IX

24 6 0
                                    

Prueba

Víctor salió de su auto para dirigirse a la entrada principal de su hogar pero antes de que abriera la puerta alguien más lo hizo por él.

— ¡Víctor! Hijo al fin has llegado — lo abrazó antes de que el peli plata pudiese entrar a su casa — pensé que no vendrías — hizo un puchero fingiendo tristeza.

— Lo siento papá tuve algo que hacer antes de venir a casa — pretendía ser indiferente, soltándose del abrazo de su papá y dirigiéndose a la sala — se me hizo tarde.

— ¿Acaso tiene que ver con el dueño de cierto encargo que me hiciste? — preguntaba en modo juguetón, sorprendiendo a su hijo.

— ¿Eh? De qué hablas papá — quería ocultar su vergüenza pero no le fue posible — eso es para mí — era obvio que mentía, no era muy bueno mintiendo que digamos, si algo caracterizaba a Víctor Nikiforov era su sinceridad, aunque a veces está hería a las personas a su alrededor, por eso siempre se mantenía alejado de casi todo el mundo.

— Era más que obvio que ese obsequio no es para ti, y a eso súmale que Yura ya me comento una que otra cosa que has estado haciendo últimamente — confesó sin un poco de remordimiento o vergüenza por andar espiando los actos de su hijo.

— Ese maldito enano ¡me las va a pagar! — no era nada nuevo para él, de que Yurio le dijera a su papá todo lo que él hacía, pero nunca se imaginó que le contara que andaba tras de Yuuri

— Ya Víctor déjalo en paz, si no fuese por Yura no me enteraría de lo que haces, ya que tu no me cuentas nada, ni siquiera me llamas cuando estoy de viaje en el extranjero, pero realmente me alegro que estés viendo a alguien a parte de Yura — eran padre e hijo pero el comportamiento de ambos distaba mucho de la realidad, a veces Víctor parecía el adulto de su familia y su padre era el adolescente que no dejaba de hacerle bromas a los demás.

— Bueno papá y a todo esto ¿cómo te fue en tu viaje de negocios? — fingía no haber escuchado lo último dicho por su padre, intentando cambiar el tema, ya que sabía que si seguían la conversación en la dirección que iba terminarían recordando aquella etapa que más deseaba nunca haber vivido.

— Bien... bien, ya después sabrás los resultados de este viaje.

— Bueno entonces creo que es mejor que me vaya a descansar, que mañana hay una prueba temprano y tengo que asistir — decía mientras se acercaba a su padre para darle un abrazo — que bueno que regresaras de tu viaje a salvo — aunque era del tipo de persona fría cuando se trataba de su familia y de sus amigos podía llegar a ser cariñoso, y no es que no lo fuera si no que le costaba mucho transmitirlo y demostrarlo.

— Bueno hijo que descanses — miraba como su hijo subía las escaleras — ¡Espero que le vaya bien a tu novio mañana! — grito lo suficientemente alto para que el peli plata que se encontraba en el último escalón lo pudiese escuchar.

— ¡Papá! — Gritaba sonrojado — no es mi novio — dijo en voz baja, pero su padre lo alcanzo a escuchar.

— ¡Oh por dios! ¡Alguien se ha atrevido a despreciar a mi querido Vitya! — dijo fingiendo indignación para luego estallar en risa que era claramente escuchada en toda la habitación.

— Qué bueno que a alguien le haga gracia — giro para darle la espalda y dirigirse a su habitación.

A veces no podía soportar a su padre y esta era una de esas ocasiones. Pero no le tomo la suficiente importancia ya que en lo único en lo que podía pensar era en las palabras de Yuuri, en que quizá sus sentimientos fueran correspondidos. Después de todo él quería que lo abrazara y besara ¿verdad?, si no para que preguntaría, eso hacía que sus esperanzas subieran.

Entre tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora