Capitulo 10: Escapé

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Habían pasado cuatro días... cuatro días en donde habia comido técnicamente solo migajas, no había visto a Daniel en todo este tiempo, pero sabía que estaba en la casa porque oía su voz resonar de vez en cuando, me tenían encerrada, el cuarto no tenía ni una ventana por lo que la única luz que mi piel recibía era la luz artificial de la lámpara. De noche helaba, me sentía débil, no duermo desde hace tres noches y quisiera golpear al estúpido de Daniel por tenerme en estas condiciones

Alguien tocó la puerta, debía levantarme pero mi cuerpo no respondía, moví los dedos con un poco de dolor, tenía este estúpido plástico ajustando mis manos con demasiada fuerza, tanta que el color de mis dedos ya se tornaba lila

Traté de remojarme los labios con la lengua, pero esta estaba tan seca como el resto de mi boca, di un suspiro y logré tener control de mi cuerpo, con fuerza me senté en la cama al mismo tiempo que las llaves chocaban entre ellas mientras se destrancaba mi puerta, la cabeza me dio vueltas y apreté los ojos unos segundos

Daniel y Marcos aparecieron, Daniel hizo una mueca al verme y no lo culpo, miré mi reflejo en el espejo que estaba enfrente y confirme mis dudas, mi aspecto apestaba, mis ojos estaban rojos, mis pómulos se veían mas marcados, mis labios secos y las enormes ojeras acompañados de bolsas adornaban con notoriedad mi rostro

-¿Haz comido mal estos días? –preguntó Daniel, dejó la bandeja de comida que traía en manos en la mesita junto a mi cama, tuve que aguantas las ganas de saltar por el plato como una desesperada, tragué en seco y miré a Daniel quién se sentó a mi lado y cogió un mechón de cabello que cubría mi rostro y lo puso detrás de mi oreja

-Déjame –aparté el rostro

-Lamento no haber venido a verte –susurró –he estado revisando mapas y haciendo cuentas para poder empezar el viaje a mi campamento

-Da igual

-Daniel ira hoy a... ya sabes... revisar el perímetro, creo que tardará un poco más de lo habitual –me habló Marcos por primera vez.

Mierda, si Daniel salía de la casa el me mataría

-Iré un poco después del medio día –añade Daniel, sin aviso, tomó mis mejillas en sus manos y me obligó a mirarlo –Hey pronto las cosas cambiaran, Marcos te aceptara, y las cosas volverán a la normalidad –susurro él para que solo yo lo escuche, rozó suavemente mi nariz con la suya y sonrió levemente

Yo solo asentí, debo pensar rápido, se que Daniel se irá pronto y no quiero morir, no aún. Ambos se retiraron de mi pieza, Marcos no se fue antes de darme una sonrisa escalofriante.

Oí como trancaban mi puerta, a pasos sigilosos me acerqué a la puerta y escuché como sus pisadas se alejaban. Cuando me aseguré de que se alejaron por completo corrí a mi cama

Tomé una frazada y traté de ponerla en el suelo lo más extendida que pude, retoqué un poco con ayuda de mis pies

Mi cuerpo se tambaleaba y mis manos temblaban, me acerqué al espejo del ropero y presioné mi cuerpo contra él, este no tardó en quebrarse, volví a presionar con cuidado y más fuerza y los cristales cayeron a la frazada sin hacer tanto ruido, justo como lo había planeado

Me agaché y tomé un pedazo grande de vidrio, y empecé a tratar de cortar la tira que me tenía atada, con cuidado de no dañarme, lo logré, mi segundo paso fue cambiarme

Me coloqué ropa cómoda, un buso, una remera y una campera, traté de hacer el menor ruido posible, una vez lista, me alcé el cabello en una cola alta y solté un largo suspiro

Miré la bandeja con comida, no perdí la oportunidad ni el tiempo y me acerqué a ella, dí el primer bocado, mi cuerpo no reaccionaba y un león pareció rugir como nunca en mi estómago

Volví a meter la comida en mi boca, parecía que no masticaba de tanta hambre que tenia, sólo deseaba llenar mi estomago, me atraganté como dos veces, comí dos pequeños panecillos que había y bebí el vaso de agua que también se encontraba ahí, lo tomé como si hubiera salido recientemente del desierto, y la verdad, así me sentía.

Me arrepentí de no haber dejado por lo menos los panes para el largo viaje que me esperaba, pero de haberlo pensado antes igual los hubiera devorado, mi estómago seguía pidiendo a gritos mas comida, como si todo lo que le dí minutos atrás ya se hubiera desvanecido

Solo me quedaba esperar la oportunidad, me coloqué detrás de la puerta, mis manos temblaban, sin mencionar mis piernas, parecían gelatinas, escuché como la llave entraba en la puerta y giraba con lentitud, se escuchó el clik de la puerta al destrancarse, como en una película de terror la puerta chillo mientras se abría con demasiada lentitud y el primer paso de Marcos crujió contra el suelo

La figura de Marcos se hizo presente, me abalancé sobre él con la poca fuerza que tenía, caímos al suelo, yo estaba sobre él, trataba de clavarle el vidrio en la garganta pero el sostenía mi mano con más fuerza

Peleamos hasta que el en un movimiento rápido cambió nuestras posiciones, el subió en cima de mi y colocó ambas manos en mi cuello, el aire quedo atascado en mi garganta, no respiraba, traté de arañarle el cuello pero de a poco me debilitaba, mi corazón latía con fuerza y no quería morir

-Será una pena decirle a Daniel que un caminante entró y te devoró –dijo con la respiración entre cortada, las lagrimas se acumulaban en mis ojos

Miré a un costado, el vidrio que tenía hace un rato no estaba tan lejos, estiré mi brazo tratando de agarrarlo, me faltaba el aire, los pulmones empezaban a dolerme

Tomé el vidrio y sin pensarlo rasguñé con él su rostro, un largo corte desde su frente, hasta la mitad de su mejilla, pasando por encima de su ojo, el me soltó y llevó las manos a su rostro, me alejé de él, tosí como maniática, empecé a respirar como pude, llené mis pulmones de aire y traté de estabilizarme

Marcos seguía con sus manos en su rostro, sus manos estaban llenas de sangre y la misma empezaba a gotear en el suelo, había visto en cámara lenta como su piel se abrió en el momento en que enterré el cristal en su rostro, el soltaba gemidos y gritos desgarradores que erizaban mi piel

Aproveché la oportunidad y empecé a correr, era la segunda vez que me encontraba corriendo de alguien por mi vida, y espero que no se me haga costumbre. Llegué a la sala, para mi suerte la llave se encontraba puesta en la puerta, la abrí con mis manos temblorosas y empecé a correr fuera de la casa

Apenas salí de la cabaña un viento frio pareció atravesar mi cuerpo, helaba, me consolé a mi misma pensando que mientras corría entraría en calor

Corrí con la poca fuerza que me quedaba, sentía como si las piernas iban a fallarme en cualquier momento, aún no me alejaba de la cabaña cuando se escuchó un disparo, me pasó rozando y estampó contra un árbol, miré detrás, era Marcos apuntándome con un arma, tenía una de sus manos ensangrentadas tapando la mitad de su rostro. Seguí corriendo hasta adentrarme al bosque, oí un par de disparos más pero ni uno me llegó, necesitaba estar lejos de aquí, corrí y corrí hasta que me faltó el aire y mi cuerpo me obligó a parar, miré atrás, ya nada era visible, la casa desapareció, logré escapar.

Me recosté en un árbol y respiré entre cortadamente, sentí el sudor frío bajar por mi espalda y mi frente, tenia frio, incluso después de correr tanto. La garganta me dolía, estaba seca y moría por una gota de agua.

Unos gruñidos aparecieron, busqué apresurada el origen de los mismos, hasta que lo vi, un caminante venía hacia mí, miré a mi alrededor para buscar algo que pudiera servir para matarlo. Vi una gran roca, corrí a ella, la alcé y la estampé en su cráneo, repetí la acción como 4 veces hasta ver que el caminante había muerto por completo. Solté la roca y me apoyé en mis rodillas, traté de respirar y recuperar mis fuerzas

Lo miré un segundo, su rostro era irreconocible, su cerebro o lo que sea que era, estaba esparcido por todas partes y mis manos estaban manchadas de su sangre, el estomago se me revolvió y me acerqué a un árbol para echar lo que había comido minutos antes. Vomité hasta que mi estómago quedó completamente vacio

Respiré hondo, las ganas de vomitar seguían presente pero no tenía nada más que vomitar, traté de calmarme, y empecé a correr nuevamente.

No tengo idea de cuánto tiempo llevaba corriendo, pero parecía correr en círculos, el bosque jamás terminaba y el sol empezaba a bajar

Apocalipsis: Mi Lugar Seguro [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora