Apocalipsis: Mi Lugar Seguro [TERMINADA]

Capitulo 30: En el Monte

Narra Daniel

Apenas salí del campamento ya tuve que pelear como con tres caminantes y casi morí al toparme con uno más

El simple hecho de pensar que no pasaron ni 2 horas y yo ya estaba en aprietos me hizo pensar en Arienne, ella ya llevaba 7 horas o más fuera del campamento.

¿Y si ya es tarde? ¿Y si ahora ella es un caminante? ¿Que se supone que haré si es un caminante?, la cabeza me dió vueltas y los pensamientos negativos me sofocaron

Alejé esas ideas de mi cabeza, subí a un auto abandonado que encontré a un lado de la calle, probé suerte y giré la llave, el motor rugió y empecé a andar

Bajé las ventanas, el olor que tenía el vehículo era nauseabundo, era una combinación de muerte, humedad, sangre seca, vomito y cualquier cosa con olor repugnante que viniera a mi cabeza

Conduje como 50 minutos, llegué hasta el comienzo de la colina y bajé del auto. Estaba enojado con Arienne y aun mas conmigo mismo, si tan solo no me hubiera expresado mal, ella no habría huido para probar algo estúpido

Un caminante apareció, corrió hacia mí y con rabia dispare hacía su dirección, la bala atravesó su cráneo y la sangre salpico por todas partes

Empecé a adentrarme en el monte, las ramas crujían bajo mis pies y el olor a tierra mojada inundo mi nariz, amaba este olor.

A unos metros de mi, vi un cuerpo tirado en el suelo, su larga cabellera estaba esparcida en el suelo y desde donde estaba podía oír sus leves jadeos

Mi corazón empezó a latir con fuerza, corrí hasta ella y la miré, sus ojos se conectaron a los míos, tenía el abdomen totalmente devorado y la sangre estaba esparcida por todas partes

El suspiro más largo del mundo salió de mi boca al saber que no era Arienne la que estaba ahí

-¿Puedes hablar? –pregunté pero la chica solo jadeó y pequeñas lagrimas salieron de sus ojos

-Lamento esto, pero es la única forma de que dejes de sufrir –dije, apunté a su cabeza y disparé

***

Narra Arienne

Llevaba como 5 horas caminando, no conocía a ninguna de las personas que habían venido a la expedición

Eran alrededor de 15 personas, el hombre a cargo se llamaba Javier, que estaba junto a su novia Bárbara, algunos me miraban de forma extraña, sorprendidos y otros con cara ¿rabia? Supuse que quizá eran amigos de Carla.

-¿A cuánto tiempo del bunker estamos? –pregunté y Bárbara me miró con desprecio antes de responderme

-Mucho –respondió cortante

- Si te están doliendo los pies mejor vuelve al campamento princesa –dijo Javier para molestarme, recordé la discusión que tuve a noche con Daniel y la rabia empezó a crecer en mi

-¿Princesa? –fruncí el ceño sin entender muy bien

-Eres la novia de Daniel, y la consentida de Max, la única razón por la que sigues viva es porque matamos a los pocos caminantes que aparecieron en el camino hasta ahora

-No soy ninguna princesa –gruñí, detestaba que me vean de esa forma, como si yo fuera débil

-Como digas –dijo Bárbara rodando los ojos

Las ramas crujían bajo nuestros pies, el viento fresco agitaba mi cabello y congelada mis mejillas

Un áspero y fuerte gruñido llamó nuestra atención, 3 caminantes estaban a nuestras espaldas