Entre tus brazos

VII

Conociendo

Se encontraba parado bajo aquel viento helado, en el mismo lugar donde había descendido del auto mirando como este se alejaba, tratando de comprender las palabras de su dueño.

— Víctor ¿enamorado de mí?... ¿Cómo es eso posible? — susurraba para sí mismo, no podía negarse que se sentía atraído a él, más de lo que era consciente, era algo que no podía explicar, era como si sintiera que un hilo invisible lo guiará hasta él. Pero Víctor Nikiforov era un enigma para él. Aun podía sentir su aroma sobre él, tal vez por el abrazo que este le dio, pero le gustaba esa sensación, la de estar entre sus brazos, lo hacía sentirse tranquilo... protegido, quería volver a sentir aquella sensación, quería volver a estar entre sus brazos. Tal vez y solo tal vez había encontrado a su pareja destinada.

Se encontraba tan sumido en sus pensamientos que un grito lo sacó de ese trance, esa voz le era conocida, era Yurio.

— ¡Heyy cerdo! ¡Te vas a congelar aquí! — se encontraba cerca del azabache, hasta ahora se pudo dar cuenta que este rubio era lindo, aunque sólo en apariencia, tenía unos grandes ojos verdes esmeralda y podría ser confundido fácilmente con una chica debido a la delicadeza que se podía ver en su apariencia física, muy contrario a su actitud un tanto agresiva, pensar esto de aquel chico le hacía preguntarse qué había visto Otabek en él, claro que eso no era de su incumbencia.

— Yurio ¿Qué haces aquí? — se podía notar la sorpresa en su voz y en su rostro un leve sonrojo, el rubio pensó que era por el frío viento.

— Yakov me mandó a llamar, para saber cómo te va en el entrenamiento, parece ser que tiene puesta su confianza en mí para que pases la prueba de la semana que viene.

— Acaso ¿no sabe que Víctor me está entrenando? — La confusión se notaba en su rostro.

— No, aun no, el viejo no quiere que le diga nada aun a Yakov. — después de todo el rubio no era tan mala persona — Que tal si nos resguardamos del frío, — al decir esto se dirigió hacia la entrada del edificio, Yuuri solo camino en automático siguiéndolo — a todo esto que hacías parado ahí todo embobado — su tono de voz cambio, se notaba un poco de sarcasmo mezclado con picardía — ¿acaso estabas esperando a alguien?

Esta última pregunta hizo que el azabache recordara lo que le había dicho Víctor, haciendo que se sonrojara hasta las orejas.

— Ehhh... no... no estaba esperando a alguien — su voz se volvió nerviosa y mejor opto por agachar la cabeza tratando ocultar su sonrojo — más bien me despedía de alguien.

—Ahh así que ya tienes pareja... pensé que ibas tras Beka — se podía notar el alivio en la voz de Yurio — Entonces... ¿Quién es?... ¿lo conozco? — ahora sonaba exaltado, demasiado y también nervioso esperando la respuesta del azabache.

— Ehhh no somos pareja... quizá algún día — parecía estar más hablando consigo mismo que con el rubio.

Antes que se diera cuenta el rubio se encontraba detrás de él, pegado a su espalda, escondiéndose

— Yurio ¿Qué pasa?

— No te muevas, si ella me ve no me dejara en paz hasta que la lleve con Beka.

Ahora se hallaba cerca del azabache, casi pegado a su espalda, y podía sentir un aroma familiar, ya lo había sentido antes pero no lo había reconocido.

— Este olor... es... de Víctor... el cerdo ha estado con Víctor — por su mente pasaban muchas cosas, no podía creer que Víctor pasara tiempo con Yuuri, no después de que al principio lo rechazaba de todas formas. — Debe ser de cuando entrenaban — pero en ese aroma él podía percibir algo más — no, no es solo eso, es como si hubiese impregnado su olor a propósito cargado con feromonas, como sí... dijese que le pertenece a él — se encontraba tan sumido en sus pensamientos sacando sus propias conclusiones que no se dio cuenta que aquella chica ya se había marchado y Yuuri se encontraba riéndose de él, cosa que no le tomo importancia.