El Alzamiento De Un Rey

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Rodeados por la aparentemente interminable horda armada con objetos a su alrededor como barras de acero, palos, cuchillos de cocina, piedras, hasta libros y calzado con tal de hacer sufrir a los visitantes, al ver al grupo tomar una postura defensiva la multitud se arrojo sobre ellos sin titubeos, una serie de eventos de violencia fortuita se hizo presente entre las viviendas congestionadas, tres de los ahora guardias de Marloc fueron llevados al suelo con una violencia contundente, la agresión no paro allí sino que apenas inicio, un hombre gris le enterró un tridente en su vientre, otro le golpeó en la cabeza con un palo, pero insatisfecho repetía la acción sin un fin aparente, otro de estos guardias era sometido de una forma inusual, una mujer le metió el brazo en su boca, introduciéndolo hasta su garganta asfixiándolo en ese instante, al otro le sometieron ante múltiples golpes, esto agobió a Marloc quien sentía y percibía lo que sus títeres le ocurría, flaqueando antes de ser atacado por los habitantes. Ellos eran la máxima expresión de un alma colectiva, en la cual piensan, sienten y actúan de forma totalmente diferente a lo que pensarían, sentirían y actuarían de manera individual, al unirse las personas desaparecen las virtudes de estos y sus peculiares, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo. El yo deja de existir para crear un nosotros.

La lucha por la vida continuaba, Romuld quien no dudaba de arrebatar la vida a los vestigios de lo que en algún momento fueron humanos, al hundir sus mandíbulas sobre los cuellos de esta muchedumbre sin limitación ni conciencia, sus dagas solían apuntar a sus ojos sabiendo que le sería imposible matar los suficientes para abrirse paso, pero creyó poder hacerse un camino en un caos sin visión, Rapan cubría las espaldas de Minrietta quien tenía en sus hombros a Quiket quien soltaba bufidos antes de ser agredidos por la monstruo quien sin con templamientos los tomaba del cráneo para azotarlos contra el piso, dejando una nube de polvo, las armas que solían llegar a ella solían doblarse y en pocos casos raspar su áspera piel, hasta que una olla con agua hirviente cayó sobre su cara, logrando provocarle un intenso dolor al llegar a sus ojos, al gato casi no le afecto gracias a su pelaje y su piel resistente, pero fueron rodeados por la multitud. Quiket se desvaneció frente ellos.

—¡Señora Minrietta! — vocifero Rapan preocupado al oírla gritar, la situación le superaba con creces.

Un intenso dolor le aquejó por la parte trasera de la cabeza, hecha por una vara o incluso un pequeño mueble, todo los gritos y el sonido de las armas quedaron sustituidos por una especie de pitido, todo parecía ir lentamente, una mujer con una apariencia demacrada le tomo del costado para luego sentir otro dolor, una punzada en el vientre, contemplo la zona solo para ver un cuchillo enterrado, en la expresión de la mujer parecía no caber una pena por su acto, sus ojos seguían vacíos, pero su expresión indicaba cólera, parecía no serle suficiente. La vista del monstruo semejante a un oso se volvió a sus compañeros, quienes estaban en su mayoría sepultados por la voraz horda, Romuld tenía múltiples heridas, su ropa estaba rasgada y su cabeza parecía ser objeto de un tiro al blanco con rocas, provocando que sangrara por diversas partes, pero se mantenía sobre una pila de cadáveres polvorientos y rodeado por otros heridos quienes perdieron la vista y se volvían contra todo ser frente ellos, el ser parte reptil le llenaba de inspiración con su aire invencible, le hacía olvidar su terrible situación como si la esperanza se mantuviera para él y el resto de sus compañeros, sin embargo sus fuerzas se le escapaban, sus dagas cayeron al suelo, su mirada volvió con la mujer de la vista perdida quien retiro el arma blanca, disponiéndose a volver a emplearlo, el llamado a la muerte era claro, sonaba como la vez en que Nadira le disparó, un sutil tarareó era perceptible para sus oídos una fría voz la hacía sonar exclusivamente para él, conocía muy bien a su portadora, no tenía un género, pero sus movimientos llenos de gracias al esquivar los cuerpos en la muchedumbre le hacían pensar en su figura materna, quien a pesar de ser ciega se movía con tal seguridad y precisión.

Will I Become A Monster?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora