Capitulo14

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Todos los miembros fueron trasladados a aquel territorio que estaba situado donde en los años doscientos había sido territorio celta, desde las orillas del río se logra ver las hileras de colinas verdes hasta donde alcanzaba la vista. El paisaje resulta tan hermoso que deja anonadados a más de uno.

—Bueno, continúen hasta llegar a Galo. Sentirán la magia por todo el lugar además de que sabrán que están allí cuando vean semejantes montañas poseedoras de gran belleza. Hasta aquí pude ayudarlos, a partir de aquí la travesía correrá por su cuenta chicos. Buena fortuna- dice el gran maestro y de pronto, desaparece dejando a aquellos siete valientes en busca de los sortilegios para crear aquella varita que será el arma celestial para aquel mago.

—¿Saben algo acerca del mago supremo? ya que no pregunté a detalle al gran maestro quién fue- pregunta Sefield.

—Si, es una historia típica que siempre es contada cuando ingresamos. La mayoría de nosotros entramos pequeños a la fortaleza y al entrar de hecho solo que tú te brincaste unos cuantos años- responde Abasi, soltando una carcajada.

Luego de aclarar su garganta y dejar la risa de lado, se prepara para explicar la misma historia que ellos ya habían escuchado.

—Hace aproximadamente cuatrocientos cincuenta años, en el año 74 d.C para ser precisos, surgió el primer mago supremo quien desde su nacimiento logró canalizar los diez elementos mágicos. Fue un mago muy sabio, el mejor que ha existido hasta la fecha y sumamente poderoso, capaz de repeler durante mucho tiempo las hordas de Satanás él mismo y maestro de muchos grandes magos. Medivh el grande. Se dice que en su gema núcleo extraída desde las entrañas de la tierra almacenó su esencia mágica y conocimientos para futuros magos por si alguna vez fuera necesaria.

Abasi se tomó su papel muy en serio mientras sigue relatando la historia que se sabe de memoria.

—Por el año 224 d.C dejaba a su sucesor, un nuevo mago supremo que al igual que él lograba controlar los diez elementos, muy diestro y a la vez lleno de vitalidad, de juventud. Su nombre era Mortett, un mago que parecía ser el nuevo Medivh y es así como éste último, ya anciano, decide retirarse para dejar el mundo mágico en sus manos. Por unos años Mortett cuidó la Tierra en general de las fuerzas de Satanás y siempre buscando poder hasta que ya no lo tuvo. Su sed de poder se volvió imparable, desafiaba a todo ser mágico que asemejara sus poderes hasta que las fortalezas temieron. Se empezó a sonar la alarma de el pánico que estaba generando y fue entonces que los magos más diestros se reunieron para poder hablar con él. Le reclamaron recordándole que él debía guiarlos no destruirlos pero cegado por la sed de poder decidió atacarlos.

Sefield escuchaba la historia en silencio tratando de no perder detalle. El semblante de Abasi iba cambiando mientras la historia avanzaba, su cuerpo y facciones reflejaban lo que sentía al tiempo que lo relataba.

—Todos los magos le habían dado la espalda a excepción de un pequeño grupo de magos malignos que buscaban al igual que él herir y exterminar a su misma raza. Ocurrió entonces una batalla mágica donde muchos jefes de linajes mágicos perdieron la vida. Mortett era imparable y justo cuando decidió concentrar todo su poder en un solo ataque para aniquilar a todos apareció Medivh, aquel que con tanta alegría había dejado a su discípulo a cargo y ahora lo veía destruirlo. Debía detenerlo y es entonces que decide intervenir en una épica batalla que según las historias, logró hacer que del cielo lloviera fuego, el aire dejara de fluir y la Tierra crujiera. Fue la batalla de los magos más poderosos que han existido. En ese encuentro, Medivh salió vencedor y los testigos que Mortett no lograba entender cómo siendo él más joven había sufrido aquella humillante derrota.

Abasi entorna la mirada y continúa relatando, tomándose un momento para tomar aliento antes de seguir.

—Mientras se desangraba se dice que fue tanto su odio que al morir decidió vender su alma al demonio, uniéndose así a la misma alma de un demonio bíblico para poder vengarse algún día transformándose en uno de los diez generales y cambiando su nombre a Balaam, embajador de la codicia y la maldad. Pero para Medivh fue una decepción haber acabado con su propio sucesor, le rompió el corazón. Así que vino a la montaña negra a atrincherarse en ella para luego pasar sus últimos días allí a donde nos dirigimos en este momento.

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