Capítulo 38 - ¿Qué tiene él?

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Mientras nos vamos, Samantha se pone a decir en voz alta que se las pagaré caro. Ya, claro... 

Terminamos todos y Sarah y yo nos vamos a la tienda de disfraces para buscar lo que nos pondremos,  y para mi gran fastidio, Damon tiene que estar por los alrededores, así sólo escucharé las voces de manera soportable. 

_Vamos Ana, tengo en mente la tienda perfecta...

Yo sigo a Sarah con toda esa vitalidad que tiene... Entramos en la tienda y empezamos a buscar nuestros disfraces. Al cabo de un poco tenemos nuestros posibles candidatos para probárnoslo. 

_Venga Ana, pruébate los tuyos.

Yo me pruebo primero uno que es demasiado evidente, no deja nada a la imaginación.

_Te ves muy...

_¿Samantha? Si, lo sé, no quiero enseñarlo todo.

Ambas estallamos en una carcajada. Yo entro en el probador y me pongo el otro, y este es perfecto, una falda corta pero lo justo, con una blusa de cuello barco, que deja al aire mis hombros y marca mi busto.

_Ese es perfecto... Se de un lobito que te va a devorar...

_Ya lo creo que sí... ¡Venga, te toca!

Sarah entra en el probador y empieza a probarse su disfraz. Al poco abre la puerta.

_Sarah, estás deslumbrante... No se te ocurra probarte el otro siquiera...

_No tenía pensado hacerlo _dice con una sonrisa.

Tras pasar la tarde juntas, nos despedimos y me voy al coche con Damon.

_¿Te importa si paso por mi casa? Tengo que coger ropa.

_Claro que no, total, me has aguantado toda la tarde.

_¿Qué tal las voces?

_Bien, soportables. Creo que estoy aprendiendo a ignorarla.

La verdad es que me he esforzado mucho para poder estar el fin de semana a solas con Sebastian. Lleva dos semanas sin poder hacerme el amor, y se que está que se sube por las paredes, al igual que yo. Llegamos a su casa y estaciona el coche.

_¿Quieres subir?

_Está bien.

Bajamos del coche y llegamos a su casa. El va a su habitación a coger lo que sea mientras yo lo espero sentada en el sofá. Yo me pongo a pensar en darle una sorpresa a Sebastian.

_Ya estoy.

_Bien _digo poniéndome en pie.

_Por cierto, te veías muy sexy con ese disfraz... ¿Quieres que te devore? Yo también puedo hacerlo...

Me dice mientras se pone de pronto delante de mí con a mucha rapidez. Él acaricia mi rostro con el dorso de su mano con una gran delicadeza. Él mira mis labios y yo empiezo a sentir que mi temperatura sube.

_Gracias por el ofrecimiento, pero tengo a un lobo en específico.

Digo mientras pongo mi mano sobre la suya para cogerla y apartarla sin que se enfade. Veo un poco de molestia en su mirada pero sólo se separa.

_Demon...

_¿Qué? _dice molesto y seco.

_Por favor... No te enfades _le digo con mirada tierna.

_Dime... ¿Qué tiene él que no tenga yo? _dice empujando una silla furioso. _Yo te cuido mejor que él, no me separo de ti, y yo no te haría daño físico como él.

_Yo... Lo siento, pero son mis sentimientos. No pretendo hacerte daño...

_Ya... Eso dicen todas... Os conviene tenerme cerca, hasta que ya no os sirvo.

_Eso no es verdad Damon. Sabes que no pretendo utilizarte, te tengo aprecio.

_Qué pena que no sea suficiente. Creo que estás preparada para estar lejos de mí, en el centro comercial hoy no te supuso problema. Te llevaré a la mansión.

Yo lo miro apenada, no quiero que este así, pero yo no siento lo que él por mí. Yo quiero a mi lobito, y sólo tengo ojos para él...

_Puedo ir sola. Nos vemos mañana en clase.

Yo salgo de allí y me dirijo hacia la fría calle. Parece mentira lo que ha bajado la temperatura en pocas semanas. Voy rumbo a la mansión, y siento que me siguen. Supongo que será Damon, se sentirá mal por dejarme sola. En fin, prefiero hacer como si no lo supiera, creo que se sentirá mejor. Estoy en la puerta de la mansión cuando me vuelvo para darle las gracias.

_Damon, gracias por acompañarme, puedes volver a casa.

Me doy la vuelta y entro. Lorie me recibe con un abrazo, y juego un rato con ella antes de cenar. Me deje el disfraz en el coche de Damon... Bueno, mañana se lo pediré.

Mientras cenamos, me está empezando a doler la cabeza bastante... Las voces son bastante audibles, ya que estoy lejos de Damon.

_Ten cuidado... Él está cerca... Viene por ti...

No paro de escuchar eso con eco, como en las típicas películas de terror. Me están empezando a desquiciar un poco. Cada vez se oye más fuertes. Yo empiezo a masajear mis sienes.

_Lo va a matar...

No para de escuchar todas esas frases mezcladas en mi mente, siento de fondo que uno de los hermanos me habla pero sólo escucho las voces.

_¡CALLENSE YA!

Grito frustrada a las voces mitras pongo las palmas de mis manos en las sientes y los dedos en el pelo, y me encojo sobre mí misma. Y para mí sorpresa se empiezan a suavizar.

_Ana, ¿éstas bien? _dice Peter

Yo levanto la cabeza y no me había dado cuenta de que tenía algunas lágrimas fuera.

_Sí perdona, es que no se callaba y me estaban volviendo loca. Nicolae, tienes alguna pastilla para el dolor de cabeza?

_Claro, enseguida te la traigo.

_¿Estás bien? _me pregunta mi pequeña Lorie.

Yo le extiendo los brazos y ella me abraza. Yo la achucho contra mí y le digo suave.

_Ahora sí _y siento como sus bracitos se aprietan más fuerte a mi alrededor.

_Te quiero mucho Ana.

_Y yo a ti, princesa colmillitos.

Poco a poco me separo de ella y veo que todos nos miran con ternura. Nicolae me da la pastilla y yo me voy a la cama tras acostar a Lorie. No puedo dormir, no paro de dar vueltas. Escucho que Peter está tocando y eso me relaja bastante, así que voy a verle. Llego a su puerta y llamo.

_Hola Ana, ¿en qué puedo ayudarte?

_¿Te importa si me quedo a escucharte? Hace que pueda ignorar a las voces, y con suerte podré dormir.

_Por supuesto, pasa.

Yo me tumbo en la cama de Peter, y él se sienta en el piano. Me mira curioso y se que se muere por preguntarme.

_Peter, pregunta ya...

_Me conoces muy bien... _dice con una sonrisa. _¿Y Damon?

_Se enfado porque no quería besarlo. Así que ya no dormirá aquí. No le digas a Sebastian, no quiero que se peleen.

_Claro, no te preocupes, voy a tocar, y si quieres dormir puedes hacerlo con total tranquilidad.

_Gracias Peter _le digo con una sonrisa.

_No hay de qué.

Peter empieza a tocar suaves melodías, y mi mente se va relajando, hace que todo se diluya... Por fin siento paz y tranquilidad, y me quedo dormida.

Sebastian Jones. It is love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora