Capítulo 15

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Kate Jones en multimedia (Brittany Snow)

•••

Me encontraba golpeando la puerta del cuarto de Mike y gritando a los cuatro vientos que baje su música.

-¡¡¡BAJALE UN POCO MIKE!!!

-¡¡¡NO!!!

-¡¡¡TENGO QUE ESTUDIAR!!!

-¡¡¡BUENA SUERTE ENTONCES!!!

-¡¡¡ME VOY A LA BIBLIOTECA DEL EDIFICIO!!!

-¡¡¡DATO!!!

Agarré mi mochila y metí todos los libros dentro y bajé a la biblioteca cerrando la puerta del duplex con fuerza haciendo sonar un golpe.

Bajé por el ascensor hasta el último piso donde se encontraba la biblioteca.

Empujé la puerta de esta. Creí que iba a estar cerrada. Había alguien dentro.

Entré y caminé hacia el sector con las mesas.

¿A que no creen con qué me encontré?

Alexander.

Estaba sentado en una mesa ¿estudiando?

¿Alex James estudia?

Bien eso era nuevo.

Creí que los populares no estudiaban.

Me acerqué a él. Cuando se concentraba fruncía el ceño. Se veía tierno así.

Cállate.

Pero si no lo odio más, voz interior.

Según yo, lo odias.

Claro que no.

Si lo haces.

-No -dije susurrando/gritando.

Alex se dio vuelta. Dios, debería dejar de hablar con mi mente de vez en cuando. Eso sólo lo transforma en realidad.

-Hey -me dijo- No sabía que estabas acá.

-Acabo de llegar.

-Y, ¿Qué te trae por acá, Blake?

-Pues, Mike es un descarado que no quiere bajar la música metal que escucha en su cuarto y yo tengo prueba de cálculo mañana.

-Bien entonces. Bienvenida. -me dijo señalando la mesa de al lado.

-Gracias -le dije.

Me senté en la mesa y desparramé mis libros. Saqué mis anteojos de la mochila. Dios, si que me sentía avergonzada al usarlos, pero eran más cómodos que los lentes de contacto.

Sólo me los puse.

Estuve así un rato estudiando. Cuando escuché la voz de Alex.

-¿Usas anteojos? -dijo riendo un poco.

Automáticamente me los saqué.

-No pasa nada -me dijo acercándose tomando mis anteojos en sus manos-Te ves linda con ellos -estaba colorada. Lo sabía. Pasó los anteojos por arriba de mis orejas y me los puso.- Así está mejor. -los acomodé un poco con mi dedo indice.

-Gracias -le dije.

Se sentó en su lugar con sus libros. Estábamos los dos estudiando tranquilos.

La verdad que en cálculo me iba a ir muy bien. Ahora que revisaba mejor el tema, me parecía bastante fácil. Sólo necesitaba ver en el libro la definición de...¡NO! Me había olvidado el libro en el colegio.

-¿Alex?

-¿Qué?

-¿Hay alguna copia del libro de cálculo acá?

-Fijate en la computadora. Tiene registros de todos los libros.

-Gracias.

Caminé hacia la computadora. Esta tenía un buscador donde tenías que escribir el nombre del libro que estabas buscando.

Tan sólo escribí el nombre del libro en la computadora y me mandó a una sección de la biblioteca.

Fui hasta el lugar y busqué el número. A-335.

Estante 5.

Miré hacia arriba. Estaba como a tres metros del piso.

Busqué la escalera que utilizaban para bajar los libros altos.

Me subí a esta. Era muy baja. Me estiré un poco hacia arriba y al costado.

Solo estiraré el brazo un poco más.

Pegué un fuerte grito.

De un segundo para al otro, estaba cayendo de la escalera.

Esperaba frenar en el duro piso.

Pero algo lo detuvo.

Unos suaves brazos me rodeaban y me sostenían. Levanté mi cabeza.

Alex.

-¿Estas bien? -me dijo este.

-Me salvaste.

-Claro. ¿Crees que te dejaría caer? Eso jamás.

Miré a través de sus ojos verdes oscuro. El miraba los míos. Nuestros ojos estaban conectados. Su cara se estaba acercando a la mía. Podía sentir su aliento en mi cara. Cada vez estaba más cerca, yo ya había cerrado mis ojos...

-¡AMANDA!

Los dos frenamos de un susto.

Incomodo.

El me bajó de sus brazos, pero me siguió mirando.

-¡¡¡POR DIOS, AMANDA BLAKEN!!!

Ese definitivamente era Mike.

-¡¿QUÉ PASA MICHAEL?!

-LLEGÓ PAPÁ.

-VOY.

Me giré para mirar a Alex otra vez.

-Veo que tenes que irte. -me dijo.

-Si. Gracias por lo de recién...por frenar mi caída.

-Cuando quieras.-me dijo con una sonrisa.

-¿Sabes qué Alex? Me lo demostraste.

-¿Demostrarte qué?

-Qué no sos el tipo de persona que yo creía que eras.

El sonrió ante ese comentario.

No resistí más y besé su mejilla.

-Adiós -y me retiré.

Eso, punto para Amy.

Pude ver por el rabillo del ojo como el sonreía y se tocaba la mejilla donde había depositado el beso.

Creo que siento algo por Alex James.

Ella y su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora