Capítulo 27

799 78 5
                                    

El verano estaba siendo marcado por el calendario y por el buen tiempo como todos los años, sin embargo, desde que Alba había aparecido en mi vida, todos los días me parecían distintos y tenían aquella oportunidad de ser únicos entre todos los que llevaba de vida.

Hoy se cumplía un año desde que aquella rubia había aparecido en mi local pidiendo empleo y no sólo eso se celebraba hoy sino que también el comienzo de una nueva vida, una en dónde ella y Miki eran la luz de mis ojos.

—Na—el grito entusiasmado de Miki hizo que una sonrisa invadiera mis labios, llevaba varias semanas tratando de hablar y su vocabulario se limitaba a monosílabas como Ma, Na y otras palabras que no lograba entender pero al parecer Alba lo hacía a la perfección, porque entendía a la primera lo que él quería decir. Me acerqué a Miki quién estaba en el suelo jugando con el viejo conejo afelpado que tenía desde que habían llegado, Alba había salido a dejar unos recados así que no tardaría en llegar.

—¿Qué sucede peque?—le pregunté mientras lo ayudaba a pararse y él se abrazaba a mis piernas pidiendo con sus manitas que lo tomara —¿Quieres estar con Na?—volví a preguntarle y él rió mientras yo lo tomaba en brazos besando su cabello —vale, ya entendí, extrañamos a mami ¿Cierto?—Miki no dijo nada y acomodó su cabecita en mi hombro mientras no dejaba de mover el peluche de un lado a otro, me quedé embobada con el juego que llevaba él hasta que escuché como entraban al local así que me di vuelta para encontrarme con la linda rubia que ocupaba mis pensamientos todos los días con un vestido de seda rosa y con una sonrisa en su rostro que rápidamente fue socavada por un beso.

—Te extrañaba, Nat—contestó acariciando mi mejilla y dándole un beso a Miki—y a ti también mi príncipe —Miki comenzó a gritar alegre mientras pedía a Alba que lo tomase.

—Ma—gritaba Miki mientras yo se lo pasaba a Alba, ella no tardó en sujetarlo y me veía con aquella mirada que siempre ponía cuándo estaba emocionada por decirme algo.

—¿Qué sucede?—le pregunté entre risas al ver su reacción .

—Te tengo una sorpresa, cierra los ojos — respondió rápidamente mientras se acercaba a mí para ponerse a mis espaldas, yo la veía sorprendida, pero ella no dejaba de sonreír como una niña pequeña —Hoy lo he encontrado en el mercado y me ha parecido hermoso —me contestó mientras yo fruncía el ceño al no entender a que se refería, hasta que sentí como sus manos tocaban mi cuello y posicionaban algo en él, bajé la mirada hacia el collar dorado que ahora colgaba en mi cuello y que tenía una pequeña luna en él, era hermoso.

—Es precioso —contesté mientras mis dedos no dejaban de verlo —pero se ve muy costoso, no tenías que hacerlo amor —Alba bufó y tomó mi mano para que quedara frente a ella.

—No me importa —respondió con una sonrisa —¿te ha gustado?— asentí emocionada mientras volvía a besarla en forma de agradecimiento —eres mi princesa Natalia, te tengo que tratar como una ¿no?— sonreí ante aquello y volví a invadir sus labios contra los míos.

—Tú eres mi diosa —dije con una sonrisa en mis labios —y te amaré por siempre —mi mano se posicionó en su mejilla para acariciarla dulcemente y Alba cerró los ojos ante mi tacto, se veía tan hermosa.

—¿Por siempre?—preguntó.

—Por siempre y para siempre —le aseguré porque no podía ver mi vida más allá de aquellos ojos castaños.

Sweet DispositionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora