XIX

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¿Consejos?

Empezaba a amanecer cuando cierto peli plata se removía entre las sábanas despertando, pero al sentir que tenía a alguien sobre él se limitó a sonreír como un tonto enamorado, lo estrechó aún más entre sus brazos al recordar todo lo que pasó en la noche anterior, cada vez que estaba con aquel Omega era diferente, nunca igual, nunca de la misma manera, no se refería al sexo, si no a los momento que pasaba junto a él, cada vez se sentía más y más enamorado de él.

Entonces recordó lo último que le dijo "Quiero que me marques como tuyo para siempre... que tú seas mi Alfa y yo tu Omega", nunca se imaginó que alguien como aquel Omega lo haría volver a creer en alguien, a confiar y sobre todo a amar.

No podía esperar a marcarlo como suyo para siempre, pero aunque le había prometido hacerlo no lo haría así nada más, él lo quería hacer especial, su Omega merecía que fuese especial, él se merecía todo y él se aseguraría de darle todo aquello que lo hiciese feliz.

Se encontraba sumido en sus pensamientos, ideando miles de planes para hacer feliz al lindo Omega azabache que se empezó a remover entre sus brazos.

— Mmm Vitya... buenos días... — se apoyó en el pecho desnudo del ruso para poder darle un suave y tierno beso en los labios — aún es temprano — dijo al ver el reloj que tenía en la mesita de noche junto a su cama.

— Cariño... — el azabache se sonrojo al escuchar como lo llamaba el peli plata, apenas se acostumbraba a que lo llamara amor — tengo que ir a casa a cambiarme de ropa y pasar por Makkachin, no lo he visto últimamente.

— Mmm está bien... — contestó algo molesto y se apartó del ruso dándole la espalda y cubriéndose con las sábanas.

— Amor no te enojes... solo voy y regreso ¿sí? — lo abrazó desde atrás pegando su pecho a la espalda del azabache — acuérdate que vamos a empezar a entrenar — le dio un suave beso en la mejilla

— ¿De verdad vas a volver? — pregunto al momento de darse vuelta entre los brazos de Víctor.

— Si amor... no creas que con solo una noche me voy a conformar — dijo mirándolo de manera provocativa y sensual al igual que su sonrisa, haciendo que el Omega se sonrojara.

— ¡Vitya...! Pervertido... — se escondió en el pecho del Alfa abrazándolo por la cintura

— Pero así me amas... — lo tomó del mentón, alzando su rostro y lo besó lenta y sensualmente, no duró mucho y se separó de él.

— Puede que tengas razón — respondió el azabache con la respiración entrecortada pero ese corto beso no le bastó quería más, así que en un movimiento rápido se puso sobre el ruso y lo besó de manera pasional dejando que el peli plata metiera su lengua dentro de su boca y jugará con la suya, mientras se aferraba con una mano a la larga cabellera plateada y con la otra en el cuello del mismo para evitar que se separaran.

Poco a poco iba descubriendo sus deseos y sueños, todo junto a Víctor con quien iba aprendiendo cómo amar, cómo necesitar a una sola persona de mil y una formas diferentes.

Después de un largo tiempo de estar besándose se separaron por falta de oxígeno.

— Mi Yuuri se está volviendo cada vez más atrevido — dijo el peli plata con la respiración entrecortada y aquella sonrisa sexi y coqueta que solo le dedicaba a Yuuri.

— Voy aprendiendo del mejor — le respondió coquetamente el azabache.

— Si sigues así no me van a dar ganas de salir — decía mientras iba delineando la espalda desnuda del azabache hasta llegar a su cadera y volvía a subir y bajar delineado cada curva de ese cuerpo sensual, que lo hacía volverse loco — si no empezamos a entrenar no vas a poder participar en la competencia.

Entre tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora