A mi mejor amigo.

Noche 40.

Hola cariño, ¿qué tal ha estado tu día?

El mío ha ido genial. Entre como voluntaria a la PosadaTec2014 y bueno, creo que ha sido la única buena decisión que he tomado desde que no estas.

Desde las seis de la mañana estoy despierta... Bueno, seis y media, para ser sincera. Y creo que se está convirtiendo en una terrible costumbre de que Roberto llegue a mi casa mientras me estoy bañando. ¿Recuerdas cuándo siempre se nos hacía tarde por qué me tomaba la vida entera levantarme y arreglarme? Pues así nos ha pasado hoy y casi no llegamos.

¡Debiste de estar ahí! Eramos el equipo número 7. Y teníamos 7 monitores en total, al final se nos unió otra chica y fuimos 8. Eran 22 niños los que teníamos que cuidar y bueno... ¡Eran como gremlins! En cuanto tuvieron líquido en su estómago se hicieron unos pequeños demonios incontrolables. Ninguna estación a las que estaban asignados pudo controlarlos. Solo nosotros. Y bueno, debiste vernos. Roberto se hizo llamar "La tía Jacinta" y les bailó la canción, ¡fue lo mejor del mundo! Yo fui su guía y capitana, aunque en sí la capitana era otra chica pero ella nos controlaba a los monitores. Fue hermoso, en serio. Entre Michelle, Roberto y yo logramos controlar a la mayoría de los niños. ¡Y no nos olvidemos de Alex! Un chico universitario que se ganó el corazón de la mitad de los niños.

¿Sabes de cuáles nombres me acuerdo? Eran los más latosos de todos, los capitanes. Se llamaban Carlos y Bryan, eran mejores amigos. luego les seguía Diego, que mordía, y después Robertito, que se robó el corazón de la tía Jacinta. Cada uno de esos niños tienen un lugar súper importante en nuestro corazón a partir de hoy. Creo que nunca voy a olvidar nuestros gritos de guerra al pedir comida. La manera en la que los tuvimos que corretear para que no se nos perdieran. La forma en la que gritaban "¡somos el equipo siete y somos los mejores!"

En verdad, nunca podré olvidar este día. Estar con los niños me ha llenado de una manera en la que no me llenan mis actividades favoritas.

Puedo decir que el 11 de diciembre del 2014, entendí que puedes ser feliz con las cosas más simples.

Como con un grito de guerra.

Con una carrera al baño.

O simplemente, con la compañia de tus amigos.

Y creo que los niños se divirtieron mucho.

Y nosotros también lo hicimos.

Y se ganaron un espacio en el corazón de todos nosotros.

La próxima vez deberías venir, seguro seríamos el mejor equipo del mundo.