—Quien lo diría, un humano aquí en , nunca creí volver a ver otro — escuchaba aún dolido, todo daba vueltas, no podía enfocar la mirada, intentaba palpar algo a su alrededor intentando encontrar algo familiar.
—¡Eh! ¡Eh! ¡Cuidado con esas manos! — escuchaba la voz femenina pero agria.
Consiguiendo ver a la extraña, era una mujer de cabello corto, sus deslumbrantes ojos ámbar fueron lo primero en llamar su atención, la oscuridad de la carpa no le permita asegurarse de que lo que veía fuera cierto, su piel morena y su refinada figura, tan solo le hacía pensar que se trataba de otro humano.
—Imposible — musitó de forma casi imperceptible, pero inmediatamente ella río.
—Yo pensé lo mismo, incluso pensé en dejarte allí con todas esos Angules, al ver cómo te aferrabas a esa espada — le contó al aún debilitado Marloc.
—¿D-donde estamos? — apenas pudo preguntar el hombre.
—Eso lo hablaremos después, por ahora descansa — se levantó para dejar solo a Marloc.
—Estuve apunto de morir — pensaba aún dolido por la traición de Lerios — imbécil, fui tan inocente. Creí haber cambiado, pero no hice ningún cambio.
Lágrimas de coraje recorren su rostro, sumido en un odio profundo por si mismo, por perder lo único bueno que tenia, pero al instante en que los recordó vino a su mente Rapan.
—Creí tener tiempo para resolverlo — se lamentaba atormentado entre llanto.
—¡Lo arruinaste! ¡Fuiste tan iluso! ¡Quedaste en protegerlos! ¡Ahora encabezaran una batalla! ¡Usados vilmente como marionetas! — replicaba Matthew en su mente, Marloc solo callaba aceptando sus palabras — ¡Si me hubieras escuchado, si tan solo habrías matado a esa criatura!
—Tienes razón, pero aún sigo con vida, apenas me recupere le seguiré el rastro — mascullo el ahora recargado de irá.
El arguettiss gigante avanzaba, ya teniendo muy atrás el cuerpo putrefacto del primer rey de Perditionen, la mujer cubriendo su boca con una desgastada manta guiaba a lo que se vía como una villa, está se veía bajo un domo de cristal, donde todo allí era verde y próspero, pero antes de llegar se mostraba una puerta muy singular de gran tamaño, poseía una figura similar a la de una cerradura, varias arguettiss se a conglomeraban en dicha entrada, al igual que diversas bestias como Angules y criaturas parecidas a los pterodáctilos pero con varios tentáculos en el abdomen, varios eran sujetados por estos seres alados para ser devorados en las cornisas de las montañas, era una escena aterradora.
—Siempre odie estas tierras áridas, los amos de está región no permiten el paso a todos los visitantes y no obstante tardan bastante con la intención de hacerse con los bienes de los viajeros — musitaba irritada ante sus prácticas, inesperadamente su gesto cambio por una maliciosa mueca — pero no están preparados para mí.
Saca su rifle, apuntando con su mira a los guardias desde una lejana distancia, los guardianes eran criaturas humanoides con la mayor parte de sus cuerpos hecha de acero, solo pequeñas partes no tenían, permitiéndoles flexionar sus extremidades, sus bocas no contaban con labios únicamente sus aterradores dientes, muchos tenían sus largas lenguas colgando, solo pocos de ellos tenían lanzas debido a su imponente presencia, ocho de estos estaban arriba de la puerta y cuatro abajo atendiendo a los viajeros, sobre una estructura de piedra.
—Bastardos notarán la irá de los de abajo — jalo el gatillo, desencadenando un fuerte sonido, el proyectil salió disparado, recorriendo todo la extensa fila, junto a las peligrosas criaturas, hasta llegar con un guardia que detenía a uno de los viajeros, su cráneo reventó, causando gran escándalo — vamos, asoma tu repugnante.
Seguía atenta en la mira del arma, observando como sus compañeros se acercaban al cadáver, el resto de los viajeros se impacientaban al no ver qué avanzarán, entonces volvió a jalar el gatillo, produciendo nuevamente el ensordecedor sonido, haciendo caer a otro más, dos disparos le siguieron arrancándoles la cabeza a los últimos guardias de la parte inferior de la entrada, los viajeros cansados, frustrados y hartos del continuó ataque de las criaturas de Novis Montibus se apuraron a cruzar la entrada, sumiendo todo en caos, los angules también notaron su oportunidad para atacar a los desprevenidos, los guardias no sabían que hacer la turba de caravanas y seres hambrientos superaban por mucho su número, uno de ellos supo lo que debía hacer, jalar la palanca para cerrar la entrada y que todos se mataran entre si en las afueras de la villa, estiró su mano para tomarla, solo para recibir la bala, la cual atraviesa su cráneo.
—Eso estuvo cerca — musitó la mujer al otro extremo, mientras preparaba el siguiente disparo.
Las criaturas aladas raptaban incluso a los guardias en lo alto, al verse descuidados de su presencia al intentar evitar el misterioso ataque y parar a la turba furiosa de ingresar a la villa. La mujer reía eufórica ante semejante catástrofe hecha, se regocijaba al ver el sufrimiento de los escasos guardias y como los monstruos se iban a la violencia por escapar de las fieras hambrientas.
—¡Si sufran! ¡Sufran! — bramaba al observar el espectáculo, pero sabía que las cosas cambiarían, movilizó a su arguettiss para llegar a la entrada — sus lamentables transportes son meros botes simplones, mi magnífica criatura pasará con facilidad.
Un pálido pero mejorado Marloc sale de la carpa, inmediatamente notando que ahora estaba en un arguettiss gigante, su perseguidor, ante tal impresión cayó de espaldas, la mujer le saludo amablemente con su mano, solo para luego sujetar el siniestro rifle.
—Dame un momento, tenemos mucho que hablar, pero notarás estamos en una situación — anunciaba la mujer concentrada en la mira de su arma.
Marloc vio a lo que se refería, las bestias voladoras se acercaban con sus ágiles tentáculos para tomar a su presa, ellos. El hombre aún mareado se puso de pie, notando que sostenía su espada, sintiendo un gran miedo de ella, la guardo para evitar emplearla en la batalla, se empeño en usar su verdoso brazo.
—¡Aléjense de nosotros! — vocifero manoteando su brazo, para su sorpresa sus dedos se volvieron garras, cortando al ser alado en cuatro partes, miro anonadado de su bestial capacidad — ¿En qué me estoy volviendo?
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Will I Become A Monster?
FantasyUn tranquilo retorno a casa por la noche se vuelve un infierno, cuando Matthew es llevado a un mundo hostil, donde solo habitan criaturas crueles y monstruos que gobiernan este sitio. Pero tiene que lidiar también con una cruel maldición.