo de cariño, pero tampoco sabía lo que era el verdadero dolor, solo estaba en medio, en un asqueroso sabor amargo que ni siquiera era agradable para nadie.

No era nada.

Hace tiempo que dejo esos sentimientos de lado, dejo de pensar la razón para estar con otras personas, la razón para agradarles o hacer lo que ellos decían, si sus padres le pedían algo lo haría, pero no lo haría por la satisfacción de ayudar o de enorgullecer a sus padres, no.

Solo lo haría y ya.

Ir a la escuela, hacer la tarea, no hablar con nadie y volver de nuevo a ese vacío en su hogar, era todo lo que sentía, vacío.

Pero había algo en particular que lo hacía sentir bien, que le daba alegría y lo hacía sentir querido, era lo único que al abrazarlo lo hacía sentir cálido, era lo único que se alegraba realmente de verlo y jamás le pedían nada, no tenía que hacer nada, porque no lo pedirían, solo tenía que estar ahí y serían felices.

—Renjun—La melodiosa voz de Jeno, Renjun salió de sus pensamientos para ver al mayor acercarse por el pasillo con una sonrisa en el rostro—Que bueno que te encuentro—

—Hyung—Renjun se puso de pie feliz de ver al mayor, después de esos días, estaba feliz de tenerlo a su lado—Tengo algunas preguntas para ti, quería saber si podías ayudarme a...—

—Espera—Jeno levantó la mano en un gesto para que el menor guardara silencio—Vengo a preguntarte algo ¿Crees que podrías escucharme primero?—

Él [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora