Capítulo dieciocho: Matar y vivir o elegir morir.

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Mi espalda choco con el duró concreto, pero en un segundo volví al ataque. Lacen golpes a diestra y siniestra, buscando sus puntos débiles y atacando, pero el previó mi acción y lo detuvo. Me tomó del brazo y me rodeo, pero lo golpee y me impulse para rodear sus hombros con mis pierdas y derribarlo al suelo conmigo presionando su cuello e impidiendo que se levantará.

—Siento esto como una especie de Karma divina —comento Isaac comiendo palomitas.

Solté a Derek y me incorporé. 

—No puedo prever eso —señalo respirando agitado.

—Es mi especialidad —le guiñe un ojo—. Después de eso suelo hervir su sangre o dejarlo agonizando.

Derek alzo levemente las cejas. —De cierta forma me tranquiliza saber que estamos del mismo lado. 

—Tienes un novia ruda, Derek —se burló Isaac—. Justo tu tipo. O mi tipo.

— ¿No tienes nada más que hacer, Isaac? —gruño Derek.

— ¿Y perderme el cómo Nea te da una paliza? —inquirió— No.

Sonreí divertida. —Bueno, usualmente nos ponemos algo cariñosos después, si quieres quedarte a escuchar...

Isaac tiró las palomitas al suelo y se levantó. —Ya me voy.

—Cuidado al salir —grito Derek con burla. Sentí a mi chico abrazarme por la espalda—. ¿Así que cariñosos?

—Oh, ni lo pienses. Aún tenemos mucho que entrenar —corté y me separé de él.

Derek resoplo. —Un descanso no nos vendría mal.

—No quieres descansar —alce una ceja, divertida—. Pero lo cederé, solo porque tengo hambre.

— ¿De nuevo?

—Si vas a estar conmigo tienes que saber que como lo que peso.

—Si, me di cuenta hace tiempo —se burló. 

Derek se inclinó y dejó un ruidoso beso en mi mejilla que me hizo sonreír.

— ¿Qué quieres comer? —pregunto tomando las llaves de su auto.

—No lo sé —hice un puchero, pensando en algo que no hemos comido—. Creo te toca elegir, se me han agotado las ideas.

— ¿Algo mexicano? —sugirió mientras ingresábamos al ascensor.

— ¡Uy! Si, por favor —sonreí animada—. Desde que estuve en el Argo II no he vuelto a comer tacos. 

— ¿El Argo II? —pregunto mi chico con interés.

—Es como una nave voladora que los hijos de Hefesto construyeron en la guerra con los semidioses griegos y romanos, antes éramos enemigos. Leo y sus hermanos lo reconstruyeron para nuestra última misión. Leo es en parte mexicano, así que los tacos no podían faltar en nuestra guarnición.

Nerea Jackson en Teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora