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Capitulo: Golpe en la cabeza.

El tan ansiado viernes por la noche llegó. Okita seguía atorado en la estación de policía, hoy había tenido tanto trabajo como ningún otro, era frustran te. sus manos tecleaban rápidamente para terminar los últimos reportes y algunos de sus compañeros igual de atareados estaban riéndose de su desesperación. Patéticos idiotas.

—¡Ey Okita! ¡hoy esta tu novia en tu casa!

—¡Qué mal y tú todavía estas aquí!

—¡Tienes un montón de trabajo acumulado! ¡Eso es tener mala suerte!

Gruño furioso y golpeo el teclado, el golpe hizo que su computador se apagará y perdiera todo el avance de su trabajo hasta ahora. Dejó salir un grito lleno de ira y los compañeros que lo estaban molestaron se callaron aterrados, ya que no querían morir. 

Llegó a casa en cuanto pudo y eso ya era bastante tarde. 

Se encontraba todo en silencio, las luces estaban apagadas, su aceleración se cayó de golpe a su estomago como un nudo pesado, tardó demasiado, seguro ella se fue, comenzó a pensar cuando subió la escaleras completamente desolado por el sentimiento de perdida y al entrar a la habitación sintió la fragancia de Kagura allí, prendió la luz y la vio durmiendo en pijama metida en el futon, profundamente dormida, con baba cayéndole de un lado, despeinada y desparramada usando más espacio del que debería. 

Ella se tapo el rostro y se volteo quejándose entre dormida. —Estúpido chihuahua apaga la luz. Idiota mis ojos... 

Apagó la luz y se quito el uniforme y se puso el pijama que hacia juego con el de ella.

—Llegue tarde, lo siento. 

—Eso ya lo se— murmuro Kagura en el futon. —¿Pudiste comer algo en la estación?—. Lo había esperado, no lo llamo, ni lo mensajeo, conocía la seriedad sádica del castaño, si no había llegado era por trabajo.

—No, tenía prisa por volver, los demás se fueron a beber algo después del trabajo. 

Se sentó junto a ella y la tripa le rugió. Su cansancio y estrés se desvanecieron, solo permaneció en él el sentimiento de hambre que generaba no ver a Kagura en días, bueno y el hambre de alimento.

—Ve a comer no seas idiota, dejé tu cena servida en la cocina. Espero no este muy fría.

Se quedo quieto donde estaba, sin decir nada y su estomago sonaba de vez en vez, quería que lo acompañará pero estaba acostada, es más la despertó al llegar, podía pedirle su compañía en este momento luego de llegar tarde, aunque ganas no le faltaban. Acercó su mano al rostro de ella y le quito el mechón que cruzaba por encima, ella estaba tranquila durmiendo, se levanto y fue a comer sin dejar de ver hasta que abandono la habitación. 

Destapo los platillos levantando el mosquetero y una gran porción de omurice soltó una bocanada de vapor, unas palabras estaban escritas con salsa picante "Buen trabajo". Sonrió y se tapo rápidamente la boca, estaba solo y de todas formas le preocupo revelar lo que había en sus mente, enrojeció por la emoción, tomo el pocillo pequeño tapado y se lo llevo ala boca, la sopa seguía caliente, ella estuvo hasta ultima hora esperándome. Sacó su celular y miro vídeos en Internet para llenar de ruido la vacía y silenciosa cocina, un plato lleno de gyosas, otro con repollo, zanahoria y remolacha rallada, se sirvió un vaso de té del refrigerador. 

Esto era lo mejor. 

Kagura hacía lo que se antojaba en esa casa cuando estaba sola, o cuando estaba con él y cada cosa que hiciera terminaba siendo muy apreciada por Okita. Se sacó una foto y se la envió al grupo del departamento de policía. "Comida casera y deliciosa" escribió y termino de cenar, apagó el móvil y se metió al futon, sonrió imaginándose los rostros de frustración de sus compañeros de trabajo, superiores y jefes. 

¿Qué clase de policía eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora