Apocalipsis: Mi Lugar Seguro [TERMINADA]

Capítulo 27

Narra Daniel

Miré sobre mi hombro y vi a Manuel temblando en una esquina del lugar, sentí el cuerpo caliente y como la sangre me hirvió, separé a Arienne, me acerqué a Manuel decidido y el no trató de huir.

Con una mano tomé con fuerza su cuello y lo pegué a la pared

-Voy a matarte –dije enojado

-¡Para! ¡Para! -apareció Arienne frente a mí, puso sus manos en mi pecho y trató de alejarme de el

-El estaba de lado de Marcos, no sé que cuento barato te vendió este tiempo pero el fue quién dejó entrar a los caminantes al campamento –dije con los dientes apretados, su rostro empezaba a tomar un color casi lila

-Lose, pero ¡para!, el me ayudó, gracias a él estoy viva –la miré un segundo, apreté con fuerza su cuello y lo solté

-¿Donde está Erick? –pregunté

-Está afuera, en la puerta, vigilando –dijo Joe dando una mirada rápida a la puerta

Me saqué la campera que tenia puesta y se la puse a Arienne, subí el cierre por completo y ella me sonrió agradecida, la campera le quedaba muy grande

-Bien, andando –dije y tomé la pequeña mano de Arienne –¿Puedes caminar?

-Si –susurró

Salimos lentamente del vagón, tenía mi brazo envuelto a la cintura de Arienne, su cuerpo temblaba y su mano apretaba con fuerza la mia

-Está libre los guardias que quedan se están encargando de los caminantes –informo Erick

-Mejor dicho, los caminantes se están encargando de los guardias que quedan –dijo Joe y oí la suave risa de Arienne

-Me alegra que sigas vivo novato –dijo Erick

Corrimos hacia el vagón por donde habíamos entrado, el lugar era un caos, todos estaban siendo devorados, llegamos al vagón pero cuando apenas logramos salir un caminante nos vio y corrió hacia nosotros, cerramos la puerta y el caminante estampó contra ella

La puerta no tenia tranca y el caminante era muy fuerte, Erick, Joe, Sergio y yo tratábamos de cerrarla pero el caminante era jodidamente fuerte

-Arienne, sal afuera, trataremos de matarlo, tu aléjate por si acaso –dije y ella negó repetidas veces

-Arienne vamos –dijo Manuel tomándola del brazo. Con una mano libre alcé mi pistola y le apunté

-¡No la toques joder! –grité molesto y él se alejó sin objeción

-¡Daniel! –me regaño Arienne

-Señor es más de uno, estoy seguro –dijo Erick y yo estaba de acuerdo, un solo caminante no podía tener la fuerza sobrehumana con la que empujaban la puerta

-Señor –dijo Joe en un susurro

-Dime –respondí con dificultad, pareciera que cada vez empujaban con más fuerza la puerta

-Yo me quedare y los distraeré

-¿Estás loco? –Me reí con ironía –No es momento de chistes novato

-Estoy muerto de todas formas –susurró y con una mano alzó un poco su remera, tenía una gran mordida en su abdomen, era enorme y la sangre no dejaba de salir

Oí el jadeo de Arienne, tapó su boca con sus manos, ella trató de acercarse a nosotros pero alcé la mano en su dirección

-Ari no, aléjate, es peligroso –dije