Nosferatu

Capítulo 2

Ya había amanecido, eran las ocho de la mañana y yo no había cerrado un ojo en toda la noche, los pensamientos me estaban provocando dolor de cabeza, toda la noche había estado pensando en mis opciones, decirle a Kanius parecía ser lo correcto pero me encontraba en una situación en la que hacer lo correcto podría ser peligroso para los demás, luego estaba decirle a mi abuelo, mi abuelo es el único familiar que tengo, después de la muerte de mis padres el me crío como una hija, él me ha enseñado gran parte de lo que sé, tanto física como moralmente, él es un hombre muy astuto y si le hablara sobre el tema posiblemente encontraría una solución o por lo menos me ayudaría a buscarla, pero de nuevo estaba esa espinita de que si lo involucro salga lastimado, después estaba el hablar con ella, tratar de solucionar esto como gente civilizada, pero eso sería estúpido ya que si ella fuera civilizada no me habría amenazado para empezar, además que no creo que renuncie tan fácilmente a lo que quiere, por último solo me quedaba una opción, y es la que siempre estuvo ahí, abierta en espera de que la aceptara, y es esperar a que venga a por mí y luchar por mi vida, siendo así, que sea lo que Dios quiera.

Decepcionada con mi poca iniciativa ante este problema me levante y me fui al baño a duchar, estuve más de media hora bajo el chorro del agua esperando que con eso se aclarara mi mente, pero era imposible, mis pensamientos seguían girando y girando en mi cabeza, finalmente decidí salir y cambiarme, me puse unos pantaloncillos negros para entrenar y un top, me agarré el cabello en un chongo sobre la cabeza y me dispuse a ir a entrenar. De camino al gimnasio tome una barra de proteínas y una botella de agua, al llegar ya había comido sin hambre la barra y me puse a calentar.

Después de dos horas de duro entrenamiento, subí a mi habitación, me di una ducha rápida y me vestí, al salir de mi habitación tomé algunas de mis armas y las coloqué en lugares estratégicos, después puse otras en mi bolso y salí de ahí. Me dirigí al instituto para saber las ultimas de la noche anterior.

Cuando llegué al gran salón, ya estaban todos ahí, mi abuelo se acercó a mí, me dio una taza con café, y fue a sentarse, todos tomamos asiento cuando llego Kanius. Durante la junta nos informó los cambios que había adquirido el pacto, todo bien al parecer las cosas siguen igual, se abrió un nuevo caso, un par de licántropos han estado secuestrando adolecentes, para después venderlas a otros licántropos que no llevan una dieta establecida, al parecer ahora estos dos habían escapado y se encontró a catorce jóvenes en su casa, ninguna de las chicas pertenecía a la ciudad, todas eran de lugares bastante alejados. Después de entregar su información a cada uno de los equipos de trabajo, se levantó la junta y todos se fueron, estaba en la puerta a punto de salir cuando Kanius me habló.

-Entonces, ¿cómo estuvo tu noche?

-Bueno, tú sabes que no fue la mejor de mis noches, hubiera preferido estar ordeñado vacas que ir a esa fiesta, pero no nos fue tan mal, nadie salió herido-mentirosa, porqué no solo le dices la verdad y dejas que te ayuden, pensé, pero sabía la respuesta a eso

-Ordeñando vacas, creí que eras intolerante a la lactosa, porque preferirías eso

-Ese es el punto Kanius, sabes para ser tan rápido a veces eres un poco lento

-Eso es cierto, como sea, lo que me interesa es saber que paso ayer con esa Vampira

-¿Cuál Vampira?- pregunté como si de verdad no supiera de lo que me hablaba, dudó un poco pero luego siguió

-La pelirroja que estaba hablando contigo y la licántropo ayer

-Loren no es un licántropo, solo su padre y dos de sus hermanas ya te lo he dicho

-Samanta no es ese el punto, ayer que te vi charlando con Safira, parecías bastante molesta, que es lo que ocurrió

-No fue nada, ella solo se acercó y nos invitó a hacerle compañía, nosotras no aceptamos y punto