Vivir en un pueblo pequeño tenía cientos de desventajas.
Sin embargo, también tenía una gran ventaja que era la rutina.
Te acostumbrabas a toparte con las mismas personas en la calle y que las conversaciones generalmente eran sobre lo mismo de siempre. También tomabas cierto cariño hacia el poco margen de error que se producía cuándo todos los días realizabas las mismas acciones a la hora que conocías a la perfección.
Aunque aquello tuviera la gran contra de quitarle aquellos colores que los jóvenes buscaban en la vida, creo que para personas solitarias como Alba y yo, esos colores no eran lo suficientemente intensos como para atraernos hacia grandes ciudades.
Habían pasado ya casi dos meses desde que Alba había entrado por aquella puerta, sin embargo, ella seguía mostrándose como una sacerdotisa en su propio templo con sus votos a flor de piel. Todo seguía igual, excepto el hecho que de a poco el miedo y la preocupación estaba dejando de pisarle los talones a aquella rubia y de a poco dejaba de ser un espíritu acompañándome cada tarde y comenzaba a mostrarse más humana.
Pero para ser sincera no sabía si aquello era mejor ó peor.
Ya que de a poco estaba comenzando a sacarme suspiros que no debían existir y con ellos desenterraba viejos sentimientos que creía bajo tierra hace tanto tiempo atrás.
—No sueles salir mucho¿cierto? —comenté mientras ponía una taza de té al frente de ella y con una sonrisa me agradeció aquel gesto, se estaba volviendo tan cotidiano aquello que me costaba admitir que me estaba convirtiendo en una adicta a sus sonrisas.
—No es mi prioridad—dijo mientras con una mano tomaba la taza y en la otra tenía sostenido al ya no tan pequeño bebé que pronto cumpliría cinco meses según me lo había afirmado Alba —Solo somos Miki y yo —una tierna sonrisa apareció entre sus labios cargada de inocencia y amor que me hizo sacar una a mí siendo que llevaba meses sin hacerlo —Tú tampoco sueles salir mucho —recalcó y yo asentí, porque realmente ya me había acostumbrado a tener solo mi sombra como compañía.
—¿Por qué escogiste este pueblo Alba? —le pregunté sin ataduras, aquella pregunta me resonaba en mi cabeza desde la primera vez que la había visto, nadie escogería como primera opción este pueblo a menos que fuera un alma en busca de redención y estaba casi segura que ese no podía ser el caso de Alba o al menos eso creía.
Ella suspiró y cuando pensé que ya no obtendría respuesta, la confianza que estaba comenzando a ganarme en aquella rubia salió a flote.
—Porque quería alejarme de todos mis demonios—aseguró y yo la miré extrañada , ¿Qué tipos de demonio podían perseguir a alguien que con suerte hablaba?—Necesitábamos un lugar dónde recomenzar y llegamos al final de la línea del tren que era aquí —dijo con aquellos ojos castaños destellando un brillo único.
—Agradezco que haya sido —respondí tomando un poco del café que aún quedaba en mi taza, Alba sonrío tímidamente a aquello .
—Yo también lo hago —contestó sin más.
Han pasado 3 dias y sigo fangirleando. Me ha seguido Mjpympeal. QUE ESTO ES MUY FUERTE. Que me leia su fic volviendo de la facultad.
Que ilusión mas tonta oye.
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Sweet Disposition
RomanceAdaptación del fic de @Forevertaylorsusy que es maravillosa y me ha dejado adaptar su fic a Albalia. Los capítulos son cortos.