Ángeles. Divididos en nueve tipos de coros, también conocidos como rangos angelicales cuya principal tarea es la de introducir el alma de un ser humano durante su nacimiento así como reclamarla al momento de su inevitable deceso. Sin embargo, y a pesar de lo que muchos creen, en realidad existe un décimo coro, considerado el más poderoso por sobre todos los demás. Conformado única y exclusivamente por un solo individuo. El Metatron. Siempre a lado de Dios y guardián de éste mismo. Fue el primero en ser creado y por tanto el único sin una legión a la cual pertenecer al contrario del resto de los coros.
Una mañana cálida, de esas que son comunes en el cielo central donde el creador tiene su templo y capital del reino de los cielos, se escucha el sonar de mil trompetas con gran demanda y, al instante, se reúnen millones de ángeles al lugar. Todos ellos con sus túnicas de brillante y pulcro color blanco, batiendo sus imponentes alas. Algunos con solo un par, otros con dos y tres pares.
Se introducen con prisa al templo del creador, cuyo interior resplandece de belleza pura con su piso hecho del más fino marfil recubierto con mármol de calidad innegable. Con enormes pilares de oro en su máxima pureza, tallados y detallados como ninguna mano humana podría hacerlo jamás.
El templo está a rebosar de ángeles. Se podía observar la belleza por doquier. Millares de ángeles de belleza cosmopolita inhumana. Al avanzar por entre las filas de ángeles divinos que parecían interminables se puede encontrar el trono de Dios que al igual que la mayoría de las cosas que adornan tan majestuoso templo, se encuentra hecho de oro. Aquel trono de carácter celestial es rodeado por un halo de arcoiris que se extiende a su alrededor dando un aura todavía más maravillosa. Y sentado sobre éste, provocando admiración y sobrecogimiento a partes iguales, se encuentra Dios.
El ser todopoderoso viste con una túnica blanca incluso más brillante que la de todos los demás. La tela cubre casi por completo todo su cuerpo, dejando entre ver tan solo una parte de sus manos. Su piel, tan admirable y desconcertante como todo en él lo es, resplandece como una radiante e imperiosa luz casi cegadora tan solo levemente asemejada al brillo del sol a través de una piedra preciosa.
A su derecha, con un aspecto más parecido al de un humano, enfundado en una túnica igualmente blanca y con un cinturón de oro atado a su cintura se encuentra su hijo, con su agraciada cabellera blanca, el cordero. Mientras que a su izquierda, un poco oculto detrás de su imponente presencia se encuentra un ángel de túnica en color verde sosteniendo un pergamino en sus manos, como si se preparara para escribir en cualquier momento.
Alrededor del trono sobre la parte superior de las paredes que recorren la estancia se encuentran veinticuatro tronos de oro en menor tamaño comparados con el del creador, ocupados por veinticuatro ancianos sabios. Todos ellos lucen túnicas blancas como el resto diferenciados tan solo por las coronas de oro adornando sus cabezas por sobre sus cabellos blanquecinos.
Delante del trono, con un aura similar al fuego vibrante y consumidor se encuentran siete ángeles inmóviles como si fuesen antorchas y más allá de ellos, un mar de vidrio que llega hasta el final de las filas y filas de ángeles que acudieron al llamado de las trompetas que apenas minutos antes habían resonado por todo el reino de los cielos.
Ahora todo era un silencio tan sepulcral que incluso si una diminuta paja llegase a caer en medio de todo el lugar se alcanzaría a escuchar fuerte y claro, lo cual era sinceramente increíble dada a la cantidad desorbitante de ángeles que ahí se encuentran..
De pronto, aquel silencio se ve interrumpido por el sonido del andar de un ángel serafín de estatura muy pequeña, tez clara y una hermosa cabellera rubia. Sus ojos parecen tener el poder y la belleza de los mares contenido en su interior, de un color tan azul y vibrante como las mismas olas al romperse sobre las costas. Poseedor de una belleza singularmente refinada, de esas que dejan sin aliento y no existen palabras suficientes para hacerle justicia.

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El Mago
AventuraEsta es la historia de Merlín, el mago más poderoso de todos los tiempos, contada desde un punto de vista jamás explorado. Donde nos muestra cómo un ser celestial y un humano se pueden amar tanto hasta el extremo de querer vivir por siempre, no impo...