Nosferatu

Capítulo 17

En que me estaba convirtiendo?, ya no puedo decir que soy la Samanta de hace un mes, ahora asesino por venganza y hago daño a mis amigos. Sé que sentirme mal por mí me vuelve un mártir pero, en realidad lo que siento por mi ahora es más parecido a la decepción, primero creí que me convertiría en un monstruo, después tomé la decisión de ser diferente y conseguir recuperar mi vida para al final solo dejarme llevar por estos sentimientos absurdos y terminar convirtiéndome en esto, en un asqueroso vampiro chupasangre débil y mojigata. Tiré todo a la basura, en unos minutos arruiné lo poco que me quedaba de mi vida, decepcioné a mis amigas y me decepcioné a mí misma por un poco de sangre, ¿qué estoy haciendo? ¿Es esto lo que quiero para mi vida? No, no es lo que quiero pero es lo que hay.

Estuve otro par de horas encerrada sin que nadie se dignara a venir, hasta que se escuchó el ruido de la puerta y me encontré con esos ojos de borrego regañado, David. Este se acercó y se sentó frente a mí, lo suficiente lejos para que no pudiera hacerle daño. Me acercó un par de bolsas de sangre

-Llegas tarde, ya me alimente- dije con desaire.

-Eso escuche, ¿estás bien?

-No, ¿parece que la estoy pasando bien?

-Lo siento Samanta, sé que esto es difícil pero se va a solucionar, ya estamos trabajando en eso

-jajaja, ¿Qué se solucionará?, solo iniciaran una guerra que no pueden ganar, ¿no lo entienden? No hay nada que puedan hacer para detenerla, solo un Nosferatu puede hacerlo y no veo a ninguno por aquí

-Tenemos uno, te tenemos a ti

-Claro, es que aún creen que puedo hacerlo? creo que ya he demostrado de qué lado estoy

-No Sam, estas del nuestro, es gracias a ti que tenemos una oportunidad, siempre has estado de nuestra parte y no importa lo que hayas hecho sigues siendo buena

-Jajaja, ¿buena?, no diría que esa sea la palabra correcta para describirme

-Escucha, sé que te encuentras confundida, has pasado por muchas cosas los últimos días y sé que sientes que estas perdida pero saldremos de ésta, siempre lo hacemos

Estábamos a media conversación cuando escuché la puerta abrirse y esta vez no eran mis amigos. En la puerta se encontraban cuatro vampiros. David se levantó y se enfrentó a estos pero eran cuatro contra uno, una pelea no muy equilibrada. Después de unos cuantos intentos David cayó al suelo perdiendo el conocimiento. Intenté desatarme para enfrentarme a ellos pero las cadenas no me lo permitieron.

Uno de los vampiros se acercó, cortoó las cadenas del suelo pero sin soltarme las manos y me arrastro con ellos. Salimos del instituto sin toparnos con ningún cazador, lo cual era de esperarse, en este momento planean como entrar al nido de vampiros sin imaginar que estos ya se introdujeron al nuestro.

Fuera nos esperaba una camioneta, el vampiro me tiró en la parte trasera, intenté defenderme pero la plata me seguía conteniendo. Transcurrió alrededor de una hora de camino en el auto hasta que por fin se detuvo. El mismo vampiro abrió la puerta y me sacó. Me llevaron a un cuarto, más pequeño que mi antiguo baño y me dejaron ahí.

Unas horas después se escuchó la cerradura de la puerta y cuando creí que sería Safira quien entraría, un enorme vampiro se posó frente a mí. Uno realmente atractivo, alto, podría decir que medía metro noventa, con una figura delgada pero brazos fuertes, tez blanca, cabello lacio negro como la noche y unos hermosos ojos grises, le calcularía unos veintiséis años, humanos claro, de vampiro debe tener muchos. Era sin duda el vampiro más hermoso que mis ojos hayan visto.