Él [Norenmin]

-11-

Jaemin se apresuró para ir al cuarto de Renjun, la noche era muy oscura y los relámpagos iluminaban todo el pasillo del edificio, además los rayos hacían temblar los cristales de las ventanas junto con la lluvia.

Renjun tenía miedo a las tormentas eléctricas.

No podía quedarse tranquilo cuando veía algún relámpago o escuchaba un trueno, ese era su otro problema, un problema que no venía en los registros y que sorprendió a Jaemin cuando lo descubrió.

Odiaba tanto las tormentas porque siempre había rayos.

Jaemin abrió la puerta de la habitación, miro dentro a pesar de la oscuridad, Renjun no estaba, pero por el olor podía adivinar que el menor se había escondido en algún lugar, así que comenzó a buscar, miro debajo de la cama y entre las sabanas, miro en el escritorio hasta que otro relámpago ilumino la habitación, cuando escuchó el rayo también logro escuchar un pequeño sollozo que venía del armario.

Se apresuró a mirar dentro del armario, en cuanto abrió la puerta pudo ver a Renjun, el menor estaba sentado en el suelo, sus rodillas cerca de su cuerpo mientras sus manos cubrían con fuerza sus oídos y cerraba los ojos con fuerza y lloraba.

Jaemin se sintió mal por él, ver a Renjun con tanto miedo le daba lastima, nunca experimentó el miedo a tal grado, pero en cuanto descubrió a lo que Renjun le temía tanto, quería ayudarlo.

—Ven cariño, aquí estoy—Jaemin se agachó para sacar al menor del armario, quito las manitas de Renjun de sus oídos y le dio un fuerte abrazo.

Otro rayo cayó, sintió a Renjun abrazarlo con fuerza y llorar.

—N-Nana—

Jaemin se movió para acostarse en la cama llevando a Renjun con él, dejo que el menor escondiera su rostro en su pecho para que no viera los relámpagos—Esta bien, vuelve a dormir, estoy aquí—acarició la cabeza de Renjun.

Otro relámpago hizo que Renjun se estremeciera temblando, Jaemin cubrió los oídos del menor con sus manos mientras tarareaba algo para calmarlo, tenía que tranquilizarlo, quizás si se calmaba lo suficiente podría dormir un poco más esa noche.

La verdad era que Jaemin amaba las tormentas eléctricas, amaba ver los relámpagos en las nubes y el hermoso olor de la lluvia, pero Renjun odiaba todo eso, así que desde que Renjun estaba con él, jamás pudo disfrutar de una tormenta como antes.

Nunca había experimentado el miedo, no como Renjun, así que ver al menor tan asustado en su primera tormenta ahí en la escuela, le sorprendió bastante.

Después de un par de horas, la tormenta se había reducido a una simple lluvia, Renjun se había quedado dormido en sus brazos en algún momento de la noche, Jaemin suspiró cuando pudo quitar sus manos y ver al menor dormir en paz, quito un par de lágrimas restantes del rostro de Renjun y le miró.

—Una noche difícil—escuchó una voz en la puerta, Jaemin ni siquiera tuvo que mirar para saber quién era.

—Si tanto lo quieres deberías ayudarlo Jeno—Jaemin acarició la mejilla de Renjun con ternura—Pero no te importa ¿verdad? Solo te importa lo que puedes obtener de él—

—Tampoco saques conclusiones que no sabes—Jeno dijo, recargó su cuerpo en el marco de la puerta mirándolos a ambos—Quizás no quería interrumpir—

—Deja de mentir, solo te paras ahí fuera toda la tormenta mientras yo lo tranquilizo, eres un inútil—

Jeno soltó una pequeña risa sacudiendo la cabeza—Que mal carácter tienes—

—Muérete—

—No puedo—Jeno sonrió acercándose un poco para ver a ambos, no lo admitiría, pero, a pesar del tiempo que lleva conociendo a Renjun y lo mucho que lo quiere para él, no sabía cómo consolarlo en momentos así.

Jeno odiaba cuando las personas lloraban, porque no sabía cómo calmarlas, no saber algo le desesperaba demasiado y eso solo haría que perdiera la paciencia muy fácilmente con Renjun, en cambio, Jaemin lograba calmar muy bien a Renjun con solo un poco de consuelo.

Lo envidiaba por eso.

—Lárgate de aquí, si lo despiertas te golpeare—Jaemin murmuro hacia Jeno.

—Lo que pasa es que lo quieres solo para ti—

—¿Y por qué no? Es mi presa así que solo es mío—

Jeno se dio la media vuelta negando con la cabeza—No por mucho—murmuró para sí mismo mientras salía de la habitación.

Solo tuvo que pedirle a Renjun que escribiera su nombre, solo una firma de su nombre y sería suyo.

Una firma en un papel para una presa voluntaria.

Jaemin iba a tener que aprender a compartir.

—¿¡Qué!?—Jaemin gritó con fuerza mirando los papeles frente a él, el director, Suho, cubrió uno de sus oídos por el fuerte grito antes de hablar.

—Así es Jaemin, no entiendo lo que sucedió, pero Renjun resulto ser presa de Jeno también—

—¿¡Cómo es posible!?—Jaemin golpeo el escritorio frente a él—¡Las reglas dicen...—

—Las reglas declaran una presa por amo, pero las reglas también dicen que todo amo tiene derecho a una presa, además que si una presa es entregada no podrá intercambiarse de amo—Suho continuo hablando—No sé cómo sucedió, pero la presa de Jeno fue registrada antes de localizarla por lo que la presa que se registró a su nombre ya es suya, pero cuando nos dimos cuenta del error...—

—¡Le entregaron mi presa a este idiota!—Jaemin señalo a Jeno a su lado.

Jeno sonreía profundamente, pero se giró para ver a Jaemin—Baja la voz, es irrespetuoso para nuestro querido director—

—¡Yo te mató!—Jaemin estaba por saltar encima de Jeno pero Suho lo interrumpió.

—La cuestión es que...—Suho continuo cuando obtuvo a atención de ambos—Jaemin tiene registrado a Renjun como su presa también, el nombre coreano y chino varían un poco, así que nuestro error no puede deshacerse y como no podemos quitarle la presa a uno...—

—Tendremos que compartir—Jeno término, aun sonriendo.

—P-Pero...—Jaemin sentía que quería llorar al escuchar eso—Pero director Suho—

—Jaemin, lo siento, pero si Jeno no se quiere ir no puedes transferirte con Renjun, además, ninguno puede matarle sin la autorización del otro, tampoco hacerle daño, tienen que estar de acuerdo en sus decisiones sobre Renjun porque desde hoy, ambos son amos de él—

Jaemin lo miro con la boca abierta, no podía creerlo, no sabía cómo sucedió, pero todos sus planes se arruinaron desde este momento y no solo se arruinaron, se hicieron peor.

Ahora su Renjun era también de Jeno.

Ese idiota que seguía con esa sonrisa arrogante en su rostro.