Capítulo 17.2

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Ni siquiera tienen tiempo de detenerse admirar la belleza de semejante monumento de la naturaleza cuando todos echan a correr en dirección a su objetivo ignorando lo agotados que puedan estar después de andar durante tanto tiempo a pie.

-Una cosa más, deben estar a menos de cien cuerpos de distancia de mí para que mi hechizo pueda surtir efecto en ustedes. En cuanto el enemigo se dé cuenta del poder que poseo intentarán eliminarme así que debes apresurarte Vincent, por favor te lo suplico sé que será difícil pero debes esforzarte al máximo- alcanza a advertir Bastet sin detener sus pasos apresurados.

Todos escuchan aquello pero nadie se detiene a agregar nada pues saben que no tienen tiempo que perder y solo hace falta que conozcan la información necesaria. Una vez que están cerca del majestuoso árbol se dan cuenta de que una aura brillante y dorada rodea todo desde su base hasta la copa, seguramente se encuentra protegido por la voluntad de Dios creador.

Sefield sigue adelante pues una vez que la energía protectora siente su presencia angelical y se da cuenta de que sigue estando con Dios, le permite pasar libremente. Al ver esto el resto no puedo evitar pensar que esa es la razón por la que los demonios no han podido acercarse lo suficiente al árbol y es por esa razón que su epicentro se encuentra en ese lugar, se trata de una trampa bien ejecutada. Los demonios solo esperan a que llegue alguien que pueda atravesar la protección divina para conseguir la vara y posteriormente atacar y hurtarla.

-Ese parece ser el caso sin duda ya que no nos han atacado hasta ahora. Nos han dejado el paso libre para que lleguemos hasta aquí- menciona Sefield como si les leyera el pensamiento al tiempo que se deja caer hasta hincarse cerca del árbol.

Tras recitar un par de plegarias finalmente corta una rama de aquel árbol y sale del campo de protección que le rodea y no pasa siquiera un segundo cuando el cielo y la tierra se estremecen ante el sonido de diez cuernos que retumban como el llamado de un vigía atento.

De un movimiento Sefield lanza la vara hacia Elice quien la toma rápidamente.

-¡Mínima Mutatio!- grita ella y entonces la vara se hace tan pequeña que entra fácilmente al interior de bolso que lleva colgando del costado de su cinturón.

Sin embargo cuando está a punto de introducir la diminuta vara se detiene, pensando en un plan un poco más ingenioso y se la lanza hacia Abayomi quien apenas tomarla comprende lo que su compañera intenta hacer así que trata de teletransportarse. Estando en pleno movimiento para salir de ahí una luz destella desde una orilla y por apenas segundos una especie de pared aparece como la superficie plana y lisa de un cristal antes de volverse invisible.

Abayomi es frenado en su intento de huida y termina de regreso en donde había empezado al ser repelido. Su cuerpo cae sin gracia sobre el suelo arenoso que logra amortiguar su caída pero no lo suficiente como para evitar que se lastime y terminé tragando parte de la arena que se alza ante la colisión.

Bastet maldice por lo bajo y se acerca a su compañero para entregarle una pequeña botella en cuyo interior contiene un líquido verdoso, en cuanto Abayomi lo toma su cuerpo herido vuelve a su estado de siempre. El elixir de vitalidad le sirve para incorporarse y lanzar una mirada a su alrededor.

Frente a ellos se alzan diez legiones conformadas a simple vista por humanos, asesinos, guerreros, demonios y gigantes. Pero a pesar de que la cantidad abrumadora es suficiente para dejarlos sin aliento lo que en verdad llama la atención y hiela la sangre a partes iguales es el ser que permanece en pie al medio de todo, resaltando más que lo demás.

Su apariencia es no solo intimidante sino que un poco desagradable también. Se trata de un abominable ser de cerca de dos metros de alto un híbrido entre humano y rinoceronte. Su cuerpo musculoso desencaja con su cabeza y rostro de animal, el cuerno sobre la punta de su nariz húmeda que parece enseñar con orgullo es de un color marfil nacarado mientras el resto de su piel gruesa, recia y curtida con pliegues y rugosa textura es de un color gris oscuro.

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