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Capitulo: Sábado de locos. 

El infeliz tenia fuerza, no se había soltado en toda la noche de ella, en la mañana ella de una sola patada lo hizo rodar hasta la pared de la habitación, y no despertó, se quedo en la posición en la que quedo luego de ser pateado, Kagura se sacudió el pijama y fue por ese futon sucio, había un limite para mugre que ella podía soportar, se levanto rápido y urgo ropa que pudiese ponerse, encontró un buzo y unas camisetas, llevaba unas calzas negras en su bolso, por lo que se coloco una polera blanca, las calzas y el poleron encima y comenzó a hacer la limpieza, saco el futon para dejarlo remojando en una enorme tina plástica en el jardín, empezo con la cocina, luego la sala y estaba en el comedor, saco unas alfombras de invierno, en finales del verano, ella agitaba la cabeza en negativa, saco todas las alfombras y comenzó a sacudirlas cuando escucho a una mujer llamándola detrás.

—Ey, muchacha, chica. Oye tú... — Ella volteo había una mujer con tijeras de jardinería y guantes en sus manos, era señora en sus cuarenta, subida a la pandereta, le sonrió con amabilidad. —Oh eres una linda muchacha, el mocoso de Okita tiene buen gusto. 

—Buenos días— dijo Kagura, estaba acostumbrada a los elogios a su apariencia física, lo que era una lastima, después todo mundo se retractaba, decía que su apariencia no tenia nada que ver con su personalidad. —¿qué necesita?

—Quería unas matas de esas hortensias que hay allí— la mujer fue directa y le señalo las flores que ella había observado ayer por la noche. 

Kagura tomo las tijeras y fue a inspeccionar el matorral, era tan enorme la planta que pudo meter el cuerpo completo, corto dos patillas grandes de la planta y salio de allí llena de pétalos de flores en la cabeza —tenga. 

La mujer las recibió contenta. —Gracias, Mitsuba me había prometido unas patillas de estas pero luego enfermo, y no hay como hablar a ese mocoso, es un alivio que estés aquí, al menos ya no estará tan solo. Nos vemos. 

Estaba estrujando el futon después de lavarlo usando los pies y lo tendiendo al sol cuando sintió la mirada de alguien desagradable detrás de ella. —¿Qué haces? 

—Esto estaba asqueroso, al menos por la mañana una vez a la semana tiende lo al sol para que respire, te masturbas en esta cosa, se más higiénico quieres. 

Los ojos rojos de Okita se abrieron de par en par, y mostró una sonrisa sádica —las mujeres no deberían decir esas cosas—. No era solo esa forma de pensar, ella actuaba como un hombre casi siempre ¿cómo la habían criado?

—¿Así? no pienses en mi como una mujer entonces— sacudió sus manos, se quito las sandalias que había encontrado por ahí antes de entrar, respiro hondo, ahora la casa no olía a polvo, seria mejor que oliera a limpio, pero estaba conforme, eso y tomando en cuenta que siquiera hacia aseo en sus casa, limpiar la casa de un extraño estaba fuera de discusión. 

Paso justo por el lado del castaño, él la tomo del brazo para enfrentar la a su escrutinio —no puedo pensar en ti de una manera diferente— sus palabras detonaron sus nervios, de tenerla agarrada del brazo ahora la tenia tomada de la cintura acercándola a su cuerpo. 

Le cayo agua del cabello en las mejillas, antes que que la besará, la tomo por sorpresa, su agarre era fuerte alrededor de su cuerpo, un pulgar la obligo a abrir la boca, no tenia estabilidad por si mismas, solo dependía del agarre y la intromisión del detective en su boca. Una experiencia nueva, una sensación completamente desconocida, se dejo llevar. 

Con la sensación de estar flotando fue interrumpida con el choque de un objeto, la movió de donde la había cogido y la apoyo en la mesa del comedor, donde la subió, pero la mantenía muy cerca de él, bajo con sus besos buscando la piel de esta, le bajo su poleron, y le levanto la polera, verla con su ropa puesta había activado una excitación que no había experimentado con nadie, ninguna chica de su interés le había revuelto las tripas de esa manera, en su búsqueda apretó uno de sus pechos, hizo una mueca, Kagura había dado un respingo con el agarre. 

¿Qué clase de policía eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora