Capitulo 5

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Se puede oler el fabuloso olor a tierra mojada y las últimas gotas cayendo por las hojas de los robles. Los rayos del sol tan relajantes atravesando las copas de los árboles al amanecer en donde yacía Sefield esperando fuera de la choza de Génesis quien abre la puerta con una pequeña sonrisa.

—¿Que no duermes? ¿o despiertas a muy temprana hora?- pregunta ella.

Sefield simplemente le da una suave sonrisa antes de decir: —Vamos, emprendamos nuestro camino.

—Estoy un poco preocupada porque no sé qué es lo que me dirán. Bueno, pareces mago así que no estoy rompiendo las reglas al llevarte pero si ellos deciden que no eres un mago entonces estaré en problemas si llegara a oídos del gran maestro, me aniquilará.

—Deja de preocuparte tanto, estaremos bien.

Y Génesis voltea a ver su bello rostro, olvidando el asunto continúa caminando por el espeso bosque el cual es un tanto oscuro aunque no por ello menos hermoso, de hecho goza de una belleza natural incomparable, lleno de ésta por doquier.

Continuaron caminando por un par de horas, solo algunas cuantas veces entablaban conversación pero Génesis no podía dejar de ver el rostro de Sefield cuando pequeños rayos de sol lograban atravesar las copas de árboles. Ella no comprendía la razón por la que seguía observandolo. De pronto al dar un paso sin darse cuenta casi cae por un precipicio, había olvidado por completo el camino. Sin embargo, una mano cálida llega hasta ella al instante y la sujeta para luego atraerla hacia los brazos de Sefield quien la sostiene mientras caen logrando detener y amortiguar la caída. Sefield cae sobre sus pies con Génesis aún entre sus brazos. Al dejarla de pie sobre la seguridad del suelo se acerca a ella hasta estar muy cerca de su rostro.

—¿Estás bien, Gen?- pregunta en forma de susurro sobre su oído.

—Si, gracias a ti- responde al tiempo que piensa sobre el Gen que acaba de recibir y antes de darse cuenta agrega en voz alta —me gusta.

—¿Qué cosa?

—Gen, es por Génesis ¿verdad?

—Si, es muy largo mencionar todo tu nombre. Perdona si no te pregunte antes de

—¡No, me gusta, de verdad!- insiste ella —muy bien, ahora hay que regresar al camino.

Ambos comienzan a escalar el barranco cuesta arriba y regresan al mismo camino que habían estado llevando hasta ese momento. Mientras más tiempo transcurre y se internan más a la espesura del bosque la oscuridad se hace peor.

—¡LLEGAMOS!- grita Gen

Frente a ellos hay algo parecido a un muro de agua cristalina en posición vertical como si desafiara la gravedad. Caminan directo a esa barrera sin detenerse hasta que la atraviesan con facilidad, hundiéndose en ella como quien sumerge el rostro sobre la superficie en calma de un lago. Una sensación fresca los recibe mientras se desmaterializan y aparecen en un lugar completamente diferente al anterior. El paisaje nuevo es un bosque igualmente, salvo que al contrario del que acaban de salir éste es uno lleno de luz con flora y fauna que transmiten tranquilidad. Y más allá de todo esto una especie de castillo fortificado con una gran y enorme puerta de madera la cual muy seguramente necesitaría de poleas y cadenas para ser abierta. En cada costado se encuentran un par de personas que más bien parecieran estatuas.

Al acercarse cada vez más y más uno de los hombres que custodia los detiene exclamando; —¿qué hace ese hombre aquí? ¿por qué lo has traído a la fortaleza?

—Él tiene magia en su interior, necesito hablar con el consejo. Desea entrar a aprender nuestras costumbres y sinceramente creo que tiene un gran potencial- explica Gen.

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